Eneko, la joven promesa bañezana

No es habitual dedicar un comentario a un restaurante con una trayectoria de apenas cinco meses. Pero hay algunos aspectos que merecen al menos este apunte de la gastronomía y hostelería bañezana.

El primero es que quien lo protagoniza es un cocinero de oficio con orígenes parameses. Por otra parte, que no ha muerto del todo el escenario de la cocina del Madrid ya desaparecido.

En tercer lugar, porque el proyecto de José se ajusta, por el momento, a un formato gastronómico popular muy necesario en el conjunto de la oferta de cocina en un escenario como el de La Bañeza, que cada día cuenta con más tirón turístico y cultural. Y ahí es donde entran José Antonio Pérez y su hijo Eneko, un chavalín con buenos mimbres al que es fácil encontrar merodeando por el comedor. Eneko es de los últimos niños que se han criado en un ambiente hostelero. De ahí, que el restaurante lleve su nombre. José ha entendido el momento bañezano y mantiene en carta un menú de 12 euros con un mínimo de 5 platos a elegir durante la semana. Su ubicación céntrica y la intensa actividad de esta ciudad, le garantizan los comensales del día. Sus platos, por el momento, llegan a la mesa bien rematados, con cantidad y variedad. Al mismo tiempo, se puede comer a la carta por unos 25 euros.

Aquí aparecen platos de su pasado en el oficio: País Vasco, Zaragoza y Soria. Carnes rojas siempre, lo mismo que el bacalao al ajo arriero y alubias a la bañezana por descontado. Está ya en marcha la aparición estelar de las ancas de rana, santo y seña de la cocina bañezana. Pulpo, sepia, croquetas y tostas rematan una comanda donde caben un rodaballo a la donostiarra y platos de setas que José aprendió en El Vallecas de Berlangas de Duero. Los vinos, con las obligadas referencias leonesas, albarines y godellos, mencías y prietos picudo y referencias del Jamuz, entre otros vinos de la región. Ojalá El Rincón de Eneko continúe hasta que este guaje tan simpático pueda dirigirlo. Por el momento, suerte y bienvenido a casa.