Comer en Guijuelo
Hay localidades que son mucho más que referencias geográficas o económicas. Pongamos por caso la villa chacinera de Guijuelo, donde se concentran centenares de industrias cárnicas que son toda una referencia en el ibérico español. La actividad fabril, el trasiego de trabajadores y la llegada permanente de compradores e importadores, sitúa a Guijuelo como una cotizada plaza para la gastronomía y la oferta de cocina salmantina. El esfuerzo del Ayuntamiento y de algunas firmas locales, unido a la abnegación de mi amigo Chus Merino, creador de la Cofradía, pionero en el colectivo de cortadores de jamón y alma mater de las Jornadas de la Matanza de Guijuelo, no bastan. Ni siquiera la oferta cultural que supone el magnífico museo de la matanza, creado con buenos apuntes etnográficos, aunque pendiente de algunas actualizaciones. Guijuelo es, sin duda, una buena idea y cita para viajeros, turistas y profesionales de cocina y hostelería. En definitiva, una plaza que deberá escalar en el futuro mayores cotas en materia de restaurantes de todo tipo. Vamos por buen camino y es en este reto de cocina actualizada en el que deberían entrar las grandes firmas de Guijuelo, que tan célebres y rentables han hecho a tantos restaurantes por toda la geografía nacional. En Guijuelo hay mucha industria chacinera y buena. Es la cuna del ibérico donde se pueden degustar los mejores platos de jamón, pero tenemos que lograr entre todos que se popularice mucho más de lo que hemos conseguido y que Guijuelo sea parada obligada para comer y referencia en la comanda nacional.