Alejandro Serrano
La gamba y la alta cocina mirandesa
La lista Forbes señaló al mirandés Alejandro Serrano como unos de los treinta jóvenes más creativos y emprendedores de España
El restaurante lleva su nombre y su apellido. Toda una premonición de la cocina de autor de un joven cocinero mirandés que a los 22 años destacó en el octavo Concurso Internacional de Cocina Creativa Gamba Roja de Denia. Ya entonces Quique Dacosta se fijó en esta joven promesa burgalesa. A partir de ahí, Alejandro, miembro de una familia hostelera, iniciaría sus pasos rentabilizando todo lo aprendido en la cantera vasca de cocina de la Escuela de Artxanda de Bilbao y el bagaje familiar del restaurante Alejandro de sus padres. Pronto comenzaría a ser protagonista en foros y congresos como Madrid Fusión en los que demostraba su concepto de cocina que le llevó a abrir su propio restaurante y a conseguir la primera estrella Michelin en Miranda de Ebro.
La gamba le marcó tanto que aún hoy el pescado y el marisco monopolizan la filosofía en la comanda del moderno restaurante con capacidad para unos 35 comensales . El diseño de cocina a la vista del cliente crea un ambiente de sorpresa ante la depurada técnica de este joven cocinero y su equipo, que se traslada a platos como el salpicón de langostinos de Valladolid, la ajada de salmonete, la merluza frita, los moluscos a la marinera y, por supuesto, sus versiones con la gamba roja del mediterráneo. Sin duda, un restaurante que ha marcado el diferencial en su especialidad y en el aire de modernidad que le ha granjeado, a mayores, el que la lista Forbes haya señalado al mirandés Alejandro Serrano como unos de los treinta jóvenes más creativos y emprendedores de España.
Alejandro se postula también como el sumiller en la sala . Merece la pena perderse en este bosque de olas en la tierra del chacolí burgalés. Se puede comer entre 70 y 100 euros. En consecuencia, este restaurante marcado por el pescado y el marisco, no logra satisfacer del todo a las corrientes vegetarianas y veganas, pero es el apunte necesario para disfrutar de un carabinero, una ración de rape o una anchoa de corte andaluz. Esto es solo el inicio de Alejandro en su despegue en la gastronomía española.