Cerrar

El Café Gijón de la tecnología

La Fundación Proconsi promueve el Espacio Yvium para dar visibilidad a nuevos proyectos culturales con una fuerte vinculación tecnológica / Busca ayudar a nuevos talentos que enriquezcan y dinamicen la Comunidad

yvium

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

Existen lugares que desprenden magia. Es el caso del mítico Café Gijón de Madrid, donde Antonio Machado, Valle Inclán o Pérez Galdós encontraron la inspiración para sus obras y también debatieron de todo lo que se les pusiera por delante. Arreglaron el mundo, se enfadaron, se contentaron, conocieron a gente, incluso se vanagloriaron. Un centro cultural de primer orden que sigue rezumando sabiduría a golpe de pluma y tintero, impregnado de un aire vetusto que conquista por la larga historia que atesora. 

No es el único enclave que cobijaba a escritores y artistas. A estos populares escenarios de cháchara literaria y mundana se sumaron muchos locales que conquistaron a los espectadores a través de la ficción. Es el caso de Central Perk, una cafetería de Nueva York, donde se juntaban la mayor parte del tiempo los seis protagonistas de la serie Friends. Este lugar enamoró porque era punto de encuentro de estos amigos que acudían a diario solo para pasar el rato y contar qué tal les iba la vida. 

Con este espíritu nace Espacio Yvium. La Fundación Proconsi ha puesto en marcha este lugar que tiene como objetivo principal dar visibilidad a nuevos proyectos culturales con una fuerte vinculación tecnológica. «Está abierto a cualquier aficionado a la tecnología, el emprendimiento, la lectura, la música… Con una programación abierta a la participación de cualquier interesado en mostrar sus creaciones o iniciativas ante el público en general, inversores, etc. Un espacio de reflexión, reunión, tertulia y conocimiento que tiene a la tecnología como punto de partida», explica Tomás Castro, presidente de la Fundación Proconsi. 

Ubicado en el mítico local leonés El Cafelito, inaugurado en 1998, este enclave aúna un formato de café clásico con un punto de encuentro para el desarrollo de actividades tecnológicas y culturales, apoyadas en el buen uso de la tecnología, actuaciones musicales, lecturas, presentaciones, rondas de inversión, seminarios, etc. En definitiva, añade, un lugar en el que compartir conocimiento con todo el que quiera escuchar.

En Yvium se desarrollarán actividades de diversa índole: desde jornadas de emprendimiento a presentaciones de libros, pasando por exposiciones de arte, tanto físico como digital, jornadas de cine, monólogos y pequeñas representaciones teatrales, actuaciones musicales, tertulias, entre otras. En esta línea, Castro sostiene que en estas citas se primará el intercambio de ideas, con la meta de crear un pequeño ecosistema de conocimiento que ofrezca la posibilidad de impulsar ideas y trabajos de una forma colaborativa.

Un proyecto innovador porque, en su opinión, fusiona arte, música, literatura, emprendimiento con la tecnología, poniendo al alcance del público en general las soluciones tecnológicas más disruptivas. «Realidad virtual, robótica, metaverso, NFTs… son algunas de las muchas tecnologías y tendencias al alcance de los usuarios del Club Yvium, quienes podrán disfrutar de un café mientras visitan la Capilla Sixtina mediante realidad virtual, ven la última exposición de un artista, o participan en un encuentro interactivo con emprendedores de otras regiones o países, por ejemplo, a través de plataformas virtuales, entre otras muchas iniciativas», detalla el presidente de la Fundación Proconsi.

Respecto a las ventajas, afirma que ofrece un punto de encuentro desde el que impulsar las ideas y el conocimiento, favoreciendo la participación y la tertulia. De igual forma, permite la difusión y mentorizaje de proyectos de emprendimiento, y pone en valor lo autóctono de un modo moderno y global en lo relativo a costumbres, deportes o tradiciones locales.

 «Todos los miembros del Club Yvium, además de acceso preferente a los eventos, tienen derecho a usar el equipamiento tecnológico, como las gafas de realidad virtual de última generación, y a utilizar durante dos horas al año el espacio para fines alineados con los establecidos en la programación», indica. 

¿Cómo surgió la idea? Tomás Castro detalla que desde Proconsi, a través de su fundación, la responsabilidad social corporativa siempre ha sido una parte esencial de su día a día. Desde 1989 han desarrollado una amplia variedad de actividades de apoyo a los más desfavorecidos, fomento del uso sostenible de la tecnología, ayuda al emprendimiento, formación, etcétera. «El hecho de contar con un espacio como Yvium nos permite ofrecer un marco físico y virtual, en el que cobijar buena parte de estas iniciativas, con la finalidad de que lleguen de un modo más claro y directo a la población, animando, además, a un apoyo proactivo por parte de todos aquellos aficionados a la cultura, las artes, la tecnología… a través del Club Yvium». 

El proyecto arrancó a finales de 2021, pero no se hizo realidad hasta el pasado 17 de junio. El pistoletazo de salida se dio con una gran inauguración, en la que participaron el escritor Miguel Ángel Recio, el inversor Pedro Piñán, el CEO de Qubit Bigas Luna Xavier Martorell, el artista digital Bernardo Rivavelarde, el artista Sebastián Román, el emprendedor Alejandro Bernabé, los músicos Trío Concordia, Rodrigo Martínez Dúo y Luis Pedreira, el poeta Juan Campal, la fundadora de la Fundación Eutherpe Margarita Moráis y el filósofo Miguel Ángel Castro. 

Cargando contenidos...

La idea de los creadores del espacio es, tal y como avanza el presidente de la Fundación Proconsi, contar con una programación semanal, combinada con eventos propuestos por parte de los propios miembros del Club Yvium. «La participación colaborativa es la esencia del proyecto. Por el momento ya estamos preparando varias jornadas con emprendedores de la región, algún concierto, actuaciones teatrales, etc. La programación comenzará en septiembre, pero, hasta entonces, durante el verano, contaremos con algunos eventos puntuales», zanja Tomás Castro.