Diario de Castilla y León

De rodar por el asfalto a la industria

El proyecto de Greenval Technologies en Dueñas se basa en el diseño y construcción de una planta de reciclado para tratar 10.000 toneladas al año de neumáticos fuera de uso triturados / La meta es valorizarlos en nuevas materias primas recicladas.

Close up of old used tires and shredded tire pile in background

Close up of old used tires and shredded tire pile in background

Publicado por
Estibaliz Lera

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Al año se generan 300.000 toneladas de neumáticos usados. No todos acaban tratándose de manera adecuada, algunos se abandonan en vertederos, otros se convierten en las casas de insectos y roedores, y los que peor suerte corren terminan quemados, emitiendo a la atmósfera gases muy tóxicos. Para cambiar su rumbo existen iniciativas que les dan una segunda vida. 

El proyecto de Greenval Technologies en Dueñas, Palencia, se basa en el diseño y construcción de una planta de reciclado para tratar 10.000 toneladas al año de neumáticos fuera de uso (NFU) triturados, que permitirá valorizarlos en nuevas materias primas recicladas, contribuyendo de esta forma a la economía circular de los neumáticos.

«Esta nueva planta recibirá neumáticos fuera de uso ya pretriturados, con un tamaño entre 5x5 centímetros cuadrados y 10x10 centímetros cuadrados, que es conocido como small y que se produce en la misma población de Dueñas, en otra planta ya en funcionamiento», detalla Álvaro Seseña Gaitán, director de Estrategia y Desarrollo de Greenval Technologies.

En este sentido, comenta que este small se procesa ya en la planta de Greenval y se corta en trozos aún más pequeños llamados chip, de un tamaño menor de 2x2 centímetros cuadrados, libres del acero y el material textil que se encontraba en el small. «El chip de neumático entra en el reactor de Greenval, patentado y desarrollado de manera conjunta con el CSIC, donde se mueve horizontalmente a lo largo de un tornillo sinfín y, al mismo tiempo, se va calentando, de forma que el neumático se empieza a degradar. Es lo que se conoce como pirólisis, un proceso termoquímico en total ausencia de oxígeno, por lo que no emite gases de efecto invernadero. No es una combustión ni una incineración, sino una degradación sin oxígeno», explica. 

A la salida del reactor se obtienen dos productos comerciales derivados de estos neumáticos fuera de uso. Por un lado, indica que se logra un producto sólido industrial que se conoce como negro de carbón recuperado, que precipita al final del reactor. «El negro de carbón recuperado se trata posteriormente para su mejor comercialización, en un proceso de molienda, de peletizado y de secado. Además, sirve de agente de refuerzo para neumáticos o productos hechos con base de caucho, como las mangueras y las cintas transportadoras, y para pigmentos industriales de color negro». 

Por otro, Álvaro Seseña Gaitán comenta que está el aceite pirolítico, que puede ser empleado para la elaboración de disolventes o parafinas, o bien incorporado como componente reciclado al gasóleo marino, es decir, combustible para embarcaciones. De manera adicional, agrega que se produce en el reactor gas de síntesis, que se recircula y ofrece la posibilidad de autoabastecerse al reactor con su propia energía. «El proceso pirolítico es en total ausencia de oxígeno, se degrada y no genera residuos», apunta. 

Todos los productos que se generan, tal y como comenta, tienen un alto valor económico y comercial al ser circulares. Es más, han sido certificados con el más alto estándar de sostenibilidad mundial, la Certificación Internacional de Sostenibilidad y de Carbono. Un reconocimiento clave, en su opinión, para considerar que este proyecto es innovador, ya que da respuesta al problema del tratamiento y gestión de los neumáticos fuera de uso, mediante un proceso sostenible, limpio y ecológico, evitando así que, por ejemplo, acaben incinerados en sementeras, lo que genera grandes cantidades de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático. 

De igual forma, Seseña Gaitán considera que, frente a otras tecnologías de degradación pirolítica de neumáticos fuera de uso, el reactor Greenval es un reactor horizontal que permite trabajar en continuo, de forma que puede tratar muchos más neumáticos en un proceso constante.

En cuanto a las ventajas, manifiesta que la principal es que aporta una solución sostenible y ecológica al desafío de tratar los neumáticos fuera de uso, puesto que no sólo los elimina como hacen otras tecnologías, sino que, mejor aún, los transforma en nuevos productos reciclados que pueden emplearse otra vez en la industria. 

De manera adicional, dice que tiene valor añadido a nivel medioambiental, ya que reduce considerablemente la emisión de gases de efecto invernadero (CO2). Según el estudio realizado por el CSIC, la huella de carbono del proceso Greenval disminuye más del 84% comparado con los métodos tradicionales que se vienen empleando en la gran industria para producir el negro de carbón. 

Aporta, a su parecer, una ventaja a nivel de diseño, porque se ha pensado y desarrollado para que la planta sea modular y escalable. «Un solo reactor de pirólisis Greenval procesa 5.000 toneladas al año de chips de neumáticos fuera de uso; por lo tanto, para la planta de Dueñas, que procesará 10.000 toneladas, se montarán en paralelo dos reactores. Si se quisiera procesar 20.000 toneladas al año, se requerirían cuatro reactores». 

El broche a los puntos positivos de este proyecto lo ponen los beneficios a nivel social: genera empleos no solo durante su montaje y construcción, estimada entre 9 y 12 meses, sino que también crea empleo de calidad y a largo plazo para la operación y mantenimiento de la instalación durante toda la vida de la planta. 

Además de la nueva planta de Dueñas, avanza que Greenval tiene un plan estratégico de desarrollo para construir tres plantas más del mismo tamaño en otros puntos de la geografía nacional, de forma que se pueda trasladar esta tecnología a más lugares y contribuir así a solucionar el problema que supone la generación de neumáticos fuera de uso de la sociedad.

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