El buscador de la mejor trufa negra

El trufiturismo se ha posicionado en los últimos años como un cultivo en auge. Carlos Herguedas puede presumir de ser uno de los primeros que se abrieron camino en este sector. La primera vez que oyó hablar de la trufa negra fue durante su etapa como interno en el Colegio Sagrada Familia de Valladolid. «Tenía 13 o 14 años, recuerdo que uno de los hermanos que daba ciencias naturales nos habló de ello, decía que había un producto que alcanzaba mucho valor en el mercado. Por aquel entonces apenas se conocía en España», relata en medio de una jornada de trabajo en el campo. Fue así como sembró en su mente una idea que a lo largo del tiempo ha ido dando forma hasta que hace trece años decidió sembrar encinas micorrizadas en una finca de 4 hectáreas propiedad de su madre que hasta entonces había servido para el cultivo de cereal. «Con más edad empecé a informarme sobre truficultura, vi que en Soria ya había plantaciones y empecé a indagar, a mirar los requisitos que necesitaba, completé mi formación con charlas, me empecé a meter más de lleno», explica.

En la actualidad cuenta con dos fincas de 6 hectáreas en total en Cogeces del Monte, donde cuida de 1.500 árboles, ‘sus hijas’ como él mismo dice, que  produce principalmente Tuber melanosporum (Trufa negra de invierno) de alta calidad. En España, estas trufas negras son las de mayor consolidación culinaria, las de mayor repertorio en cuanto a diversidad de platos. También trabaja con trufa de verano (Tuber aestivum).Todavía recuerda los inicios, cuando sacó la primera trufa. «Llevaba cuatro años con el cultivo. La perra me indicó que había algo, estuve cuatro días haciendo un agujeros hasta que al fin la encontré. Recuerdo un beso de mi madre que no se me olvidará en la vida».  Gracias a un distribuidor que ejerce de intermediario ha vendido sus trufas al extranjero; su trufa de Cogeces del Monte ha viajado a Reino Unido, Francia, Italia o Alemania. «El mayor precio que me ha pagado un restaurante llegó a los 900 euros el kilo», comenta.  Y es que las características de su trufa la convierten en una de las más valoradas. «Es trufa extra de gran calidad; es muy redonda, muy bonita, tiene bastante aroma y buen aspecto; los grandes chef buscan trufa como la mía».

En la actualidad produce entre 30 y 40 kilos de trufa al año, cifra que depende en gran medida de las condiciones climáticas. «El año pasado fue muy malo por la sequía». 

Después de tanto tiempo de experiencia, ha servido de asesor a otros truficultores locales que se han lanzado a esta aventura. «Siempre les digo que se necesita paciencia. No tienes los resultados de hoy para mañana. Es un proyecto a largo plazo, el que quiera ver la recompensa pronto esto no es para él», remarca.  

Se trata de un producto que requiere mimo y cuidado por sus características. «La trufa es muy productiva pero muy delicada. cualquier hongo puede con ella. Si la pones muy cerca de bosques o encinas muy mayores las raíces estan repletos de hongos y eso la perjudica», explica. 

A lo largo del año colabora activamente con el sector público y privado para fomentar la truficultura, el trufiturismo, la gastronomía... el sector de la trufa en general. Destaca su participación en las jornadas «a la caza de la Trufa», una actividad que encaja bien en el turismo familiar, gusta a niños y adultos, todos disfrutan mucho con esta experiencia que te acerca al mundo de la Trufa, la alta demanda y el atractivo turístico está demostrado; destaca igualmente su participación en Trufforum 2021, evento internacional de gran repercusión mediática y educativa donde se muestra y da a conocer este  producto gourmet que sirve como condimento intenso y exclusivo, que está al alcance de todos con el apoyo de la Diputación de Valladolid y el Ayuntamiento de Cogeces del Monte, entre otras instituciones, y destaca la interacción con otros productores, comercios y restaurantes de Castilla y León, porque todo ello permite dar a conocer a su Trufa, para acercarla al consumidor final e introducirla en los usos y costumbres de la Comarca Campo de Peñafiel.

También trabaja con Yolanda Martín, del Retsaurante Maryobeli de Cogeces del Monte, en llevar a cabo la Feria y las Jornadas en torno a este hongo, durante el mes de diciembre.  

Carlos es una mente inquieta que a lo largo de su vida no ha parado de trabajar. Un hombre polivalente que cuida fincas de terceros, se ha dedicado a la construcción y además ha sido vigilante de seguridad y capataz de incendios. De forma paralela se dedica al sector de la piña en esta zona de Tierra de Pinares. «Tengo maquinaria, llegó a mover 15 toneladas de 15 piñas», sostiene. 

Además, está metido en la Agrupación Asociación de truficultores y recolectores de Segovia, Segotruf, que aglutina a profesionales vinculados al sector. «Somos truferos, nos asesoramos entre nosotros. Hay muchas  hectáreas de encina en Segovia, más que en Valladolid y con buenas producciones».