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Diagnosticar la hepatitis C más invisible

Una profesora de la UVa trabaja en un proyecto para detectar de manera precoz esta enfermedad en poblaciones de riesgo / La idea es crear una base de datos con los resultados de las serologías realizadas

Rocío Aller de la Fuente, especialista en aparato digestivo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesora de la Facultad de Medicina. - PHOTOGENIC

Publicado por
Estibaliz Lera

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A veces el diagnóstico llega sin previo aviso, por ejemplo, cuando los pacientes van a donar sangre o se realizan un análisis rutinario. La infección por el virus de la hepatitis C representa una carga importante para la salud , con una prevalencia mundial del 1%. La posibilidad de curación con los nuevos antivirales ha alentado el establecimiento de objetivos para su eliminación en el horizonte 2030. En España se fijaron en 2015 diferentes líneas de acción, de las cuales la vigilancia epidemiológica constituye un aspecto fundamental. Por este motivo, se han tratado y curado más de 160.000 pacientes, convirtiéndose España en un país líder en eliminación de esta patología. 

En este sentido, Rocío Aller de la Fuente, especialista en aparato digestivo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (UVa), impulsa un proyecto que busca detectar de manera precoz esta enfermedad en poblaciones de riesgo de Valladolid. Al trabajo en los centros de drogadicción se suma el estudio en los pacientes con manifestaciones extrahepáticas de la hepatitis C y conseguir que los hospitales sean lugares libres de esta dolencia. 

En este punto, indica que se ha descrito una mayor prevalencia de infección por virus de transmisión parenteral en pacientes con trastorno mental grave generalmente asociado a conductas de riesgo, así como en los pacientes con trastorno psicótico no afectivo. En cuanto a la prevalencia de la infección por hepatitis C en pacientes con riesgo cardiovascular, se ha reportado en la literatura una asociación entre la infección crónica de hepatitis C y la aterosclerosis. También se ha documentado una asociación entre la infección crónica por hepatitis C con la enfermedad de las arterias coronarias y derrame cerebral. 

Aller de la Fuente destaca las manifestaciones cutáneas como la porfiria cutánea tarda o el liquen plano. Dos señales a las que se añade la diabetes, puesto que, según explica, su prevalencia y la resistencia a la insulina en estos enfermos es mayor que en la población general. Es más, la médica advierte de que esta infección aumenta el riesgo de padecer diabetes casi en un 70% en relación con los pacientes no infectados. De igual forma, es más frecuente en algunas enfermedades hematológicas como determinados linfomas. Por esta razón, sostiene que es necesario un proyecto y un plan de acción que les permita investigar la presencia de la infección por virus de hepatitis C en poblaciones de riesgo, ya que puede ser su única manifestación. 

Un paso, en su opinión, innovador porque detectar esta dolencia a través de la búsqueda activa, implica coordinación entre los diferentes especialistas y hepatología para establecer flujos de consultas más ágiles y cómodos para el enfermo. «Los pacientes con un diagnóstico de hepatitis C activa serán derivados a la consulta de hepatología desde donde se hará una valoración y se prescribirá el tratamiento antiviral que es eficaz en más del 98% de los casos, por lo que tratarla es sinónimo de curarla».

En esta línea, la profesora considera que esta iniciativa también ayudará a concienciar a los jefes de los servicios del hospital sobre la prevalencia del virus de la hepatitis C en su ámbito de trabajo y las diferentes manifestaciones extrahepáticas provocadas por el virus de la hepatitis C, incluyendo el debut de una diabetes mellitus tipo 2; a la creación de un protocolo que defina y estandarice el diagnóstico de hepatitis C en los servicios del hospital; al desarrollo de un protocolo que establezca un circuito de derivación directa de los pacientes diagnosticados entre los servicios del hospital y el servicio de digestivo, y al seguimiento y revisión mensual de las acciones establecidas para analizar resultados y posibles procesos de mejora.

Respecto a las ventajas, Aller de la Fuente subraya que esta investigación servirá para conseguir diagnosticar pacientes con infección de la hepatitis C que desconocían, y que puede ser la causa de sus manifestaciones extrahepáticas, lo que contribuirá no solo a dar un paso más en la eliminación de la hepatitis C, sino también a mejorar la calidad de vida de estos pacientes

«El proyecto nos permitirá crear una base de datos con los resultados de las serologías realizadas, tratamientos empleados para la hepatitis C, tasas de respuesta, análisis de resultados, así como diseño de comunicaciones a congresos y transmisión de nuestra experiencia con este proyecto a otros hospitales», celebra para, a continuación, añadir que España está muy cerca de conseguir la eliminación de esta enfermedad, que ha sido una causa muy frecuente de cirrosis hepática, cáncer de hígado y trasplante hepático. «Gracias a la búsqueda activa de pacientes mediante ésta y otras iniciativas que se han realizado y se seguirán realizando, en la actualidad la prevalencia en nuestro medio es inferior al 0,2% con el objetivo de conseguir su eliminación en el 2030». 

Avanza que ya se ha puesto en marcha el protocolo en diversas especialidades médicas donde los profesionales piensan que se puede atender enfermos con estas manifestaciones extrahepáticas. De igual manera, se han impartido charlas a los jefes de servicio de las especialidades involucradas para establecer los circuitos de derivación. Pequeños pasos con una meta, según adelanta, que se basa en implementar el decálogo elaborado en colaboración con la Asociación Española para el Estudio del Hígado para eliminar la hepatitis C de los hospitales. 

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En este sentido, la profesora manifiesta que la idea es implementar el diagnóstico en un solo paso; adoptar un sistema eficaz de notificación o alertas de positivos; establecer la derivación directa a atención especializada de cualquier paciente diagnosticado con infección crónica por hepatitis C; identificar a todos los pacientes perdidos en el sistema mediante una búsqueda activa retrospectiva de casos positivos desde, al menos el año 2015, y de forma periódica cada dos años; simplificar la evaluación pretratamiento en los pacientes con hepatitis C crónica con o sin cirrosis compensada; reducir la dispensación del tratamiento propiciando la entrega de forma completa en una única visita y su monitorización; implementar el cribado universal en pacientes de riesgo, entre otras acciones.