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GASTRONOMÍA | RESTAURANTE VEGALLANA

Teo y la cocina charra

Teo en el comedor del restaurante decorado con motivos taurinos en Boadilla, en el cruce de Fuentes de San Esteban.

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Este restaurante, situado en Boadilla, en el cruce de la Fuente de San Esteban, es uno de esos baluartes de las cocinas locales tan necesarios como la farmacia, el cuartel de la Guardia Civil o la gasolinera. Y no exagero, porque si en el cruce de San Esteban, epicentro del campo charro, cerrara la puerta este restaurante, otra vez perderíamos un lugar de encuentro, una referencia gastronómica y un establecimiento frecuentado por ganaderos, paisanos de la comarca y gentes del toro. Pero lo mejor es que, además, Teodoro Ruiz y su familia, que llegaron de Valladolid hace ya más de 30 años, durante todo este tiempo han mantenido abiertas la cocina y la puerta de este negocio familiar. Su madre, Maria Antonia, durante años mantuvo una comanda que aún hoy existe. Y es que todavía permanecen en la carta muchos de sus platos, como, por ejemplo, la variedad de las sopas de marisco, pescado, castellana o la de verduras. También las carnes rojas, los chuletones de morucha, el rabo de toro, las carrilleras, el cochinillo, la paletilla de lechazo, el San Jacobo o el escalope o filete rebozado, que empieza a desaparecer en la comanda regional.

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Teo sigue defendiendo este tipo de cocina porque son platos demandados por una clientela que sigue fiel tres décadas después. El complemento a la cocina charra, sin duda, es el pescado como el bacalao en salsa verde y con frecuencia merluza, dorada, lubina y otros pescados. El jamón ibérico no puede faltar, ni tampoco las patatas meneás. Postres de siempre y al menos representación de vinos de las dos zonas salmantinas: Arribes y la Sierra. No faltan guisos de lentejas de La Armuña y la promesa de incluir las célebres obleas de Cipérez en los postres. A diario se puede comer con un menú de 12 euros y a la carta en torno a los 25-30 euros. Sin duda, este es un buen ejemplo de cocina charra que defiende los productos locales y las viejas recetas que, si no fuese por este tipo de restaurantes, habrían desaparecido. Como el ganado de la dehesa salmantina.