Diario de Castilla y León

VALLADOLID

La mirilla de la investigación

Un equipo del IOBA caracteriza, por primera vez, la superficie ocular del cerdo y concluye que se parece más a la humana que la de los roedores. El estudio pone el foco en la conjuntiva, donde se encuentra la primera línea de defensa frente a los patógenos

Instalaciones del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid. - E.M.

Instalaciones del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid. - E.M.

Publicado por
Estibaliz Lera

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Tener vista de lince es una expresión que se utiliza para referirse a alguien que posee una agudeza visual portentosa; una locución que hace referencia a unos ojos que proporcionan la capacidad de divisar a largas distancias. Ahora bien, si en vez de ver lo que queremos es investigar, la carrera la gana el cerdo . De hecho, se impone al roedor que desde siempre ha ocupado la primera posición. 

Los árbitros de esta competición son los investigadores del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, quienes han caracterizado, por primera vez, la superficie ocular del cerdo, es decir, han determinado cuáles son sus estructuras, qué características específicas tienen… Para realizar este estudio obtuvieron ojos de cerdo del Matadero Justino Gutiérrez de la localidad vallisoletana de Laguna de Duero, gracias a la colaboración que mantienen con ellos desde hace varios años. Pero esta vez le dieron más trabajo del habitual porque les pidieron que incluyeran los párpados.

Y lo solicitaron porque su idea era llevar a cabo una caracterización detallada de la superficie ocular, y la conjuntiva recubre el interior de los párpados. Una vez que recibieron las muestras se fijaron y se procesaron en el laboratorio . El siguiente paso fue realizar varios cortes histológicos y distintas tinciones para analizar la estructura de los tejidos , localizar las células caliciformes y analizar la composición del moco que contienen. También localizaron mediante inmunodetección la presencia de linfocitos, lo que ayudó a caracterizar el sistema inmune específico de la conjuntiva, conocido como CALT. 

«Analizamos dónde estaban las células caliciformes, hicimos un recuento de estas en todas las zonas de la conjuntiva y vimos también de qué tipo eran analizando los glicoconjugados que tenían en su interior. También, otra parte muy importante fue la caracterización del CALT. El CALT es el tejido linfoide asociado a la conjuntiva. Es una parte del sistema inmune que tienen todas las mucosas y que es la primera línea de defensa frente a patógenos, puesto que están en contacto con el exterior. Hemos corroborado que el cerdo también tiene este sistema de defensa, y hemos comprobado que es muy similar al del humano. Tiene folículos, tejido linfoide difuso y linfocitos intraepiteliales», explica la investigadora Laura García Posadas.

La ventaja de este trabajo, a su parecer, es que aporta conocimiento sobre las características de la superficie ocular del cerdo. «Hasta ahora habíamos encontrado trabajos dispersos sobre los ojos de cerdo. Algunos hacían referencia a medidas anatómicas, pero en lo que respecta a las características histológicas de la superficie ocular no había mucha información disponible . Sí que había datos sobre la córnea, que siempre es uno de los tejidos más estudiados del ojo. Pero la superficie ocular es mucho más que la córnea. Nosotros analizamos en profundidad la conjuntiva, y vimos que se parece bastante a la humana en muchos aspectos, por lo que creemos que el cerdo es un buen modelo de estudio en este campo», argumenta.

Y es que este trabajo podría beneficiar a las enfermedades que afectan directamente a la superficie ocular, como son alergias o síndrome de ojo seco, pero también de manera indirecta a cualquier dolencia ocular para la que se investiguen tratamientos de aplicación tópica, como colirios. « Estos medicamentos tienen que atravesar la superficie ocular para llegar a su destino si éste está en el interior del ojo. Por lo tanto, para estudiarlos es necesario emplear modelos que sean similares al humano. Al haber comprobado que la superficie ocular porcina se parece en muchos aspectos a la humana pensamos que se puede promover el uso de estos tejidos porcinos para hacer los análisis preliminares que estudien enfermedades de la superficie y distintos tratamientos oculares ». 

La principal conclusión a la que han llegado es que la superficie ocular del cerdo se parece bastante a la humana, lo que avala su uso como modelo de estudio. Es más, García Posadas declara que es similar a la superficie ocular humana que la de ratas o ratones, que suelen emplearse más en investigación. Además, agrega, si se usa tejido de cerdos procedente de mataderos, se evita la utilización de animales de investigación para estas primeras fases de los estudios, con las ventajas éticas que conlleva. Por todo esto, sostiene que este estudio debería ayudar a promover los trabajos de investigación con tejidos oculares porcinos.

No obstante, deja claro que existen diferencias con la superficie ocular humana. La más llamativa, a juicio de la investigadora del IOBA, es la presencia de un tercer párpado en los cerdos . A esto se suma que la córnea del cerdo es mucho más gruesa que la humana. Por lo demás las similitudes son muchas. «En el caso de la conjuntiva, que era la parte más inexplorada de la superficie ocular porcina, hemos visto que es muy parecida a la humana. La conjuntiva tiene dos partes muy diferenciadas, un epitelio y un estroma. El epitelio, que es la parte más superficial, está formado por varias capas de células epiteliales y, entre ellas, hay un tipo especial de célula epitelial que se denomina célula caliciforme. Estas células caliciformes están especializadas en secretar moco y son fundamentales para el mantenimiento de una superficie ocular sana ». 

En otras palabras, indica que cuando no hay suficientes células caliciformes o estas no funcionan bien se pueden padecer problemas del tipo de ojo seco u otras patologías como las alergias oculares. En todas aparece un denominador común: la sobreproducción de este moco excretado por las células caliciformes. Por esta razón, afirma que la distribución de estas células es importante. En el humano están repartidas de forma más o menos dispersa por toda la conjuntiva. Hay áreas con más concentración que otras. En los roedores, sin embargo, suelen aparecer agrupadas en clústeres.

El proyecto, que forma parte de la tesis doctoral de Mario Crespo Moral, arrancó hace tres años, si bien en el IOBA llevan mucho tiempo trabajando con el cerdo. Parte de este estudio se presentó en el congreso de la Association for Research in Vision and Ophthalmology (ARVO) , que es el más importante a nivel mundial en ciencias de la visión. Y los comentarios de otros colegas investigadores ayudaron a completar el estudio que publicaron en la revista científica PLoS ONE. 

En la actualidad están inmersos en un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, y que trata sobre exosomas. « Los exosomas son unas pequeñas vesículas extracelulares que contienen proteínas , material genético… y que las células utilizan para comunicarse con otras células. Es un campo muy prometedor que está explotando en los últimos años, ya que se ha visto que la cantidad de estos exosomas o su composición puede cambiar en determinadas enfermedades. Se están estudiando muchísimo en cáncer, por ejemplo». 

Su idea es examinar cómo son los exosomas de la superficie ocular. Quieren ver qué células los producen y en qué cantidades, analizar su composición y ver cómo varían en determinadas condiciones . Después, tienen en mente utilizar todo este conocimiento para poder desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades de la superficie ocular que pueden acabar produciendo ceguera. «Lo ideal es hacer todos estos estudios con células de origen humano. Pero dado que es muy difícil conseguir tejidos oculares humanos, como plan de contingencia en el proyecto propusimos utilizar tejidos porcinos para parte de los experimentos. El trabajo que hemos publicado recientemente avala la idoneidad de esta elección. A su vez, podremos probar la acción de estas vesículas y de los tratamientos en modelos desarrollados en cerdo , tanto de enfermedades inflamatorias como de cicatrización corneal», sentencia la investigadora Laura García Posadas. 

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