La investigadora de bota y bata
PERSONAJES ÚNICOS / PATRICIA CASANUEVA GÓMEZ Acaba de ser galardonada con el ‘oro’ en los Premios de Investigación Provincia de Valladolid de la Diputación / Este reconocimiento avala la creación del primer atlas de libélulas de la provincia, para el que ha analizado más de 5.000 registros.
Camina con el foco puesto en las alas. No son unas alas cualesquiera, se centra en las libélulas, en concreto, en las de la provincia de Valladolid. Patricia Casanueva Gómez nació en Palma de Mallorca, aunque creció en Salamanca. Unos orígenes que le han calado tan hondo que tiene predilección por el Mediterráneo y las encinas. Además, en el colegio se fascinaba con cada lección de biología. Y es que, según recuerda, su profesor dibujaba en la pizarra cada una de las partes y mecanismos que ocurrían en el interior de las células. «En aquellos años no teníamos PowerPoint, y los días de diapositivas se convertían en una auténtica fiesta», comenta para, a renglón seguido, añadir que le parecía magia que en un sitio tan pequeño ocurrieran tantas cosas importantes.
Estudió la licenciatura de Ciencias Biológicas en la Universidad de Salamanca, «una carrera preciosa y muy completa dado que teníamos tanto asignaturas de bota como de bata». En este sentido, señala que disfrutaron de muchas prácticas experimentales en campo y en laboratorio, gracias a las cuales acabaron con una visión muy amplia de la biología.
En quinto de carrera esta mallorquina cursó Parasitología animal, «una asignatura apasionante», donde descubrió que seres tan pequeños, como son los parásitos animales, tienen mecanismos tan increíblemente sofisticados como para engañar al sistema inmunitario de animales superiores. Por este motivo, decidió realizar la tesis doctoral en ese departamento. «Fueron años muy buenos bajo la dirección del doctor Antonio Muro».
Los primeros tres años de doctorado estuvo en los laboratorios del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Allí, desarrolló experimentos in vivo en los que probaron la eficacia protectora de vacunas frente a la infección de Fasciola hepatica, un parásito que se hospeda en el hígado de ovejas, vacas y del hombre.
Más tarde para desarrollar la parte de biología molecular estuvo trabajando en el laboratorio de Inmunología y Patología Parasitaria de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, donde desarrollaron técnicas moleculares para la creación de proteínas recombinantes con interés inmunológico.
Su siguiente destino fue la Universidad Europea Miguel de Cervantes, centro en el que ha podido crecer como docente e investigadora. Empezó impartiendo clases en la licenciatura y el grado en Ciencias Ambientales. Ahora aporta su experiencia y conocimiento a los alumnos de los grados de Nutrición Humana y Odontología. Clases que compatibiliza con el grupo de Estudios Medioambientales, donde es coordinadora.
Casanueva Gómez también ha participado en el proyecto de investigación ‘Caracterización ambiental y análisis de riesgos en cuencas transfronterizas: proyecto piloto en el río Águeda’ dentro del Programa Interreg VA España-Portugal (POCTEP), en el que obtuvieron unos resultados muy interesantes para el estudio y la conservación de una zona con mucho interés medioambiental. Analizaron, entre otras cosas, poblaciones de especies silvestres que sirven como indicadores del estado de conservación de ecosistemas acuáticos.
En su carrera investigadora ha participado en varios estudios ligados a la Diputación Provincial. De hecho, acaba de ser galardonada con el oro en los Premios de Investigación Provincia de Valladolid de la Institución Provincial por crear el primer atlas de libélulas de la provincia, para el que ha analizado más de 5.000 registros. «No se tenía registros de cuál es la situación de estos insectos, tan importantes para dejarnos ver la realidad del estado de nuestros arroyos y lagunas».
Esta mallorquina ha dedicado parte de su tiempo a analizar el efecto del cambio climático en ecosistemas de montaña de la Península durante varios años. En ello, tal y como expone, han podido comprobar cómo la distribución de algunas especies está cambiando debido al calentamiento global. Un proyecto al que se suma otro centrado en la salud ambiental de Castilla y León. En particular, explica que analizaron la incidencia de la malaria aviar en especies silvestres. «Concluimos que algunos parásitos de la familia de la malaria son capaces de transmitirse en nuestra zona al estar presente el vector de transmisión, el reservorio del parásito y las condiciones ambientales adecuadas para hacerlo».
En su opinión, en Castilla y León hay mucho potencial tanto personal como material en investigación e innovación. «Los graduados salen muy bien preparados de nuestras universidades y en nuestra región pueden encontrar importantes centros de Investigación e innovación», sostiene Patricia Casanueva Gómez para, a renglón seguido, apuntar que son muchas las áreas en las que la Comunidad destaca como son la agroalimentaria, automoción, biotecnología, salud y medioambiente.
En esta línea, asegura que la sociedad es capaz de distinguir los productos innovadores, y, a su juicio, sí que los premia y los recompensa. Es más, dice que hay muchos ejemplos de gente que arriesga innovando y alcanza el éxito gracias a ese reconocimiento de la sociedad.
Preguntada por la situación de los jóvenes, considera que les está costando mucho asentarse y encontrar buenas condiciones de trabajo. «La capacidad de adaptación propia de los jóvenes es bien conocida y, en muchos casos, demasiado aprovechada por el sector laboral. Esta capacidad de adaptación tiene un límite que en muchos casos se supera. Es entonces cuando los jóvenes abandonan España por unas mejores condiciones», lamenta Patricia Casanueva Gómez.