El nieto de Plácido y el Carratraviesa

Esta bodega mucenteña está históricamente ligada a la comercialización de vinos y forma parte de las primeras hornadas de viticultores y vinateros que se sumaron al sueño de una DO que propulsara la tierra de uno de los claretes más famosos de España. José Manuel Iglesias es uno de esos tipos templados que hace poco ruido y buen vino. Tiene ADN de sobra, pues es el nieto de Plácido, el biznieto de Dionisio y el hijo de Rufino Iglesias. Además, es de Mucientes de toda la vida y desde muy joven estaba marcada su trayectoria, siempre ligada a la viticultura, a la enología y desde la añada de 1995 a la Denominación de Origen Cigales. 

Así nació la etiqueta y la marca de Carratraviesa y más tarde Millatos, los dos pagos mucenteños, junto al tinto Rufino Iglesias. Pero, ante todo, la estrella de la bodega es el Carratraviesa, un topónimo enrevesado a la hora de pronunciarse, pero con la sonoridad suficiente para que treinta años después, sea una marca referencia en Mucientes y en la DO. José Manuel Iglesias, junto a su hermano Juan Carlos, siguen fieles a una tipología de vinos y a la diversidad de cepajes de sus viñedos propios. De ahí que, al menos hasta el momento, el rosado emblemático tenga ese coctel de uva tinta y blanca con un alto porcentaje de tempranillos, algo de garnacha tinta y una porción de las blancas albillo y verdejo. 

Esta es la esencia de los nuevos Cigales que hoy destacan por su expresión frutal, floral y por unas tonalidades más cerca de la gama de los fresas. Algo menos conocido de la historia de la bodega es que su actual enólogo, José Manuel Iglesias, forma parte sin pretenderlo de la historia del vino español, pues fue el último castellano y leonés que alcanzó la titulación de enólogo en la desaparecida escuela de enología de Tomelloso. Las instalaciones de la bodega están situadas en el entorno de bodegas subterráneas, lo que hace pensar que en el futuro los hermanos Iglesias arremetan con un proyecto enoturístico. 

Por ahora, mantienen una producción que no pasa de las 100.000 botellas de las que el 80% corresponden a vinos rosados jóvenes y el resto, partidas de tintos. Para esta bodega, la comercialización del vino es parte de la herencia recibida, pues su padre recorrió multitud de pueblos y comarcas desde la Ribera a los Arribes buscando vinos que vendía en Valladolid y el entorno. 

Esa herencia les ha granjeado el respeto en el mercado nacional, pues todavía no exportan. Otro rasgo que marca y marcará los vinos de esta bodega es que la mayor parte de la uva procede del mismo término municipal, un hecho que cada vez define mejor la expresión del terruño en los vinos. Las bodegas Hijos de Rufino Iglesias forman parte de ese racimo de bodegas y vinos mucenteños que han convertido a esta localidad en un ejemplo de actividad ferial, etnográfica y cultural en toda la Denominación de Origen Cigales. 

Mucientes, por tanto, va camino ya de hacerse un hueco entre las referencias geográficas del vino y, por supuesto, dentro de la DO y su origen vallisoletano. Lo más importante es que la marca de la bodega, Carratraviesa, es un rosado sin altibajos que convence en cada cosecha y sigue manteniendo las cualidades organolépticas que le han valido en numerosas ocasiones menciones y destacados entre los rosados jóvenes españoles. 

José Manuel Iglesias defiende a la hora de definir su rosado joven que está elaborado a partir de “mosto flor” o “mosto yema”. Términos desgraciadamente en desuso, pero que definen muy bien el proceso de elaboración en el que intervienen. Insiste José Manuel, partidas de uva madura procedentes de viñedos viejos plurivarietales inscritos en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cigales.