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PERSONAJES ÚNICOS / LUIS GUTIÉRREZ MARTÍN

En la élite de la docencia

El profesor del Colegio Marista San José de León ha sido elegido el mejor maestro de Primaria de España en los Premios Educa Abanca / Compagina su trabajo en las aulas con la formación de docentes, diseño de materiales educativos que comparte en un blog y su participación en un grupo de investigación de la ULE. 

LUIS-GUTIERREZ-MARTIN

Publicado por
Estibaliz Lera

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Hacer fácil lo difícil es un éxito que no todos los profesores pueden alcanzar. Luis Gutiérrez Martín está en la élite de la docencia. Convierte asignaturas de complicada digestión en un formato en el que los estudiantes se sienten motivados y con ganas de descubrir más. ¿Su secreto? Buenas experiencias educativas, es decir, conseguir que sus alumnos acudan con ganas de aprender en clase. Por todo ello, este leonés ha sido elegido el mejor maestro de Primaria de España en los Premios Educa Abanca.

Un logro que ha obtenido con esfuerzo y trabajo. Dos compañeros de viaje a los que se abrazó –y aún no ha soltado– en el centro donde aprendió a leer y en el que desde hace 17 años imparte clase. Está muy unido al Colegio Marista San José de León. «Llevo toda la vida por los mismos pasillos», cuenta, entre risas. Estudió magisterio, según recuerda, porque no tenía muy claro en qué carrera matricularse. «Me atraía todo lo relacionado con el mundo sanitario y quería estudiar enfermería, pero no me llegó la nota. Con la idea de no perder un año, decidí, ya que también me llamaba la atención la docencia, matricularme en la facultad de Educación de la Universidad de León».

Sin embargo, esos meses marcaron su futuro, ya que, admite Gutiérrez Martín, se dio cuenta de que le encantaba enseñar, por tanto, terminó la especialidad de Educación Primaria. «Lo que a priori parecía un fracaso se convirtió en el éxito de mi vida», expone. De hecho, el último año de universidad compatibilizó sus estudios con clases de informática por las tardes. Pero llegar a lo más alto no fue sencillo, estuvo dos años impartiendo clases de informática, ofimática, diseño y creación de páginas web… Un buen día se dio cuenta que si quería enfundarse la bata blanca en un colegio tendría que estudiar más, así que decidió volver a la facultad y se matriculó en la especialidad de Educación Física. 

La informática siguió formando parte de su día a día a pesar de volverse a sentar en el pupitre. En 2005 le llamaron de su colegio para realizar una sustitución. Una llamada que le ha llevado hasta el día de hoy. En este camino siguió formándose y sacó la especialidad de Lengua Extranjera: inglés y muchos cursos para convertirse en un buen profesional. Por ese entonces empezó a dar cursos a profesores de su claustro y de otros claustros tanto de forma presencial como online. De igual forma, el leonés señala que hace unos años surgió la idea de compartir sus ideas y creaciones con otros profesores, por tanto, creó redes sociales educativas. Otra ventana más para seguir conectado con su pasión: la enseñanza. 

Gutiérrez Martín asegura que tiene «el mejor trabajo del mundo» y lo compagina con la formación de profesores, el diseño de materiales educativos que comparte de manera gratuita en el blog que creó hace un año –porsitevale.com– y, además, desde el curso pasado participa en un grupo de investigación de la Universidad de León (ULE). «Me esfuerzo en estar muy formado en diferentes metodologías y herramientas TIC, creo que cuantas más herramientas tengamos y conozcamos, mejor podremos desarrollar nuestro trabajo en el aula», asegura. 

En este sentido, el leonés comenta que lo bueno de la docencia es que todos los días son diferentes. «En el día a día intento entrar siempre con una sonrisa en clase y hacer con mis alumnos actividades atractivas, divertidas y sorprendentes. Mis mayores esfuerzos los destino a preocuparme mucho por ellos, por su trabajo y su esfuerzo, intentando sacar lo mejor que tienen, cada uno hasta donde llegue», subraya para, a renglón seguido, añadir que trata de combinar metodologías tradicionales con metodologías activas y nuevas tecnologías. 

