Diario de Castilla y León

LEÓN

Frente común contra los antibióticos

Un grupo multidisciplinar trabaja en un proyecto para el uso racional de fármacos en la producción porcina / Busca garantizar la salud. Por E. Lera 

Jornada de formación del grupo operativo, celebrada el pasado 21 de febrero. EL MUNDO

Jornada de formación del grupo operativo, celebrada el pasado 21 de febrero. EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

Por cada kilo de carne que se consume en España se emplean 400 miligramos de antibióticos . Un compañero mucho más peligroso que la temida grasa que acompaña a estos deliciosos bocados que hacen temblar la operación bikini de la mayor parte de la población. 

El abuso de fármacos para paliar las infecciones durante su crianza es una las principales causas de las resistencias bacterianas por las que algunas patologías como la neumonía o la infección de orina ya no responden a los tratamientos disponibles y, por ende, complican, y mucho, el estado de salud de la persona que las sufre. 

Las infecciones son la causa de muerte más frecuente a cualquier edad. Acabar con el escudo que nos protege de ellas puede desembocar en un nuevo azote para la humanidad como el que se producía a diario antes del descubrimiento de la penicilina, hace ahora 92 años. Un hito que permitió salvar muchas vidas durante la II Guerra Mundial. 

Algo similar puede decirse del tratamiento y curación de las enfermedades infecciosas en animales. Eso sí, tanto en Medicina como en Veterinaria, solo las ocasionadas por bacterias siguen este camino, ya que las producidas por hongos microscópicos o por virus −tan de actualidad en estos momentos– no responden al mecanismo de acción de los antibióticos. 

El mayor inconveniente es que durante las últimas décadas se ha abusado de ellos, puesto que representan el remedio más eficaz frente a cualquier enfermedad bacteriana, sin haber contrastado de manera previa, en la mayoría de las ocasiones, su eficacia real en el laboratorio, por lo que se han utilizado arbitraria e indiscriminadamente. 

Ante ello, las bacterias se han adaptado a esta circunstancia y han generado resistencias frente a los antibióticos usados, por lo que se ha acuñado el término de superbacterias para referirse a aquellas que resisten la actividad de la batería de fármacos empleados de forma habitual. Como el descubrimiento de nuevos antibióticos no ha transcurrido a la misma velocidad que la adquisición de resistencias por parte de las bacterias, cada vez es menos amplio el arsenal del que se dispone para el tratamiento de las enfermedades infecciosas bacterianas. 

En el caso de la producción pecuaria, el peligro consiste en que las bacterias o los genes que codifican resistencia pueden llegar a las personas y al medio ambiente a través de los productos de origen animal. Por eso resulta esencial reducir su uso, lo que supondrá también disminuir las resistencias bacterianas y, en consecuencia, mantener la eficacia de los antibióticos frente a las enfermedades infecciosas humanas y animales.

En este camino aparece un proyecto europeo pilotado por un grupo multidisciplinar formado por investigadores y empresarios del sector porcino que pretende reducir o, en la medida de lo posible, eliminar el uso de antibióticos en la producción de cerdos, mejorando la salud de los animales de Castilla y León y su bienestar. Una disminución que no solo responde a las exigencias de la Unión Europea, sino también a las de los propios consumidores. Mediante su actuación busca encontrar alternativas eficaces que no menoscaben el rendimiento en la salida al mercado de los productos derivados del puerco. 

En este punto, César Bernardo Gutiérrez, catedrático del departamento de Sanidad Animal de la Universidad de León (ULE) , recalca que es «imprescindible» reducir el uso de los antibióticos en Veterinaria todo lo posible; de lo contrario, dice, muchas enfermedades, tanto humanas como animales, quedarán sin tratamiento. 

Es más, en este caso es obligatorio porque han de seguir las normas de la Unión Europea a este respecto. «En el momento actual, España es el principal productor de porcino en la UE, pero al mismo tiempo es el tercer país europeo que consume más antibióticos en producción animal, solo por detrás de Chipre e Italia. Además de la importancia en salud pública que hemos mencionado, el consumo de antibióticos es también una herramienta comercial, que afecta de forma importante a nuestras exportaciones». 

