SORIA
El pino laricio frente al cambio del clima
Un estudio determina que el calentamiento climático y las sequías recurrentes y desacopladas en las regiones mediterráneas condicionarán el futuro de los bosques que se pueden segregar en diferentes subespecies
El crecimiento de los árboles está especialmente limitado por el clima e influyen sobre todo las altas temperaturas y la escasez de las lluvias. Estos patrones se observan muy bien en especies propias del área mediterránea. El análisis de los anillos de los árboles aporta una visión global de lo que ha pasado en un periodo de tiempo y cuál ha sido la incidencia de los cambios climáticos en los bosques.
El investigador del campus universitario de la UVa en Soria, Gabriel Sangüesa Barreda , ha liderado un estudio en el que se ha analizado por primera vez la relación entre el clima y la productividad de los ejemplares (grosor) de pino laricio (Pinus nigra) en toda su área de distribución, desde las poblaciones más occidentales, ubicadas en la española Sierra de Gredos, hasta las más orientales, localizadas en Turquía.
La investigación ha aportado datos muy interesantes que permiten aseverar que el calentamientoclimático y las sequías condicionaran el futuro de esta especie de pino , de tal manera que si se mantienen estas condiciones «encontraremos bosques de pino laricio más segregados en subespecies», explica Sangüesa, en los que además de presentar una menor productividad pueden ofrecer una imagen con un gran mosaico biogeográfico, en la que la adaptación de la especie al clima en cada una de las regiones en las que están enclavados será la tónica dominante.
«Podríamos decir que las subespecies cada vez serán más distintas», puntualiza el investigador.
Para realizar este estudio se ha empleado la ciencia de la dendrocronología que permite analizar el crecimiento a través de los anillos que tienen las especies leñosas. En estos anillos queda almacenada la información de cómo han crecido los árboles a lo largo de su vida pudiendo extraer datos de largos periodos, desde décadas a varios siglos. En primer lugar fue necesario la recogida de los datos en el bosque , donde se tomaron unos pequeños testigos de madera, analizados posteriormente para asignarles a cada uno de ellos los anillos de crecimiento el año exacto en el que se formó en el árbol. Seguidamente se procedió a medir la anchura de los anillos y se verificaron las dataciones mediante un programa de validación y, para concluir, estos datos se cruzaron con distintas bases de datos climáticos y modelos estadísticos .
«Los anillos marcan el crecimiento anual y a partir de ellos se puede reconstruir el crecimiento del pasado», significa Sangüesa.
Su estudio se realizó con una muestra de 1.200 árboles de bosques de pino laricio ubicados en distintos territorios de la cuenca mediterránea. Sangüesa lidera esta investigación pero para realizar el trabajo han sido claves las colaboraciones de instituciones como el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), la Universidad Pablo Olavide (Sevilla), la Universidad de Barcelona, la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro de Capacitación y Experimentación Forestal de Cazorla y el Instituto de Historia (CSIC). Todos ellos tienen experiencia en el estudio del pino laricio y como complemento se utilizaron datos de investigadores de la misma especie de otros países para hacer una investigación desde una perspectiva común de toda el área de distribución de la especie.
El periodo de análisis comprendió entre los años 1910 y 2000 y dentro del mismo se observó claramente que a partir de la década de 1970 hubo un punto de inflexión en el crecimiento de los árboles. Los ejemplares de pino laricio redujeron su grosor tras un cambio abrupto del clima. Sangüesa pone de manifiesto que a partir de esta década se produjeron distintas y desacopladas sequías regionales que provocaron grandes diferencias en el crecimiento de los bosques en las distintas regiones. «Es decir, las sequías ejercen un efecto negativo en la productividad del pino y si se producen, como es el caso, separadas geográficamente y en distintos años al final los patrones de crecimiento son diferentes» , dice el experto,. quien destaca que a partir de la década de los años 70 el crecimiento del pino laricio cada vez es más diferente y los patrones, que antes eran más homogéneos, ahora son distintos en cada región mediterránea en función del impacto que tiene el clima (altas temperaturas y sequías).
Si el clima en las diferentes regiones mediterráneas cada vez es más cálido, los bosques de las distintas subespecies de pino laricio también serán cada vez más diferentes . Esta especie de pino se estaría adaptando al clima regional en el que crece. Sin embargo, todavía no ha pasado el tiempo suficiente desde que se han detectado estos efectos del clima en los pinos para apreciar los cambios en los bosques y, aunque, pudiese observarse un cierto decaimiento forestal de algunas poblaciones, el pino laricio es una especie que está perfectamente distribuida y cuenta con una importante plasticidad ecológica, subraya el investigador, que también precisa que está muy extendida en el Mediterráneo y es clave para el ecosistema. Para el estudio se eligió esta especie de pino porque cuenta con una presencia importante en toda el área mediterránea que es una zona de transición entre las zonas templadas y boreales del norte y las zonas más cálidas del sur, lo que la convierte en una zona muy sensible al cambio climático «y por eso nos interesaba comprobar cómo estaba respondiendo esta especie a los cambios del clima» , indica Sangüesa.
Cuando arrancó la investigación el objetivo más relevante fue el de cuantificar el impacto de las sequías regionales y las similitudes o diferencias en los patrones de crecimiento en las distintas regiones . Los resultados obtenidos han sido relevantes para determinar el futuro de los bosques de pino laricio, dado que los impactos en la productividad y la vitalidad de los bosques mediterráneos todavía son inciertos y los cambios climáticos indican que algunas especies o regiones sufrirán condiciones más adversas que otras. Sangüesa señala que sería muy interesante realizar estudios similares con otras especies de pinos y ver los cambios en sus patrones de crecimiento relacionados con las sequías regionales, «no existen muchos estudios, por eso se podría reproducir esta metodología en otras especies mediterráneas o bien eurosiberianas» , concluye.