GASTRONOMÍA
La brisa de Levante en Castilla
5 GUSTOS (VALLADOLID). Palmira Soler interpreta la cocina mediterránea de su Castellón natal en una simbiosis con productos de Castilla y León
Ha crecido entre los olivos de su Castellón natal, lo que ha marcado en ella una personalidad arraigada a los sabores de su tierra. Palmira Soler aterrizó en Valladolid hace una década, como muchas otras historias personales, por amor, ya que su pareja es vallisoletano.
Desde entonces se ha ido forjando una trayectoria en los fogones de la cocina local en lugares tan prestigiosos como el restaurante Nippon , donde llevó las riendas de establecimiento asiático como jefa de cocina; tras ello llegó el momento de dar el gran salto a su carrera profesional en Abadía de Retuerta-Le Domaine , donde le ofrecieron ser la segunda jefa de cocina durante tres años. «Para ocupar el puesto me fui a formar a Mugaritz .
Después de entrar en el equipo bajo las órdenes de Pablo Montero y ganar la estrella Michelin, decidí que era el momento de montar algo personal», sostiene la chef valenciana. Fue así como nació ‘5 Gustos’, un local con encanto situado en la calle Torrecilla de Valladolid, en el centro de la capital. El nombre proviene del carácter sensorial que quiso imprimir en el menú degustación. «Consta de 5 aperitivos, 5 gustos diferentes, aunque también me gustó el juego de palabras», comenta Palmira.
En su establecimiento ofrece su versión más auténtica. A sus 36 años Soler se encuentra en un momento de madurez profesional que ha trasladado a la mesa con platos en los que juega con la frescura de la materia prima de cada temporada con el toque de sofisticación personal que le confiere a cada uno de ellos. La carta va cambiando en cada estación del año con un abanico de platos reducida y jugando con propuestas fuera de carta y otros que se han convertido en ‘inamovibles’, como los raviolis de setas o sus famosos arroces.
COCINA DE SIMBIOSIS
Cinco Gustos ofrece en su coqueto local de la calle Torrecilla «cocina mediterránea con toque de vanguardia trabajando los productos de Castilla y León y de mi tierra», tal y como ella misma define. Una ‘cocina de simbiosis’ que echa raíces en sus orígenes. «Castellón no es solo mar; de hecho su interior tiene mucho en común con Castilla y León. Tenemos setas, trufa, caza, guisos. La mayoría de la gente piensa solo en el mar pero hay mucho más productos que se combinan muy bien», argumenta.
Ahora están en plena campaña de la seta y la trufa. Aunque si hay un producto por el que siente verdadera predilección ese es el aceite de oliva virgen extra (AOVE). Ella emplea un Extra Lágrima que le trae una cooperativa de la comarca del Alto Palancia a la que ha estado vinculada su familia y que se ha alzado hasta en dos ocasiones con el premio al mejor aceite de España.
Defensora de lo suyo, Palmi Soler es una fuente inagotable de creatividad en cualquier elaboración empezando por las tapas. Hay que recordar que la cocina en miniatura es una de las especialidades del establecimiento. En 2017 fueron ganadores del pincho de oro del Concurso Nacional de Valladolid con la’ terreta’, un pincho con el que quiso homenajear a sus orígenes y que le recuerda mucho a su casa y a su añorado mar mediterráneo.
El espacio del restaurante se distribuye en dos plantas. La de abajo ocupa el comedor donde se ubican 8 mesas con capacidad para albergar hasta 35 comensales en un entorno íntimo, mientras que la planta de arriba está dedicada a la barra y a una zona de tapas, con un ambiente «un poco más casual e informal, se puede comer de pinchos de martes a viernes mediodía. Además tenemos una comida de familia en la que ofrecemos a la gente lo que comemos nosotros por 10 euros», apostilla Palmira.
El equipo del 5 Gustos con el que trabaja Palmira tiene un carácter femenino ya que está formado íntegramente por mujeres. «Ha surgido así, no es nada reivindicativo», comenta con gracia. Salomé, la sumiller, se ocupa de asesorar a la clientela con las referencias que atesoran en una rica y variada bodega. En ella están presentes prácticamente todas las denominaciones de España a los que se suman referencias de champagne y vino francés, chilenos y un alemán.
Llegado el turno de los postres la oferta de dulces no defrauda. Todos los elaboran ellos mismos en la cocina. La tarta de queso que introdujeron hace un año con una espuma de fruta de la pasión ha tenido una buena acogida, aunque ahora acaban de presentar como novedad en carta una manzana ‘pasificada’ con tomillo que seguro que da que hablar.
Durante este tiempo en la ciudad del Pisuerga la cocinera castellonense asegura haberse sentido «muy arropada» tanto por su clientela como por compañeros de profesión y amigos como Víctor Martín, del restaurante Trigo , el único con estrella Michelin de la capital vallisoletana.
Palmira Soler ha traído nuevos aires de frescura al interior de Castilla con su forma de interpretar la cocina. Una brisa mediterránea que completa la amplia oferta gastronómica de la ciudad.