Diario de Castilla y León

La Milagrosa, sesenta años después

Bodegas La Milagrosa 

BODEGA-LAMILAGROSA

BODEGA-LAMILAGROSA

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Hace 60 vendimias, el entorno estaba lleno de majuelos. Entonces asistíamos a una duda permanente: mantener la viña o arrancarla. Un grupo de viticultores de la localidad burgalesa de Milagros y los pueblos colindantes optaron por mantenerla. E hicieron algo más. Construyeron una bodega cooperativa para que sus uvas fueran rentables, produciendo sus propios vinos. Eran tiempos extraños, pero la vida da tantas vueltas que resulta que su virgen, la Milagrosa, hizo su milagro. Porque esta bodega no ha renunciado, por ahora, a la nomenclatura social de aquellos años.

Cuando se construyó era un edificio grande de hormigón al lado de la carretera nacional. Hoy, sesenta ciclos vegetativos después, acompañan a la nueva bodega cooperativa La Milagrosa enormes complejos hosteleros, estaciones de servicio, autovías y autopistas en un nudo de comunicación de la red viaria burgalesa más importante a pocos minutos de Aranda de Duero. Este año La Milagrosa celebra 60 años de historia. Una fiesta que comparte con 150 viticultores que son los dueños de la bodega, de la inversión, de la viña y de las decisiones del consejo rector. Su presidente, Honorio Arroyo, sabe que los esfuerzos realizados en la nueva ampliación, de las inversiones en tecnología y la imagen de los vinos redunda en beneficio de los dueños de la bodega: todos viticultores de Milagros, Fuentenegro, Torregalindo, Campillo de Aranda, Honrubia, Montejo de la Vega de la Serrezuela y Pardilla, entre otros municipios.

Álvaro Sotillos es licenciado en Químicas, pero lleva 20 años al frente de la gestión de la bodega, un periodo en el que se ha dado el salto definitivo al futuro. Entre los retos, lograr incrementar el embotellado más allá del 40% actual del millón de kilos de uva que entran en la tolva cada vendimia. Pero Álvaro tiene muy claro el verdadero valor de la Milagrosa, que son sus viñedos. La parcela que comparte con las enólogas Esther y Rebeca, que siguen valorando la profesionalidad de los viticultores y las acertadas prácticas enológicas que garantizan la elaboración de vinos de gran calidad con Denominación de Origen. Y es que en el viñedo está la clave. Gustavo lleva como bodeguero casi 25 años, es natural de Milagros e hijo de los fundadores de la cooperativa.

Él mismo ha visto los cambios realizados en el periodo de vendimia. La bodega ha mantenido una masa social entre los viticultores sin altibajos, respondiendo a las 220 hectáreas de viñedo, el 60% en espaldera y algunas de ellas con más de 30 años de edad. Además de unas 100 hectáreas de viña en vaso con medio siglo de media. Pero a partir de ahora los vinos Milcampos y Escondido, que salen al mercado con Denominación de Origen Ribera del Duero, abren una nueva ventana a la puerta de casa aprovechando la privilegiada ubicación. Los visitantes tendrán acceso a unas instalaciones nuevas que permitirán conocer el interior de la bodega, las características de sus vinos y comprar el producto a la puerta de la bodega cooperativa.

En los últimos tiempos el haber logrado medio siglo de actividad vitivinícola ininterrumpida en la Ribera del Duero es, sin duda, un valor en alza. En este tiempo, bodegas cooperativas y bodegas privadas han tenido que pasar por distintas fases e inversiones y afrontar retos innovadores que el mercado demanda. La bodega de Milagros, localidad que fuera cuna del pintor Vela Zanetti, se suma a un buen racimo de empresas del vino en su entorno, pero con una diferencia: en sus etiquetas van el sello y el ADN de 150 viticultores, el 30% segovianos, que han decidido que los fundadores tenían razón, “juntos podemos más”. Y así ha sido, este año el 60 aniversario y la nueva ampliación de la bodega así lo corroboran.

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