PERSONAJES ÚNICOS / JOSÉ LUIS ALONSO
El vigilante de los átomos
El catedrático es una de las figuras españolas más reconocidas de la Química / Lidera el laboratorio de Espectroscopia y Bioespectroscopia en el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, un referente en el estudio de la estructura molecular
Su trayectoria profesional pilota sobre su pasión: las Ciencias Químicas . Por ello, la Real Sociedad Española de Química le otorgó hace unas semanas el Premio a una Carrera Distinguida, un galardón que concede este organismo a las más prestigiosas figuras españolas de la Química. José Luis Alonso se lo merece. Es un destacado miembro de la comunidad científica de la Universidad de Valladolid ( UVA ) con más de 300 publicaciones en las más prestigiosas revistas internacionales , la dirección de 22 tesis doctorales y la participación en alrededor de medio centenar de proyectos subvencionados.
Natural de Baracaldo , donde nació en 1951, inició sus estudios en Ciencias Químicas en la Universidad del País Vasco para, más tarde, trasladarse a Valladolid, donde finalizó la carrera y se doctoró. En 1979 se marchó a la Universidad de Harvard para trabajar en el grupo del profesor Wilson. Regresó a la UVA y en 1988 ganó la cátedra de Química-Física. Premiado por la Fundación Alexander von Humboldt, estuvo en la Universidad de Kiel, donde colaboró con el equipo del profesor Dreizler.
Cada paso que da le ayuda a sumar más conocimiento a su particular mochila vital. Alonso es impulsor de la espectroscopia de microondas y lidera el Laboratorio de Espectroscopia y Bioespectroscopia en el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, un referente en el estudio de la estructura molecular.
La investigación que ha venido desarrollando desde sus inicios se centra en la espectroscopia de rotación , una técnica en la cual son capaces de determinar la posición exacta de los átomos de las moléculas para poder extraer información respecto a la relación que existe entre su estructura y las propiedades que desempeñan dichas moléculas. En su grupo, se han centrado en el estudio de biomoléculas, en concreto aminoácidos, carbohidratos, bases nitrogenadas y nucleósidos.
Otra parte fundamental de su día a día es el estudio de candidatas a estar presentes en el medio interestelar.
«Los datos de estas moléculas obtenidos en nuestro laboratorio son claves para los astrofísicos, ya que con ellos y con las observaciones obtenidas de los radiotelescopios, como es el caso del IRAM en Granada, son capaces de detectar estas moléculas en el medio interestelar», explica Alonso para, a renglón seguido, destacar que uno de los objetivos perseguidos por los astrofísicos es intentar detectar una molécula relacionada con la vida en el espacio, como por ejemplo un aminoácido.
Hasta el momento, comenta que diversos intentos fallidos se han llevado a cabo para identificar la glicina, el aminoácido más simple, pero numerosos precursores de aminoácidos y moléculas prebióticas han sido ya identificados.
«Estos hallazgos resultan relevantes a la hora de intentar esclarecer el origen de la vida, uno de los objetivos más perseguidos por los astrofísicos. En nuestro laboratorio se han realizado experimentos para obtener datos de numerosas moléculas relacionadas con la vida y que, en colaboración con astrofísicos, han sido buscadas y en varios casos identificadas en el medio interestelar», celebra el catedrático de la UVA.
Para recorrer el camino de la investigación, cuenta que su equipo ha recibido financiación por parte de varios proyectos competitivos del Plan Nacional , financiados por el Estado, a través de los correspondientes ministerios de Ciencia y Tecnología. Los también numerosos proyectos regionales han sido financiados por la Junta de Castilla y León. Sin olvidar los de la Unión Europea. Pone el foco, por ejemplo, en el proyecto NANOCOSMOS , de la convocatoria Synergy, con una dotación de más de 16 millones de euros, en el que su grupo participa en una red de laboratorios europeos.
Su rutina diaria se desarrolla en la facultad de Ciencias y en los laboratorios de investigación del Grupo de Espectroscopia y Bioespectroscopia , que se encuentran en el edificio Quifima, ambos ubicados en el campus Miguel Delibes de la Universidad de Valladolid. Como catedrático del departamento de Química Física tiene labores docentes impartiendo asignaturas en el grado de Química. Las clases las compagina, además, con la dirección del grupo de Espectroscopia Molecular.
En su opinión, la calidad de la investigación en España es innegable , con numerosos centros de referencia internacional. Pese a que España está por debajo en cuanto a inversión en investigación respecto a otros países, José Luis Alonso tiene claro que este no es el único problema que se presenta a los investigadores.
«Aparte de llevar a cabo experimentos, plasmar los resultados en artículos para su divulgación y escribir proyectos para captar recursos, se nos añade una ardua burocracia y una falta de flexibilidad en la gestión. No sólo somos docentes e investigadores; debemos desempeñar el papel de auténticos gestores», lamenta.
En este sentido, el catedrático de la UVA declara que otro problema fundamental es la fuga de jóvenes doctores investigadores de las instituciones. «Una vez formados en nuestras universidades, con la inversión que ello supone para el Estado, se ven obligados a emigrar a otros países que les ofrecen más recursos y contratos de investigación. Son estos los que finalmente se benefician de su formación y conocimientos. No tendría que resultar tan difícil o incluso imposible, que nuestros investigadores pudieran desarrollar su carrera científica en nuestro país. Son el futuro de la ciencia española», expone Alonso, a la vez que recomienda recuperarlos para el sistema de ciencia y tecnología. Sin embargo, comenta que la administración ofrece muy pocos contratos competitivos para ese fin que, curiosamente, están también abiertos a investigadores de otras nacionalidades lo que diluye aún más, si cabe, sus posibilidades de retorno.
Considera que para los investigadores es muy importante el reconocimiento social de su trabajo. Para ello, es «imprescindible» su divulgación.
«Nosotros presentamos nuestros hallazgos en revistas científicas internacionales, pero es cierto que estas revistas no están al alcance de la sociedad en un ámbito que no sea el científico, aparte de que el lenguaje utilizado no es el más divulgativo», admite José Luis Alonso, antes de agregar que cuentan con las instituciones que son las que les ayudan a divulgar los avances para que de una manera cercana y comprensible lleguen a todos los ámbitos de la sociedad. También ponen su conocimiento a disposición de los demás en ponencias y páginas web donde difunden sus últimos logros.
Durante su ya larga e intensa carrera científica este vasco no puede ocultar que se ha sentido muy reconocido por parte de las instituciones tanto estatales, regionales y locales. Su labor ha recibido diversas distinciones, entre otras, el Premio a la Excelencia investigadora de la Real Sociedad Española de Química en 2003 y el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica en 2008.