Diario de Castilla y León

Soria

Residuos animales para tratar el cuero desde Soria

Un proyecto de investigación demuestra que de subproductos de origen animal se pueden obtener dos bioproductos para ser usados como recurtientes en la industria de la piel y como fertilizantes

De izquierda a derecha: Jordi Escabrós de Trumpler Española S.L; Henoc Pérez, de Inescop; Antonio Domínguez, de Energy Green Gas S.L. y Mayra Lacruz, Inescop, en la planta de ensayo en Almazán (Soria).E.M.

De izquierda a derecha: Jordi Escabrós de Trumpler Española S.L; Henoc Pérez, de Inescop; Antonio Domínguez, de Energy Green Gas S.L. y Mayra Lacruz, Inescop, en la planta de ensayo en Almazán (Soria).E.M.

Publicado por
N. Fernández
Valladolid

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La industria avanza en el camino de la bioeconomía circular para la reutilización de productos y subproductos que permitirán que los procesos sean más eficientes. Ese camino lo han comenzado a tomar muchas empresas y a ellos les ayuda la ciencia con investigaciones en este campo.

Un proyecto Life, en el que ha participado la empresa de Almazán (Soria), EnergyGreen Almazán, ha demostrado que a través de una hidrólisis enzimática se puede obtener un fertilizante y agentes recurtientes para la industria del cuero a partir de fuentes renovables como son los residuos animales.

El Centro Tecnológico del Calzado de Elda (Alicante), Inescop, ha coordinado esta investigación en la que, además de la empresa soriana, han participado la empresa química Trumpler (Barcelona) y la granja Otivar (Sevilla).

El proyecto, en el que se ha trabajado seis años, partió con el objetivo de recuperar, valorizar y reciclar las proteínas no destinadas al consumo humano de los residuos de animales. La investigación se enmarca en las estrategias de la bioeconomía circular de la Comisión Europea, que promueve la simbiosis industrial entre diferentes sectores, con el objetivo de reducir el impacto ambiental de los residuos orgánicos. «Esta valorización pretendió sacar un producto de valor añadido y conocer la eficiencia de los recursos que estaban infravalorados», explicó una de las responsables del proyecto, Mayra Lacruz.

Los subproductos que se eligieron para la valorización fueron los residuos de animales no aptos para el consumo y que la industria emplea para la fabricación de harinas cárnicas que, junto con los purines, se suele destinar a generar biogás. «Estos subproductos animales son ricos en proteínas para poder transformarlas», indica Henoc Pérez, especialista en bioprocesos, entonces se pensó en obtener un agente recurtiente para el cuero de origen animal y un bioestimulante para las plantas.

Inescop desarrolló un proceso para la extracción, a escala laboratorio, de las proteínas de los residuos y posteriormente los socios industriales diseñaron una planta de demostración, que estuvo ubicada en las instalaciones de EnergyGreen en Almazán, con la que se validó a escala industrial, la hidrólisis enzimática con la que se obtuvieron los bioestimulantes (fertilizantes) y los agentes bioquímicos recurtientes para el tratamiento del cuero.

La planta de demostración tiene dos unidades. Una en la que se ha realizado el proceso de hidrólisis para recuperar las proteínas de los residuos de origen animal y la segunda en la que se lleva a cabo la concentración del producto obtenido. Los investigadores modificaron el modelo hecho en el laboratorio con el objetivo de que fuese eficiente a escala industrial.

Una vez que se obtuvo el producto concentrado fue el Centro Tecnológico del Calzado el que realizó un trabajo de caracterización de las propiedades, como son el contenido en aminoácidos, grasas y sólidos, entre otros. También se llevaron a cabo las pruebas de germinación de semillas en plantas, como la col china y la lechuga para realizar los ensayos del bioestimulante que se había obtenido en este proceso.

Los miembros del centro participantes en el proyecto validaron las propiedades mecánicas del cuero, unas pruebas que también realizó en la empresa Trumpler, socio del Life, dedicada al diseño, síntesis, producción y comercialización de fertilizantes y productos químicos para el cuero, lo que permitió establecer comparaciones.

Henoc Pérez asegura que los resultados de los ensayos confirman que los dos bioproductos generados se pueden utilizar para el fin que se había pensado: el bioestimulante para la agricultura y el agente recurtiente para la industria del cuero, «hay que hacer algunos ajustes en la planta pero es un material que tiene un gran potencial», explica el experto.

Con la investigación se ha demostrado un importante rendimiento en lo que se refiere a la recuperación de proteínas de los residuos animales que alcanzan el 85% y este tratamiento es capaz de convertir hasta 58,4 toneladas de proteína al año para reintroducirlas en la cadena industrial mejorando así la sostenibilidad.

Mayra Lacruz detalla que para obtener los dos bioproductos se utilizó el mismo residuo animal, pero cada uno se sometió a un proceso enzimático diferente. Para el recurtiente se realizó una doble hidrólisis con una enzima y para el bioestimulante se usaron dos enzimas

El agente recurtiente es un producto que se emplea en la industria de la piel para la fabricación de zapatos, chaquetas y bolsos. Una vez que se ha curtido la piel se necesita una sustancia para mejorar este material para el que, en la actualidad, se emplean fuentes fósiles y resinas. El obtenido en el marco de esta investigación mantiene las propiedades mecánicas e incluso las mejora en comparación con los usados habitualmente por la industria.

En cuanto al bioestimulante resultante del proceso es parecido a un fertilizante orgánico con el que se ha comprobado que estimula el ciclo metabólico de la planta, es decir, mejora la absorción de nutrientes, de la clorofila y mitiga los efectos ocasionados por el clima, además acorta el ciclo del nitrógeno lo que permite que las plantas crezcan a mayor velocidad.

Ante los resultados conseguidos en el marco de este proyecto Life, desde Inescop se ha abierto otro proyecto dentro de la misma línea pero en este caso utilizando los residuos de los huevos que se rompen en las envasadoras.

Los responsables del proyecto aseguran que el trabajo ha permitido innovar e investigar en dos productos de mayor valor añadido impulsando la sostenibilidad en la industria química, la del cuero y en la agricultura. Asimismo destacan que una de las principales aportaciones a la bioeconomía circular es la reducción en la generación de residuos de las industrias de transformación animal. Además se valoriza un subproducto que se hace más biodegradable y orgánico consiguiendo reducir el impacto medio ambiental en comparación a otros productos de origen fósil o mineral.

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