BODEGAS VERDES
Los Verdes, en lo más alto de la sierra Carpurias
Su vino rosado de prieto picudo Carpurias ha resultado un éxito en los mercados. Lleva el nombre de una sierra zamorana cargada de historia. Desde el pico Carpurias se divisa el castro astur de las Labradas. Y desde arriba, desde la cornisa de la montaña, se adivinan barrios de bodegas subterráneas, paisajes de históricos viñedos que llevan siglos en los valles de abajo. Y en la panorámica aparecen pueblos que en sus términos municipales conservan un arcano arqueológico impresionante, que se muestra en las aulas y centros de interpretación que pertenecen la ruta turística que puso en valor lugares como el Castro de las Labradas, los Dólmenes, el Campamento Romano o alfareros. Todo ellos dentro de la Ruta Arqueológica de los Valles de Benavente que sigue siendo – aunque con apenas promoción- un atractivo cultural turístico muy interesante.
Tomás Verdes se ha criado en estos valles. Tomás cultiva sus 80% hectáreas de viñedos en ese entorno. La familia de los Verdes es del valle de Vidriales y en esos terruños nació la tradición vinícola familiar. Tomás y su hermana Elvira, han acertado de pleno en la nueva imagen de la bodega y sus vinos. Su vino joven por antonomasia, su tinto de prieto picudo con el toque lógico del madreado lleva el nombre de Carpurias, que es la sierra sagrada, la montaña mágica en los valles de Benavente donde se encuentran los tesoros de los antecesores. Gracias a Tomás y a la etiqueta de su Carpurias del 2022, muchos recordamos el potencial arqueológico de los Valles. Hay que reconocer que los Verdes han demostrado su implicación con el territorio.
En primer lugar, porque apostaron fuerte para que no desapareciera el viñedo: plantaron viñas, compraron uvas y construyeron una bodega que cada año consigue que sus vinos sean apreciados entre los consumidores. Hay más, Tomás Verdes ha sabido definir sus tipos de vinos en el mercado optando por una buena relación calidad precio y un criterio enológico muy acertado que busca rescatar el potencial primario, la fruta y los aromas de los cepajes de la zona.
Entre ellos, prieto picudo, garnacha, tempranillo, verdejo y godello. Los hermanos Verdes Riesco, Tomás y Elvira, defienden la bodega familiar y continúan defendiendo el Valle de Vidriales como lo hicieron Carlos y Alicia, sus padres. Bodegas Verdes inicia sus pasos en el año 97 elaborando vinos blancos, rosados y tintos jóvenes en la localidad zamorana de Santibáñez de Vidriales que está dentro del ámbito geográfico de la DOP Valles de Benavente. Aunque su producción de uva de más de un millón de kilos le obliga a comercializar vinos en distintos formatos y menciones de calidad, como la VTCyL. Actualmente comercializa en torno a las 100.000 botellas con DOP, otra tanto con VTCyL y, el resto, en graneles y otros envases. Bodegas Verdes cuenta con 80 hectáreas de viñedos propio con una media de unos 25/30 años, plantaciones en espaldera localizadas en Fuente Encalada, Brime de Urz y Santibáñez de Vidriales.
Las plantaciones se reparten entre verdejo, tempranillo y prieto picudo además de garnacha y las siete nuevas hectáreas de uva godello. Por lo tanto, Bodegas Verdes tiene garantizada la materia prima que le permite mantener en el mercado una magnifica relación calidad precio entre sus vinos jóvenes, con franjas de 3 a 5 euros, e iniciar su paso a los tintos de crianza, como su Luna Llena de tempranillo que sale al mercado en franjas de 10/12 euros.
A su gama de vinos se une un blanco dulce Lyrius One. Tomás Verdes ya se ha ganado un sitio entre las referencias de los vinos zamoranos y de la región. Todo hace pensar que en el futuro afrontará la parcela del enoturismo sumándose al patrimonio arqueológico de los valles.
Tomás dice que lo primero era la viña, plantar, garantizarse la uva y definir sus vinos. En este sentido, lo ha conseguido.