Diario de Castilla y León

EMBUTIDOS LA HOGUERA | PREMIO LA POSADA A MEJOR PROYECTO DE SORIA

Por amor a la tierra

Cuatro jóvenes se rebelaron contra una falta de oportunidades en su pueblo que les obligaba a emigrar. Decidieron ponerse manos a la obra para generar empleo. Pasados 50 años desde aquella ‘bendita cabezonada’, hoy Embutidos La Hoguera es el sostén de una comarca y un referente gastronómico

La segunda generación de fundadores y vecinos ya forma parte de La Hoguera, una marca que se ha convertido en sinónimo de un pueblo. Teo y Carlos Martínez ejemplifican la pervivencia de un proyecto lleno de simbolismo.  / HDS

La segunda generación de fundadores y vecinos ya forma parte de La Hoguera, una marca que se ha convertido en sinónimo de un pueblo. Teo y Carlos Martínez ejemplifican la pervivencia de un proyecto lleno de simbolismo. / HDS

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Antonio Carrillo

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La situación era complicada a principios de los años 70 en las Tierras Altas de Soria. El desarrollismo había vaciado buena parte de la España interior y los jóvenes estaban abocados a emigrar para mirar al futuro. Pero cuatro de ellos decidieron que no, que esa corriente no arrancaría sus raíces. Se iban a quedar en San Pedro Manrique creando empleo. La cercana Numancia resistió 20 años de asedio romano; Embutidos la Hoguera y su precursora, la Granja San Antón , ya llevan medio siglo diciéndole a la despoblación que con ellos no va a poder.

Carlos Martínez Izquierdo, José Luis Espuelas, Agustín García y el recientemente fallecido Marcos Martínez volvieron de la mili con las cosas claras a pesar del oscuro panorama. Nacía así en 1972 la Granja San Antón, una explotación porcina. Pero pensaron que podían hacer más y dejar el valor añadido en su tierra. 

En 1987 nacía Embutidos La Hoguera para transformar la materia prima. Tampoco llegó la autocomplacencia. Se innovó con la introducción la raza Duroc en España, se abrieron nuevos mercados y se apostó por mantener la identidad de cercanía. Ya han pasado 50 años y se trabaja para rematar una ampliación que permitirá acompañar al cliente en sus nuevos hábitos y sumar 15 empleos más a los 110 actuales. San Pedro Manrique tiene 655 habitantes y futuro. 

Teo Martínez , director general de Embutidos La Hoguera e hijo del fundador Carlos, evidencia que ‘aquellos locos’ no lo estaban en absoluto. «Todos los socios siguen juntos excepto Marcos, que por desgracia falleció este verano. Han estado toda la trayectoria juntos y es uno de los ejemplos de éxito. En unos tiempos de tantos cambios y tanto individualismo, un grupo unido y fiel durante 50 años es digno de admiración»

«Las modas vienen y van y el tiempo te termina dando la razón» cuando se logra «mantenerse fiel a una idea y unos principios». Posiblemente en aquel lejano 1972 términos como ‘emprendimiento’ o ‘recursos endógenos’ sonaban mucho menos que en la actualidad, pero los pusieron en práctica. «La razón de ser de San Antón en un inicio y de La Hoguera después empezó por un sentimiento de no querer irse. La única alternativa era el autoempleo y qué mejor alternativa que aprovechando recursos de la zona , haciendo las actividades que se pudiesen hacer aquí y que fuesen sostenibles». 

En esta trayectoria «hubo etapas donde no estaba tan valorado. Quizás el modelo imperante era el de multinacional, de gran empresa, empresas ubicadas en polígonos industriales... Todo hacía parecer que no iban a ser sostenibles las empresas en el mundo rural. Pero el tiempo nos ha dado la razón. No sólo es sostenible sino que el público final puede llegar a valorarlo» .

Para ello también hay que saber hacerlo bien. Jamones, chorizo, salchichón, lomo Torrezno de Soria, adobados, líneas ecológicas que apuestan por la ganadería extensiva... «Nos hemos especializado mucho en producto de calidad, en intentar dar valor añadido», explica Teo. «Trabajamos el Duroc , una raza de cerdo que está entre el serrano y el ibérico. Hemos sido pioneros en esta raza y hemos apostado muy fuerte en los últimos años por hacer productos 100% naturales». 

Esta especialización «nos ha permitido tener un hueco dentro de la gran distribución de España y exportar a prácticamente todos los países de Europa. Tener unas instalaciones modernas y con todas las normativas internacionales nos ha llevado a tener una tasa de exportación importante a países como Australia, México, Hong Kong, Islas Filipinas... Pero principalmente a los países europeos».

En La Hoguera lo tienen claro y siguen apostando por «ofrecer productos con muy buena calidad precio. No es el jamón más barato del supermercado, no es el más caro. Pero se trata de mantener una calidad, de que te pueda fidelizar, de que digas ‘no lo cambio por nada’». 

Efectivamente, apetece repetir. Pero los genes de la empresa son una oda a la capacidad de renovarse. «El  proyecto en el que estamos ahora esforzándonos con más fuerza es terminar una ampliación bastante ambiciosa que empezamos hace dos años y que estamos a punto de terminar. Son 3.000 metros cuadrados de nueva construcción aquí, obviamente, en San Pedro Manrique. Vamos a llegar ya a 21.000 metros cuadrados de fábrica . Esta zona va a ser un espacio polivalente, pero sobre todo va a ser una zona de deshuese y una nueva sala de loncheado».

Este nuevo espacio «nos va a permitir competir en el primer nivel, poder exportar todos nuestros productos y sobre todo, empezar a hacer nuestro propio loncheado. Cada vez se vende más loncheado. Vamos a seguir haciendo el producto tradicional, pero no podemos dar la espalda a las nuevas tendencias de consumo. Tenemos que estar muy cerca de nuestro consumidor», señala Teo. También se trabaja en «seguir apostando por los productos naturales. Acabamos de sacar un salchichón libre de todo tipo de alérgenos, 100% natural . Intentamos no parar de innovar y de estar cerca de nuestros clientes», sentencia.

El Premio La Posada es un acicate para mantener vivo aquel sueño que comenzó a trabajarse hace medio siglo. «Agradecemos muchísimo a EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN esta distinción. Estamos muy agradecidos y supone un reconocimiento muy importante».

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