Escuchar la sinfonía del vino
PRÍMULA (DO TORO) Esta bodega creada por dos amigos de la infancia lanza al mercado su primera cosecha
de un vino de edición limitada
La planta de interior de prímula florece durante el invierno, estación en la que esta flor, con pocos pétalos pero amplios y anchos, se abren formando una silueta que emula un corazón. Con esa misma sensibilidad nace este proyecto vitivinícola de la mano de José Luis Santos y Jonatan Sánchez, dos amigos de la infancia, o como ellos mismos se autodenominan «dos amigos del cole», que compartían pasión por el mundo del vino y en especial, por la tinta de Toro. «La esencia de este proyecto empieza a principios de los 80, porque al final el germen de cualquier obra hay que buscarlo en lo más profundo de las personas y de las relaciones que hay entre ellas», relatan en su storytelling.
Fue así como comenzó una ilusión que se fraguó el 17 de abril de 2018, mientras disfrutaban de una copa de vino y departían conversación, cuando decidieron emprender este proyecto que nace «de cero, pero con la motivación de un proyecto que nos conecte con la tierra, que sea algo vivo, ligado a la observación de la naturaleza».
El siguiente paso fue elegir el terruño, el trozo de tierra en el que echar raíces y plasmar toda esa sabiduría en una botella. «Nuestro enfoque era comprar un viñedo que reuniera las características necesarias de una calidad alta», relata Jonatan. Pronto sintieron ese «flechazo» o «corazonada». «Un día del mes de septiembre pasando por uno de los camino del paraje de la Jara vimos a un anciano recogiendo la cosecha de una pequeña viña de apenas 5 hectáreas, en ese momento lo vimos de manera premonitoria». El enclave, situado al sur del municipio de Toro, y a una altura respecto del nivel del mar de 714 metros, cuenta con viñas con edades que oscilan entre los 80 y los 90 años y cuyo sistema de formación es el vaso en un terreno que se componen de suelos arenosos con canto rodado en su superficie, que se asientan sobre un subsuelo arcilloso, lo que permite mantener la humedad en los meses con escasez de precipitaciones.
VINIFICACIÓN POR PARCELAS
Uno de los hechos diferenciales es que el terruño se distribuye en cuatro mini-terroirs bien diferenciados, que dan como resultado perfiles de vino distintos. «Cada terroir se ha elaborado de forma aislada y vinificado adaptándose al tipo de uva que nos ha dado cada suelo», remarcan.
Para el proceso de vinificación han contado con el asesoramiento de Marta Ramas y Miguel Fisac, dos enólogos de prestigio internacional que cuentan con proyectos en zonas vitícolas en Nueva Zelanda, California y Sudáfrica, donde trabajaron varias temporadas y que actualmente están implicados en distintos trabajos en la Ribera del Duero y en Ciudad Real. Enseguida supieron entender las características de la uva y las posibilidades que tenía en dos tipos de vinos de dos gamas (media y premium) donde llevan a cabo vinificación por partidas pequeñas, de cosechas diferenciadas procedentes de cada uno de los 4 pequeños mini-terroir. «Han aportado cosas diferentes en la crianza y fermentación en la parte técnica estamos muy contentos con su trabajo», subrayan. La fermentación tiene lugar con levaduras autóctonas, sin añadidos químicos ni intervencionismos. «Queremos que nuestros vinos sean limpios y expresen la pureza de nuestro viñedo».
La misma filosofía se aplica en la fermentación maloláctica en la que llevan a cabo un infusionado de los hollejos con el mosto, para que el vino sea suave y no tenga astringencias. Un proceso que tiene lugar en barrica de 500 litros, de roble francés y austriaco de grano extra fino y mínimo tostado.
El lanzamiento de sus 8.000 botellas de sus dos etiquetas de la cosecha 2019 tendrá lugar el próximo mes de octubre con vocación de ser algo único, cuidado con mimo y paciencia. «El perfil de quien compre nuestro vino y disfrute con él es el de alguien con un espíritu diferente. Prímula un vino para escuchar como las buenas canciones», apostillan.