Diario de Castilla y León

ÁVILA

Mide el calcio para esquivar el alzhéimer

Esta investigadora abulense del IBGM busca moléculas que puedan revertir las señales erróneas de este elemento químico para evitar que las células mueran, como ocurre con las neuronas en las enfermedades neurodegenerativas

Sara López Vázquez, investigadora en el Instituto de Biomedicina y Genética Molecular de Valladolid

Sara López Vázquez, investigadora en el Instituto de Biomedicina y Genética Molecular de ValladolidPHOTOGENIC

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Es uno de los mensajeros más potentes del cuerpo. La función más conocida es que ayuda a que los huesos crezcan sanos y fuertes, pero también contribuye a que los músculos, el corazón y los nervios funcionen correctamente. Es uno de los minerales fundamentales para la salud de nuestro organismo y el desarrollo de muchas de las estructuras que lo componen. Por tanto, hay que vigilarlo de cerca.

La abulense Sara López Vázquez no le quita ojo. La razón es que este elemento, que está dentro de las células, es el encargado de dar órdenes e instrucciones para que la célula funcione de manera correcta. Si se descontrola, según comenta, podría dar señales erróneas que llevasen a la célula a la muerte, como ocurre con las neuronas en las enfermedades neurodegenerativas. En estas patologías, aclara, las neuronas mueren paulatinamente, provocando pérdidas de memoria o de movilidad.

Con este reto en mente, trabaja buscando moléculas que puedan revertir las señales erróneas de calcio, y así evitar que las neuronas mueran. «Estas maravillosas neuronas reciben el nombre de neuroprotectoras y, en un futuro, pueden ser de gran ayuda para luchar contra estas patologías», asegura la investigadora del Instituto de Biomedicina y Genética Molecular de Valladolid (IBGM).

Basado en la experiencia que el laboratorio donde trabaja posee en neuronas y calcio, hace un par de años se abrió un nuevo foco de estudio, la pandemia provocada por la COVID-19. Pasados unos meses de la declaración del estado de alarma, a nivel mundial se llevó a cabo una recopilación de los síntomas que padecían o habían padecido las personas infectadas por el virus. En este punto, indica que se observó que un porcentaje de estos pacientes presentaba síntomas neurológicos.

Con esta información, tal y como reconoce López Vázquez, había que ir más allá, así que se lanzaron a estudiar qué efecto podría tener una proteína concreta del virus que es capaz de mover calcio dentro de las células y si esta podría provocar la muerte de las neuronas. De hecho, avanza que su último artículo muestra los resultados de este trabajo, que además explicará en una comunicación oral en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido dentro de un par de meses.

Esta abulense estudió biotecnología en la Universidad de Extremadura porque ya desde el instituto se enamoró de la genética y el funcionamiento del sistema humano. Encontró «la opción perfecta» en una carrera que también estudia los seres vivos, cómo modificarlos genéticamente y la posibilidad de encontrar la cura de enfermedades.

Tras su graduación, se abrió un amplio abanico de posibilidades, aunque sabía lo que quería hacer: dedicarse a la investigación. En el último curso descubrió en un laboratorio de su universidad que anhelaba vestir bata blanca el resto de su vida. Más tarde, quiso aprender más y se matriculó en el máster de Investigación Biomédica de la Universidad de Valladolid. En esta línea, recuerda que Carlos Villalobos la aceptó en su laboratorio para iniciar una línea de investigación. Espera doctorarse el año que viene después de «seis años de duro trabajo».

En este tiempo, López Vázquez señala que ha tenido la oportunidad de conocer laboratorios en el extranjero. En concreto, en 2022, un profesor del departamento de Neurología de la Universidad de Harvard en Estados Unidos le aceptó en su laboratorio. Allí, reconoce, aprendió técnicas muy novedosas que le han llevado a conocer y estar a la última en las investigaciones en neurociencias.

Su conocimiento acumulado abre más puertas, la última ha sido convertirse en la ganadora del concurso #Hilotesis, un certamen en el que participan universidades españolas y donde los participantes tienen que resumir su tesis en un hilo de la red social X (anteriormente conocida como Twitter) con un máximo de 20 publicaciones. En su caso, relata que asemejó su investigación a una centralita de telefonía de los años 20, donde ella se metía en el papel de telefonista que buscaba interceptar mensajes de calcio erróneos para corregirlos y así evitar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

En su opinión, si Castilla y León quiere crecer y ser referente en investigación e innovación, necesita que las administraciones destinen dinero a financiar proyectos y contratos predoctorales y postdoctorales. «La Comunidad tiene centros públicos de investigación muy importantes, con trabajos muy punteros de los que debemos estar orgullosos», expone para, a continuación, afirmar que, aunque la investigación pública es muy importante, no se puede dejar de lado que las empresas privadas también tienen un peso clave en estas áreas.

Para esta abulense, el Gobierno crea políticas y estrategias para colocar al país a la vanguardia; no obstante, subraya que es clave seguir trabajando en ello, ya que la inversión en I+D en España sigue siendo relativamente baja en comparación con otros países europeos. «Tenemos un problema grave que hay que abordar: la retención del talento. La falta de buenas oportunidades y los contratos precarios a los que se acogen nuestros investigadores españoles obligan a estos a buscar mejores condiciones de vida en el extranjero», lamenta.

En esta línea, Sara López Vázquez incide en que es un hecho alarmante, puesto que son profesionales que, en su mayoría, han sido formados con dinero público español y, cuando son productivos, los empujamos a abandonar el país. Es verdad, manifiesta la investigadora abulense que esto no debe confundirse con crear un currículo internacional. «Es evidente que ir al extranjero te aporta habilidades y competencias difíciles de adquirir de otra forma, pero las oportunidades de retorno deberían ser viables y sólidas».

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