Diario de Castilla y León

Pisada sostenible con ADN vallisoletano

FoogaPlan surge de la idea de crear un calzado nuevo, dándole importancia a la calidad, pero sobre todo a la comodidad y la atemporalidad 

Vende online a toda Europa y cuenta con una tienda física en Valladolid

El vallisoletano Manuel Marcos, fundador de FoogaPlan.

El vallisoletano Manuel Marcos, fundador de FoogaPlan.E.M

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Es un sueño aferrado a unos valores; cincelado a golpe de decepciones laborales e impulsado por una pasión que nació en la cuna. El vallisoletano Manuel Marcos es el cerebro que se encuentra detrás de FoogaPlan, una empresa que surgió de la idea de crear un calzado nuevo, dándole importancia a la calidad, pero sobre todo a la comodidad, algo que les diferencia de la mayoría de marcas actuales.

Estudió en el Colegio Lourdes, donde descubrió, según reconoce, que quería emprender. Desde siempre lo tuvo claro, sin embargo, entró en el mercado laboral por la puerta más común: como asalariado. Primero deambuló por varias tiendas de Vodafone hasta que llegó a las oficinas centrales del área financiera. Muchos años de aprendizaje que se chocaron con una triste realidad. Su empresa compró ONO y decidieron realizar un ERE, al que se apuntó de forma voluntaria porque llevaba tiempo encasillado en las mismas funciones y era consciente de que ya no iba a ascender más. A esto se sumó que el gusanillo de hacer su sueño realidad estaba despierto otra vez.

La idea estaba clara: crear zapatillas. Manuel Marcos coleccionaba playeras desde pequeño, así que sin pensárselo dos veces empezó a tejer su propia colección. Su negocio estaba en la casilla de salida, así que tenía que ir construyendo su marca. Primero un nombre que, tal y como explica, brotó de una palabra que no existe y en el que se versiona el español y el inglés. «Fooga es como fúgate y vente con nosotros». Un punto de partida que ahora ha evolucionado hasta el nuevo claim: ‘Tenemos un plan’. Por esta razón ahora es FoogaPlan.

La base de cada uno de los pasos que da este emprendedor se sustenta en apostar por un calzado atemporal, con colores básicos que se puedan usar en el día a día, nada extravagantes y minimalistas. Eso sí, puntualiza que su prioridad es la calidad, la sostenibilidad y la comodidad. Con estos tres compañeros de viaje avanza para conseguir ser una marca referente en el sector de la moda. Todo lo que gana, lo reinvierte. Es verdad, indica, que no ha sido un periplo sencillo. Todo lo contrario. Con la pandemia estuvieron tres meses cerrados debido a que sus proveedores pararon la producción.

Lejos de frenar, le sirvió para seguir trabajando por su meta. Y eso que, tal y como subraya, uno de los mayores inconvenientes que han tenido desde el principio es encontrar la fábrica correcta, que les proporcionara la perfección que esta empresa vallisoletana buscaba. Lo hicieron y ahora, aparte de en su tienda física de Valladolid, venden online a toda Europa y están preparando la apertura de más establecimientos en nuevas ciudades.

A la capital del Pisuerga, dice, lo unen su familia y amigos. Por esta razón, construyó su sueño en la tierra que lo vio nacer. Poco a poco, y con mucho trabajo, ha ido avanzando y ahora se siente, admite el vallisoletano, muy orgulloso del equipo que se encuentra detrás de este proyecto, que está consiguiendo convertirse en referente del sector.

En este sentido, una de sus máximas es la calidad. En sus productos, trabajan con una plantilla ergonómica, lo que hace que quien se prueba este tipo de calzado repite. Además, añade Manuel Marcos, la calidad del producto y la atención al cliente completan esa ecuación perfecta. ¿El secreto? Trabajar con fábricas que pueden visitar y así tener un control de todo lo que en ellas se produce. No solo venden zapatillas –eso sí, es el artículo más deseado–, también comercializan prendas como sudaderas, camisetas, camisas… Su público más fiel llega a través de las redes sociales, en particular de Instagram.

En su opinión, la situación de los emprendedores no es sencilla en España porque se enfrentan al pago de impuestos con pocas ayudas y con cuestiones laborales que lastran el negocio. Por este motivo, está convencido que las administraciones públicas trabajan menos de lo que deberían en ayudar a los emprendedores a hacer sus proyectos realidad.

No obstante, asegura que ahora mismo los jóvenes lo tienen más fácil si quieren montar su negocio, si bien el vallisoletano puntualiza que siguen existiendo trabas en el camino. En este punto, Manuel Marcos recomienda a las nuevas generaciones que dibujen una idea que se diferencie de lo que hay, puesto que ese matiz les hará triunfar. Otro aspecto que pone encima de la mesa es que es clave estar preparados para los cambios.

A su parecer, la sociedad sí que valora la innovación y el talento, sobre todo, los más jóvenes. En su caso, desea seguir avanzando para conseguir formar el mejor equipo posible y que su marca se convierta en una marca referente en el sector a nivel Europa. En su página web, lo dejan muy claro: «FoogaPlan parte de la brutal honestidad del minimal art: claro, vivo y pretencioso. Un enfoque hacia la estética europea más relajada, que colisiona con la saturación de estímulos de la vida moderna. Ahí fuera todo va muy rápido. Es una apología al diseño y a la creatividad: al arte de crear. Una alternativa a las tendencias pasajeras y a lo efímero de las cosas. Nos mola crear colecciones que resistan el paso del tiempo, que lleguen para quedarse y formen parte de tu armario cápsula. Dar vida a prendas que no te hagan dudar y que sean la pieza clave de tu día a día. Esto va de decir mucho con poco, de que parezca fácil sin serlo, de pasarlo bien. De tú hablas y nosotros hacemos, mezclado con un poco de hacer lo que nos dé la gana».

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