VALLADOLID
Las luces que acorralan a la sepsis
Una investigadora predoctoral del Río Hortega trabaja para detectar qué biomarcadores en sangre se elevan durante los diferentes estadios de la enfermedad y cuáles podrían predecir su pronóstico
Los griegos ya buscaban la manera de arrojar luz sobre una infección que complica el sistema inmune del paciente al no ser capaz de montar una respuesta adecuada, provocando un fallo de múltiples órganos y sistemas del organismo, lo que conlleva en muchas ocasiones la muerte . La sepsis es una enfermedad que cuanto más tiempo pasa en la persona sin el correspondiente tratamiento, mayor es la probabilidad de fallecimiento. Por este motivo, el diagnóstico precoz es fundamental.
Y es que no tiene un síntoma guía como ocurre en otras patologías. ¿Qué significa? Por ejemplo, si ahora mismo cualquiera presencia que una persona tiene un dolor en el pecho que irradia al brazo izquierdo, automáticamente piensa en que puede ser un infarto; eso es un síntoma guía. En la sepsis no pasa, lo que dificulta mucho su detección y su pronóstico. Esto hace que sea un síndrome con una elevadísima incidencia y mortalidad en todo el mundo.
En este sentido, se estima que en los países desarrollados se producen 31,5 millones de casos de sepsis al año , 19,4 millones de casos graves y 5,3 millones de muertes. De hecho, es una dolencia que afecta a los países desarrollados debido a la esperanza de vida y a los hábitos. En concreto, en España los datos apuntan a 50.000 casos y 17.000 fallecimientos anuales, lo que establece una ratio de 50 óbitos al día.
La mejor forma de combatir la patología es ser lo más precoces posible , ya que cuánto antes se detecte, antes se iniciará el tratamiento y, por tanto, se podrá mejorar el pronóstico. La sepsis suele originarse a causa de una infección bacteriana, por lo que el antibiótico juega un papel clave. En los casos más graves, que ya requieren un ingreso en unidades de cuidados críticos, se establecen, además, otros tratamientos de soporte vital avanzado.
En este camino de encontrar luces para eliminar las sombras de esta patología aparece Marta Martín . Esta bióloga e investigadora predoctoral en el grupo BioSepsis del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid trabaja en un proyecto que se centra en detectar qué biomarcadores en sangre se elevan durante los diferentes estadios de la enfermedad, con el objetivo de poder estratificar a los pacientes con infección, y mejorar tanto el diagnóstico como el pronóstico. También buscan qué biomarcadores podrían predecir el pronóstico de esta dolencia.
En este punto, detalla que han investigado diferentes biomarcadores asociados a eventos presentes en la fisiopatología de la sepsis , como son el daño endotelial, la degranulación de los neutrófilos y la granulopoyesis de emergencia. Así, han descubierto que en ese momento crítico en el que una infección pasa de ser una infección normal para complicarse en una sepsis se elevan una serie de biomarcadores en sangre relacionados con el daño endotelial, en especial, una proteína llamada MR-ProADM.
Por otro lado, Martín comenta que han hallado que, en el siguiente escalón de gravedad, cuando una sepsis deriva en shock séptico , se elevan una serie de biomarcadores de la sangre relacionados con la degranulación del neutrófilo, principalmente, una proteína conocida como lipocalina 2. A su juicio, implementar una tecnología Point of care que sea capaz de medir estas dos proteínas de forma rápida, sencilla y fiable sería de «muchísima utilidad» para valorar la gravedad de los pacientes con infección, ya que más del 80% de los casos de sepsis se origina en la comunidad y no en el hospital, por lo que necesitan herramientas como estas que puedan aplicarse en cualquier ámbito sanitario, y que permitan a los clínicos realizar un diagnóstico e implementar las medidas de tratamiento necesarias lo antes posible y así, ganar tiempo.
Como es una enfermedad con una elevadísima mortalidad , apunta que también han investigado qué biomarcadores podrían servir a los profesionales para conocer el pronóstico de esta patología como alternativa a las escalas clínicas que se emplean en la actualidad, y que solo pueden utilizarse en unidades de cuidados críticos debido a los parámetros que recogen, lo que dificulta su uso en otras unidades de hospitalización.
En esta línea, la investigadora expone que han descubierto una combinación de 11 genes elevados en sangre relacionados con la granulopoyesis de emergencia que son capaces de predecir qué pacientes tienen un mayor riesgo de mortalidad con la misma fiabilidad que la escala más utilizada para dicho propósito, y cuyo uso podría ponerse en funcionamiento en cualquier unidad de hospitalización. Ya han presentado una patente europea.
En su opinión, es un proyecto innovador porque en un escenario único y utilizando últimas tecnologías , estudia el papel que desempeñan estos biomarcadores con la meta de estratificar la gravedad y evaluar su capacidad de pronóstico en la infección de forma objetiva, sencilla y rápida.
«Nuestros resultados brindan nuevas herramientas que pueden mejorar los resultados que ofrecen las ya existentes. Por tanto, la implementación de estas nuevas herramientas podría suponer un gran avance en el manejo de la enfermedad», sostiene Marta Martín.
Las ventajas de esta investigación son muchas. En primer lugar, dice que permitiría estratificar la gravedad de una persona con infección, así como valorar su pronóstico esté donde esté.
«Se podría diferenciar qué pacientes pueden evolucionar a una sepsis y cuáles a un shock séptico. Y con esa información tomar decisiones. También se puede usar en cualquier unidad de hospitalización», subraya para, a continuación, añadir que la sepsis es una de las patologías que conlleva un mayor coste sanitario para los sistemas de salud mundiales, incluido el español, ya que los pacientes que la padecen requieren un elevado volumen de recursos.
En este punto, defiende que el proyecto en el que están trabajando ofrece la posibilidad de optimizar el uso de estos recursos al lograr una mayor rapidez y eficacia tanto a la hora de establecer el diagnóstico como en la toma de decisiones y tratamientos, pudiendo evitar alcanzar estadios de mayor gravedad de la dolencia, que requieren estancias más prolongadas en las unidades de cuidados críticos.
En el futuro pretenden validar los resultados mediante nuevas tecnologías que faciliten aún más su aplicación en la rutina clínica y que posibiliten explotar todo el potencial.