Una barrera acústica vegetal en una arteria urbana de Valladolid
ESPECIAL Agencia de Innovación y Desarrollo Económico
- SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA - El proyecto europeo URBAN GreenUP avanza con la instalación de una barrera acústica vegetal en el Paseo del Hospital Militar / Busca favorecer la reducción de ruido y colaborar con la devolución de las zonas verdes al núcleo urbano
Es una contaminación invisible, ya que no deja residuos físicos, ni tampoco se mantiene constante en el tiempo. Sin embargo, está ahí, haciendo de las suyas. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, el ruido es uno de los factores medioambientales que provoca más alteraciones en la salud, después de la contaminación atmosférica. Por tanto, es clave frenarlo. Es más, desde hace años las recomendaciones europeas van en la línea de establecer medidas para reducirlo, porque una de cada cinco personas está expuesta a niveles de ruido de tráfico superiores a los límites establecidos.
El Ayuntamiento de Valladolid tiene muy claro que la innovación es el mejor vehículo. En esta línea, de la mano del proyecto europeo URBAN GreenUP ha dado un paso al frente con la instalación de una barrera acústica vegetal en el Paseo Hospital Militar de la capital. Una solución que, en palabras de Charo Chávez, concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio, es singular, puesto que es única para hacer frente a una problemática de estas características.
«Quisimos hacer un esfuerzo para implantar una barrera acústica con la mayor longitud posible en este tramo, aumentando al máximo su eficacia», indica para, a renglón seguido, añadir que tiene una doble funcionalidad; por un lado, favorecer la reducción de ruido de una de las vías con una alta densidad de tráfico, según el mapa de ruido de Valladolid de 2018 y, por otro, colaborar con la devolución de las zonas verdes al centro de la capital, que mejoran la calidad del aire, proporcionan un ambiente más fresco y aumentan la biodiversidad.
Esta barrera acústica vegetal, que cubrirá 80 metros de largo de la mediana y tres de alto, se caracteriza porque la madera forma parte del aislamiento. «Estos paneles acústicos de madera son como los paneles acústicos de hormigón o metacrilato que se pueden encontrar en las autovías. Absorben el ruido y se complementan a la perfección con los jardines verticales», celebra Alicia Villazán, técnica de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid.
En esta línea, arquitecto y fundador de SingularGreen, pyme especializada que forma parte de URBAN GreenUP, subraya que se optó por la madera por una cuestión estética y de naturaleza de los materiales. «No tenía sentido que fuera metálica». Y también, añade, por un tema práctico, porque absorbe muy bien el ruido. «Tanto la madera como las plantas impiden que el ruido rebote. Se absorbe gracias a la distribución en franjas y al alma que se encuentra dentro de la madera», detalla antes de agregar que están «contentos» de formar parte de un proyecto que va a ayudar mucho a los vecinos a paliar el ruido de la zona. Además, «esta instalación es única en el mundo. Muchas de las actuaciones de renaturalización urbana de URBAN GreenUP lo son».
Otro punto que destaca Villazán es que, aunque ahora mismo solo se ve madera, antes de finalizar las obras estará cubierto por un 60% de vegetación, y en enero empezaremos a ver ya la instalación de los jardines verticales. En total, habrá una superficie verde adicional de 285 metros cuadrados que ayudarán a paliar el alto impacto del ruido en el centro de Valladolid y a disminuir la contaminación del aire. Una solución que se complementará con el arbolado que tenía la mediana. «Se van a volver a plantar los árboles que había en esta zona», confirma la técnica de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid.
BARRERA DISCONTINUA
¿Por qué la barrera no se ha hecho discontinua? Asegura que no es efectiva contra el ruido. Tampoco se podría haber colocado en el lateral, al lado de las viviendas, porque, aunque, tal y como explica, sí que hubiera absorbido más ruido, es una calle que tiene muchas entradas a garajes y a comercios, por lo que habría que hacerla discontinua y sería menos eficiente. «Poner barreras acústicas vegetales en el centro de la ciudad no es sencillo, puesto que hay que estudiar muchos aspectos para que aporten el mayor número de beneficios posibles».
Diagrama del proyecto de instalación de las barreras acústicas. / Innolid
De hecho, antes de colocarla en el Paseo del Hospital Militar, se analizaron otras ubicaciones como el tramo siguiente del Paseo Hospital Militar hasta el puente Adolfo Suárez, la Avenida de Salamanca, la calle Manuel Jiménez Alfaro o el propio Arco de Ladrillo. Sobre este último lugar, Alicia Villazán asegura que es verdad que soporta niveles de ruido elevados por la alta densidad de tráfico, pero se desechó porque la obra era «muy compleja», ya que las viviendas están muy cerca del puente y restaría mucha visibilidad. Otro de los motivos que llevó a decantarse por la vía donde se ha ubicado es porque comunica el este con el oeste de la ciudad y es entrada desde Madrid.
RENATURALIZACIÓN URBANA
El proyecto URBAN GreenUP, financiado por parte del programa europeo Horizonte 2020, nace con la meta de desarrollar una estrategia de renaturalización urbana a través de Soluciones Basadas en la Naturaleza. Valladolid es una de las tres ciudades demostradoras, en la que se han llevado a cabo otras múltiples actuaciones como la fachada verde del edificio de El Corte Inglés de la calle Constitución, los toldos vegetales de la calle Santa María, el electro-humedal de Parque Patricia o los jardines verticales móviles situados por distintas zonas de la ciudad, como las letras de Plaza Zorrilla, entre otras.
Dentro de esta iniciativa habrá un corredor verde renaturalizado que ofrecerá la posibilidad de recorrer Valladolid de oeste a este en bicicleta. Partirá del estadio de fútbol Zorrilla, donde se desarrollan también algunas otras intervenciones del proyecto europeo H2020, hasta el barrio de Santos-Pilarica, donde se construirá un sumidero urbano de carbono, con 2.000 árboles. El corredor renaturalizado enriquecerá la ciudad en muchos aspectos; además de reverdecerla, reforzará la conexión sostenible entre el entorno urbano y periurbano.