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VALLEAGADÓN

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Hace mucho que no encontraba las razones suficientes para iniciar un viaje que garantice un escenario fascinante y un restaurante que responda a los encantos del lugar. Valle Agadón, en la localidad serrana y salmantina de Monsagro, justifica un viaje para sentarse en la mesa del comedor de María José Mateos. Estos días prepara la salida al comedor de su receta de creación propia dedicada al trilobite, santo y seña de Monsagro, epicentro geológico del turismo cultural.

La visita al Centro de Interpretación de los Mares Antiguos, a su pequeño museo etnográfico, así como a las eras tradicionales y el paseo por sus calles marcadas por los fósiles en las fachadas tiene más que justificada una reserva en el restaurante que María José y su marido Iñaki, atienden con profesionalidad desde hace 20 años. Su cabrito guisado al estilo de Monsagro, el revuelto de farinato, las patatas meneás, los embutidos de Tino de la industria cárnica local y todas las carnes rojas de ibérico sorprenden al comensal por su buen planteamiento. Incluidos los platos de caza, corzo y jabalí y un bacalao con tomate.

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En el Agadón, que toma el nombre del río y del valle donde se ubica Monsagro, no faltan los vinos de la Sierra de Francia ni los postres de elaboración propia. Entre ellos, un flan de café y la tarta de nata y yema tostada. Se puede comer por 13 euros el menú del día y a la carta en torno a los 30-35 euros. María José es una cocinera con oficio y raíces. Se crio en el bar de Lorenzo, el Carruli, y aprendió a cocinar junto a Laureana, su madre, y de ahí que muchos platos del restaurante lleven el sello de “la Nana”. Impaciente estoy por ese nuevo plato homenaje a los trilobites con los que, a buen seguro, nos va a sorprender María José cuatrocientos ochenta millones de años después, cuando su pueblo, Monsagro, era un antiguo mar. María José toma comanda y habla con soltura y orgullo de fósiles, de las cruzianas y de los tiempos del paleozoico, mesozoico y cenozoico. El restaurante Valle Agadón es una magnífica disculpa para conocer la localidad salmantina de Monsagro. Una joyita de la ‘Toscana salmantina’. De obligada visita.