El magisterio del queso artesano
LA DICHA MARBANA
(Vezdemarbán, ZAMORA) Teresa González y Jesús Gutiérrez dirigen esta quesería donde elaboran quesos de leche cruda de oveja y cabra además de diversos derivados lácteos
Son enamorados de la vida de pueblo de verdad, aquella en la que los vecinos pasan de ser simples desconocidos que residen en el piso de enfrente para entrar a formar parte de tu vida, donde el ambiente de proximidad que se vive en el mundo rural es el del tú a tú. Aquella vida donde las mañanas se pasan en el huerto y las tardes en el patio. Por eso decidieron cambiar el ritmo frenético que les imponía Madrid, donde vivían y trabajaban como educadores en un programa de participación ciudadana en la localidad de Rivas para asentarse a vivir en Vezdemarbán, un municipio de apenas 400 habitantes situada en Tierra de Campos. «Nos animamos a venir aquí en 2016, buscábamos una tranquilidad relatividad porque luego no paramos, pero sí queríamos poder controlar más nuestras vidas, conciliar, poder atender a nuestra familia», comenta Jesús al que todos conocen como Kui.
Él procede de Piedrahíta, un pueblo abulense situado en el valle del Corneja, donde pasó los veranos de su infancia. La decisión por asentarse en el municipio zamorano vino por el vínculo por parte de la familia de Teresa. «Era el pueblo de Tere, su familia es muy querida por los vecinos pues los abuelos vivieron aquí. Había un terreno para hacer la quesería y eso era una ventaja», explica. El convencimiento por un modelo de vida acorde a sus principios les llevó a levantar con sus propias manos su propia quesería, una pequeña instalación de 70 metros cuadrados que se ha ganado el amor y cariño de los habitantes de Vezdemarbán. «Empezamos de cero, Levantamos entera la quesería con nuestras manos, desde los cimientos hasta la fontanería. Los trabajos duraron tres años, un tiempo en el que íbamos y veníamos de Madrid. Estamos muy orgullosos. En la cámara de afinado hemos reproducido las condiciones de una cueva para una maduración óptima con paredes de piedra caliza en la cámara».
En diciembre de 2019, antes de la pandemia, decidieron lanzarse en la elaboración de quesos. Un mundo que les conquistó desde el primer momento. Estudiaron distintas opciones antes de hacer las maletas y venirse al pueblo. Hicieron cursos en panadería y de cosmética pero fue el queso lo que les hizo dar el paso. «Nos flipó desde el primer momento. Trabajas con una materia prima más viva, es muy bonito estar en contacto con la leche, el proceso hasta que se convierte en queso es increíble». Sus conocimientos fueron profundizándose más y más, con cursos de especialización en otras escuelas agrarias. En la actualidad están integrados en la Red Española de Queserías de Campo y Artesanas (QueRed).
Cada día recogen la leche cruda de oveja assaf y de cabra a Pedro y Alfredo, dos jóvenes ganaderos del pueblo. «Era muy importante para nosotros trabajar con gente del pueblo, con productores de proximidad. Transformamos poca cantidad, lo máximo serán 1.200 litros al mes que eso no es nada en la gran industria pero no queremos ir a más. Nuestra idea es mantenernos siempre en pequeñísimas producciones. No hace falta crecer más, se pierden cosas en el camino». A pesar de estar en tierra zamorana elaboran un tipo de queso más parecido al francés, el Luna Marbana, de corteza con levaduras y mohos de afinado madurada durante mínimo mes y medio. Una pieza quesera suave al paladar, de diferentes texturas perfecta para combinar con frutos secos y vino tinto de Toro. Junto a él destaca el rulito de cabra con mohos naturales.
Cuajada, yogures, queso fresco de leche pasteurizada de oveja y crema de queso son los principales productos que elaboran cada día bajo la etiqueta de La Dicha Marbana, tomando el gentilicio de sus habitantes. Sus quesos se comercializan principalmente de forma directa los viernes y sábados aunque una vez al mes viajan a Zamora capital y pueblos de alrededor. «Recelamos de la venta online porque conlleva gastos en plástico y gasolina. Queremos fomentar el consumo local, vender por los pueblos y ferias».
ENVASES RETORNABLES
Una de las señas de identidad de la Dicha Marbana es su filosofía de vida, anclada a las raíces, auténtica y sin clichés. Rehúyen de empleo de plásticos y abogan por la utilización de otros materiales sostenibles y reutilizables como el vidrio. «Reutilizamos los tarros, hubiera sido más barato emplear el plástico pero no es nuestro modelo. Hace 20 años se recogian los cascos y ahora eso se ha perdido. Creemos que debemos pensar en el futro, cuidar más de nuestros recursos dentro de nada no quedará nada».