La guía que acompaña al duelo perinatal
Un equipo de sanitarios del servicio de Pedriatría y Neonatología del Hospital de Soria implanta un protocolo con medidas para ayudar a las madres que pierden a los bebés y para evitar daños patológicos
La muerte en general es difícil de afrontar, pero la muerte perinatal , que incluye las pérdidas durante el embarazo a partir de la semana 22 y hasta los 27 días después del nacimiento, son muertes sobre las que resultan difícil de acompañar y que pueden desembocar en duelos patológicos, sobre todo para las madres, quizá, porque todavía existen ciertos tabúes sociales.
Un equipo de personal sanitario del Hospital Santa Bárbara de Soria, liderado por la jefa de Pediatría y Neonatología, María Luisa Serrano, ha elaborado y ha puesto en marcha una innovadora guía para acompañar y ayudar a los padres que han sufrido este tipo de muertes y así reducir los riesgos de sufrir duelos patológicos.
Un trabajo que ha sido distinguido con el Premio Innovación de la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria.
Este protocolo de actuación, uno de los pioneros en Castilla y León donde solo se aplica en Burgos, se aplica en el periodo de hospitalización de la madre, fundamentalmente, y desde que se ha implantado ha reportado beneficios, «así lo han trasmitido las madres» , explica la doctora Serrano.
En el periodo de aplicación de este protocolo se han se han registrado en el hospital soriano ocho muertes perinatales y se han recogido datos favorables que apuntan a que los pasos que se están dando son acertados. A partir de ahora, el equipo de investigación va a realizar un registro y a elaborar encuestas con madres que tuvieron muertes perinatales, tanto antes como después de la aplicación de las medidas que han salido de esta guía.
El protocolo surgió de la inquietud de los sanitarios de la especialidad materno-infantil del Hospital de Santa Bárbara para dar cuidados de mayor calidad a los padres que pierden a su hijo en este periodo de vida. «Cuando se pierde a un niño tras 26 semanas de embarazo, parece que la sociedad no le da importancia porque el niño no ha nacido, esos duelos silenciados son los que peor curan entre los padres», explica María Luisa Serrano.
La doctora puntualiza que esta guía sobre todo es «humanitaria», con la que dan pautas al personal del hospital para empatizar con los padres y así visibilizar el dolor, «con el objetivo de que el duelo se tenga, pero que no derive en patológico, es muy importante sacarlo a la luz y ayudar a los padres.
La necesidad de tomar medidas para ayudar a los padres surgió en plena pandemia de Covid, a raíz de que se unieron las áreas de pediatría y maternidad en el mismo la zona por razones de reorganización del centro. Entonces se constituyó el grupo de personal sanitario, formado por médicos, enfermeras, auxiliares, psicólogos y psiquiatras, y se comenzó con la investigación. En primer lugar se tuvo en cuenta lo que habían realizado otros grupos en hospitales de otras provincias y que sirvió de base para la guía soriana.
En ella se establecen las actuaciones que se aplican desde el momento que se conoce el diagnóstico de muerte intraútero nada más nacer, hasta que la madre abandona el hospital.
Las pautas que se aplican se centran en el lenguaje empleado para comunicar la noticia, la asignación de un espacio adecuado en el hospital aislado para los padres, así como se ofrece la posibilidad de llevar a término el parto, en el que «está comprobado que es mejor sin sedación porque va a formar parte de su recuerdo y va a ser mejor para el duelo», explica la doctora Serrano, quien asegura que «es importante para los padres, pero los profesionales sanitarios también tienen que entender que no es un horror someter a estas pacientes a un parto» .
La guía hace especial hincapié en cómo actuar en los primeros momentos cuando se conoce la noticia de la muerte fetal o bien del bebé recién nacido, sobre todo en los comentarios y frases que no se deben pronunciar, a la que vez que se plantea la necesidad de ser lo más empáticos posible con las madres y no culpabilizarlas de la situación. Pautas que van dirigidas a la actuación de los profesionales, pero también forman parte de los consejos que se trasladan a los familiares más cercanos.
Se recomienda ofrecer a los padres la posibilidad de ver, tocar y abrazar al bebé fallecido, dado que algunos estudios apuntan a que se puede incrementar levemente el riesgo del estrés postraumático y ello puede dificultar la elaboración del duelo.
Desde que se ha implantado este protocolo en el hospital de Soria (junio de 2022), en el centro se ha asignado un espacio adecuado para el duelo. Se busca que sea una habitación con una decoración agradable, en la se retiran cunas y otros objetos relacionados con el nacimiento y está alejada de espacios en los que se encuentran madres que han tenido un bebé. Esta habitación está identificada con una mariposa azul, un símbolo que permite reconocer desde el exterior que dentro hay una madre que está pasando un duelo, «no se trata de un espacio de exclusión por lo que nuestra presencia será frecuente», puntualizó.
El ofrecimiento de una caja de recuerdo es una de las principales innovaciones que se incluyen dentro de este protocolo. Se entrega a los padres, si lo desean, una caja en la que pueden guardar recuerdos que ayuden a reconocer la existencia de ese niño, con objetos como un mechón de pelo, una pulsera identificativa o la pinza del cordón.
Una vez que culminan los cuidados sanitarios tras el parto o tras la pérdida se da el alta hospitalaria a la madre que tendrá un seguimiento de un especialista en psicología que evalúa a las pacientes para determinar el perfil de riesgo.
«Lo que intentamos con este protocolo es no añadir conductas para que el duelo se haga patológico , el duelo se tiene que pasar pero tratar que se convierta en grave», explica María Luisa Serrano, quien indica que estas actuaciones no son una garantía de que algunas madres desemboquen en un duelo patológico, «pero si se detecta de manera precoz será más fácil tratarlo», aclara.
El hospital de Soria es el segundo de Castilla y León en contar con un protocolo de estas características, junto con el de Burgos, y esto, en parte ha sido posible, gracias a la baja carga asistencial.