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Cerro Gallinero (Hoyocasero, Ávila)

El arte en diálogo con el paisaje

Este centro de arte y naturaleza ofrece desde 2010 una colección de obras de artistas que dialogan con el entorno

La humanidad mira al Sol eternamente, escultura donde la cubierta vegetal del piorno ejerce de traje sobre las estructurasLA POSADA

Publicado por
Henar Martín
Valladolid

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Existen lugares en Castilla y León donde el paisaje y el arte parecen haberse fundido en un mismo espacio. Un concepto que trasciende y transgrede más allá de los museos para dar rienda suelta a la creatividad en espacios naturales libres de todo artificio. Un paisaje sin límites. La apertura frente a un espacio cerrado. Así es Cerro Gallinero, un paraje situado en un cerro de monte bajo en el que predomina el piorno y que se encuentra salpicado de grandes rocas de granito en plena Sierra de Gredos. El entorno natural, en parte propiedad del municipio de Hoyocasero, se ha convertido en los últimos años en un espacio cultural que inspira a artistas y creadores. Fue inaugurado en 2010 aunque el proyecto se gestó dos años antes, en 2008, aprobándose en sesión plenaria por el Ayuntamiento por unanimidad una iniciativa encabezaba Carlos de Gredos, un artista local. Con ella trata de poner en valor esta zona de inestimable valor paisajístico con distintas posibilidades para que los artistas dejen la huella que les cause el cerro. «Siempre me interesaron las obras efímeras pero después de una conferencia de Agustín Ibarrola en el Círculo de Bellas Artes de Madrid empecé a dar vueltas a la idea de dejar una impronta en este paisaje espectacular. Es un lugar mágico. De eso dan fe todos los artistas», sostiene el ideólogo de este espacio que ha dedicado su vida a dar forma a este pequeño universo donde la naturaleza parece hablar con el visitante. «La base es la roca, la piedra. El alma de todo el entorno es el granito». En ellas, los elementos naturales como el viento, la piedra o un refugio de pastores sirven de inspiración a los artistas en este lugar donde no hay límites a la creatividad. Hay figuras como Los Gemelos, donde la cubierta vegetal del piorno ejerce de traje o vestimenta para las esculturas.

El artista se convierte en espectador privilegiado, en descubridor de elementos y sensaciones. La única condición que se les da a los creadores es que conozcan el lugar, lo hayan visitado en persona. «Estamos convencidos que cuando él haya pisado el lugar la obra no va a ser de él sino que es el resultado de un trabajo en equipo con la propia naturaleza».

En la actualidad cuentan con una exposición permanente de 48 obras además de otras intervenciones temporales que se va a encontrando el visitante a cada paso. Organizan actividades y talleres. También ofrecen visitas guiadas para grupos (tarifa general 10 euros; reducida 5 euros). Un viaje a la belleza mutante de la naturaleza. «Las obras van cambiando de la mañana a la noche en función de la luz del día y de la estación del año en la que nos encontremos. Es un espacio vivo».

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El Árbol de la Vida, La Nube, o El Laberinto de Mogor-Hoyocasero, son algunas de las creaciones que se han ido adueñando de este paraje que ocupa 31 hectáreas y que se encuentra a poco más de 2 kilómetros del pueblo. Un lugar especial con la Sierra Paramera como telón de fondo e increíbles vistas sobre el río Alberche. Un diálogo con el arte, la naturaleza, con el entorno.