Diario de Castilla y León
Alberto Beltrán, con una ración de patatas a la importancia y otra de menestra, en el comedor del restaurante Maño.- E.M.

Alberto Beltrán, con una ración de patatas a la importancia y otra de menestra, en el comedor del restaurante Maño.- E.M.

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Javier Pérez Andrés

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Hay establecimientos que te dan cierta ternura por formar parte de la ciudad. El recuerdo de aquella pareja de Zaragoza que en los años 50 abrió el bar en la esquina de la calle Mayor perdura aún en muchos palentinos. Hay quien asegura que aquellos huevos rellenos siguen sin superarse. Alberto Beltrán lleva 23 años al frente del bar Maño . Siempre tuvo claro que quería defender la comanda y la cocina después de muchos años en la hostelería de copas. Ha demostrado que su cocina y sus platos logran el aplauso de una clientela que sigue fiel. Y es esta una de las mayores cualidades para un sitio donde se ofrece de comer. Para un pequeño restaurante que tras más de dos décadas sigue abriendo las puertas de su cocina a diario.

Alberto asegura que no va a tardar mucho en recuperar a modo de homenaje aquellos huevos rellenos del Maño original . Mientras, sigue convenciendo con platos de la cocina palentina: menestra, patatas a la importancia y lechazo. Pero también ofrece un buen repertorio de platos de corte actual: bacalao a la miel, arroz negro con chipirones, entrecot de toro de lidia o foie de oca con compota. Se puede comer a la carta por 30 euros. Su merluza a la cazuela, su calamar del Cantábrico y el pulpo a la plancha completan una comanda que se alterna entre raciones y los platos de la carta.

Un trato familiar y unas buenas dosis de oficio son motivos suficientes para una visita al restaurante Maño. La carta de vinos incluye referencias de Toro, Rueda, Ribera del Duero y Rioja entre otras zonas, sin olvidar a los vinos palentinos con DO Arlanza y Cigales. Las tablas de carnes, de fritos y de quesos son una buena opción.

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