Una de sus últimas creaciones en el campo de la gamificación ha sido el proyecto que ha bautizado con el nombre de ‘Cazadores de Dragones’. En este juego, según detalla, el Malvado Olvido quiere asolar la Tierra y a todos sus habitantes, destruyendo todo el conocimiento del humano del pasado, el presente y el futuro. El objetivo de este curso es vencerlo y recomponer la Torre del Conocimiento.

«Mi labor es ir guiando a los estudiantes a través de la historia. Dentro del juego, el Oráculo va presentando nuevos escenarios, nuevas situaciones y misiones que los alumnos deben resolver. La idea principal es que los alumnos, transformados en cazadores de dragones, vayan venciendo a los dragones que protegen al Malvado Olvido, para así derrotar a su máximo enemigo con el fin de salvar todo el conocimiento y proclamarse, de ese modo, vencedores». 

Incide en que disfruta mucho haciendo su trabajo, sobre todo, ayudando a sus alumnos y viendo sus progresos. «Me preocupo por ellos, por lo que creo que es la mezcla de todo esto lo que habrá hecho posible este premio», considera Luis Gutiérrez Martín, quien afirma que haber sido reconocido en los Goya de la Educación supone «dar visibilidad» al trabajo de los profesores y otorgarles «el papel tan importante» que tienen los docentes en la sociedad, ya que en su mano está la formación de las futuras generaciones de España. «Creo que las familias percibieron la vocación que tengo por este trabajo, la ilusión que pongo en mi aula con los niños, la forma de dar clase, la preocupación por sus hijos y mucho esfuerzo y trabajo cada día», destaca el leonés. 

En su opinión, en Castilla y León hay grandes profesionales de la educación, como demuestran las pruebas PISA. «Los docentes en esta Comunidad nos preocupamos por los alumnos y por la educación que les damos, pensando principalmente en ser guías para que consigan alcanzar sus metas en la vida. Considero que la labor del profesorado, en todas partes, ha de estar continuamente sujeta a la formación y al desarrollo profesional, para conseguir que su labor pueda evolucionar y adaptarse a los cambios que los niños y jóvenes tienen con el paso de los años y los cambios sociales». 

Preguntado por si las administraciones trabajan para colocar a la región a la vanguardia de la educación, tiene claro que sí porque están haciendo lo que tienen en su mano con los recursos que manejan. «Los docentes de Castilla y León son los que trabajan mucho y muchas horas, más de lo que se ve, para hacer el mejor trabajo en el aula. El cambio de ley ha hecho que este trimestre sea muy duro y eso la mayoría de la gente no lo ve, pero luego entramos con una sonrisa en nuestras aulas», defiende Gutiérrez Martín, quien subraya que una bajada de ratio ayudaría en su trabajo diario. «Los dos últimos cursos, por las restricciones derivadas de la COVID-19, hemos tenido menos alumnos en el aula y hemos trabajado muy bien, ya que la enseñanza era más personalizada y podíamos atender mejor a los niños con dificultades». 

A su parecer, la sociedad premia tanto la innovación como el talento, conscientes de la importancia que tienen en el desarrollo de un país, aunque es cierto que, dice que, tal vez, debería hablarse más de ello y darle una mayor importancia, puesto que este tipo de reconocimientos o informaciones solo se quedan en los ámbitos a los que afecta. «En el campo educativo, la innovación pedagógica es la clave para conseguir mejorar la calidad de la enseñanza, que está directamente relacionada con la motivación y el interés de los alumnos», manifiesta. 

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En este sentido, deja claro que, con el paso de los años, el avance en la educación, dejando a un lado las clases en las que solo el profesor hablaba de forma monótona y aburrida, ha ayudado a luchar contra el abandono escolar y ha contribuido a que los niños se adapten a distintas situaciones, favoreciendo que los aprendizajes sean funcionales y no únicamente memorísticos y carentes de aplicaciones prácticas. «El cambio en la educación es imprescindible para conseguir un mundo mejor en el que todas las personas puedan desarrollarse e intentar ser las mejores versiones de sí mismas», concluye el docente leonés.