El cacao, embajador de su tierra
Esta firma centenaria nacida en 1916 ha sabido evolucionar y adaptarse a los tiempos.
Estrena un Museo del Chocolate
Era un sueño que venían acariciando desde hacía tiempo. La empresa Santocildes abre al público su Museo del Chocolate (www.chocolatessantocildes.com), un espacio ubicado en su planta del polígono industrial de Onzonilla (León). «Este sábado tenemos la primera visita y estamos emocionados. Se trata de un lugar con encanto, vivo, en el que cada detalle está pensado con mucho cariño. Se puede ver todo el proceso de elaboración del chocolate desde el origen, con toda la maquinaria antigua que hemos conservado», comenta Patricia Fernández Castaño, responsable de la I+D y representante de la quinta generación de esta firma familiar que hunde sus raíces en 1916 la localidad de Castrocontrigo. Se trata de un proyecto con el que quieren mantener esa ventana directa con sus clientes, su otra familia. «Con el covid nos dimos cuenta del cariño que nos guarda nuestra clientela. Fue impresionante. Recibimos muchas llamadas de personas que querían recibir el chocolate en sus casas, el canal online se reforzó muchísimo y se ha fidelizado la relación con ellos. Ahora nos siguen llamando. Es fantástico». A lo largo del tiempo, la marca se ha convertido en más que un producto querido por los consumidores amantes del cacao artesanal puro. Todo aquel que desee adentrarse a conocer la historia familiar y la forma de elaborar el chocolate puede hacerlo en primera persona, acercándose a esta planta industrial a la que se mudaron en 2020 con la idea de disponer de más espacio e incrementar la producción. Unas modernas instalaciones donde llevan a cabo todo el procesado de sus más de 30 referencias: desde el conocido chocolate a la taza –emblema de la casa–, pasando por las tableta de chocolate a las últimas novedades como como el chocolate Rose, que nace a partir de un haba de cacao con pigmentación rosa. A él se añade su línea de chocolates puros con frutasque se complementa con el cacao en polvo puro y cacao soluble o los Adobes leoneses, bombones realizados con sus cacaos más característicos.
La actividad se mantiene de forma paralela en Castrocontrigo, su casa madre, el lugar donde nació la fábrica a principios del s.XX. « Seguimos tostando en Castrocontrigo y mantenemos una tienda y un museo en un edificio del ayuntamiento . En León nos hemos traído el procesado», añaden. Santocildes se ha distinguido por respetar el proceso de elaboración de sus tabletas de cacao en bombo de leña de roble, tal y como realizaban sus antepasados.
La familia de chocolateros, hijos de Bernardino Fernández, vuelve a escribir una página más de su rica y larga historia con un nuevo episodio en el que mantienen el saber hacer de siempre, con la mejor materia prima en grano desde el origen –con cacaos puros traídos de Ghana, de Brasil, Ecuador o Costa de Marfil – .
La empresa ha sabido mantener como nadie esa ecuación perfecta de tradición y modernidad, preservando su esencia y sus raíces y abriéndose a nuevos los retos del s.XXI, ampliando la gama de productos y emprendiendo nuevas líneas de investigación junto a la Universidad de León, centro con el cual mantiene un convenio de colaboración.