El proyecto arrancó evaluando las principales patologías digestivas y respiratorias de las empresas participantes, procediendo al aislamiento e identificación de las bacterias implicadas. Siguió con el estudio de su sensibilidad o resistencia frente a los antibióticos de más uso en porcinocultura, por medio de un método automatizado basado en microplacas. «Las resistencias detectadas se evalúan desde el punto de vista molecular para caracterizar los genes generadores de esas resistencias bacterianas» , informa Gutiérrez. 

En la etapa final se estudiarán alternativas al uso de antibióticos y se asesorará a las compañías sobre la utilización de diversas medidas de prevención y control y sobre protocolos de limpieza y desinfección. De igual forma, avanza, se probarán diferentes probióticos y prebióticos −microorganismos beneficiosos y sustancias nutritivas, respectivamente, que potencian las bacterias residentes, no patógenas, en su lucha contra las bacterias patógenas, en este caso porcinas−, aceites esenciales o ácidos orgánicos. Incluso, en casos concretos, se desarrollarán autovacunas como forma de prevención alternativa frente a algunas enfermedades.

El catedrático de la ULE celebra que con esta iniciativa encabezada por el sector empresarial se han diseñado una serie de jornadas de formación para los veterinarios, en las que intervienen expertos de las materias abordadas. Hasta el momento, se han celebrado dos de ellas: la primera tuvo lugar el pasado 24 de enero y estuvo centrada en enfermedades digestivas, en la que participaron como ponentes Andrés Donadéu González-Coviella y Edgar García Manzanilla, y la segunda se desarrolló el 21 de febrero y se dedicó a abordar los problemas respiratorios porcinos, con las disertaciones de Lorenzo J. Fraile Sauce y Albert Finestra Uriol.

El colofón de estos foros se basa en la discusión de las estrategias de control más adecuadas, alternativas al uso eficaz de antibióticos. La siguiente cita se iba a celebrar a comienzo del mes de abril, sin embargo, se ha tenido que aplazar por la situación de alarma provocada por la pandemia ocasionada por el coronavirus. 

Respecto al ahorro, afirma que existe una doble vertiente. Por un lado, se trata de una imposición derivada de la legislación y directrices europeas, por lo que, o se siguen esas normas o cada vez será más difícil competir en los mercados exteriores de cerdos vivos y de sus productos, lo que de por sí supone «un grave inconveniente económico» del sector porcino español, que en la actualidad exporta la mitad de su producción. Por otro, añade, la disminución de la resistencia antimicrobiana en bacterias de origen animal representa «un claro ahorro» , al soslayar los inconvenientes derivados de una presencia de estas resistencias bacterianas, tanto en Medicina como en Veterinaria. 

El Grupo Operativo −así se llama este equipo− planteaba un proyecto con una duración de dos años y medio. Como la resolución tardó mucho en publicarse y el tema tiene la suficiente transcendencia como para poderse calificar de urgente, se puso en marcha algún tiempo antes de su concesión −que tuvo lugar en junio de 2019−, gracias a una subvención adelantada por el ITACYL. El proyecto se ha programado hasta el primer semestre de 2021, inclusive. 

En este punto, César Bernardo Gutiérrez relata que la idea surgió, una vez más, de la necesidad de las empresas productoras de responder a unas limitaciones cada vez mayores en lo relativo al uso de antibióticos en producción pecuaria. También, agrega, sumaron tantos el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) y la disminución del impacto de este «importante problema» en la salud humana y animal, así como en la salvaguarda del medio ambiente. 

Detrás de cada paso están nueve empresas de Castilla y León como son Agrocesa, Cobadu, Copese, Progatecsa, Copiso, Hermanos Chico, Uvesa, Proinserga y Nutriganse, que representan el 90% del censo porcino de la Comunidad. Juntas crearon un frente común en el que implicaron a especialistas en la materia para sacar adelante esta propuesta que obtuvo el beneplácito del Gobierno autonómico a través de una subvención de 150.000 euros. La coordinación de todos los actores que participan en el proceso recae en Agrocesa. 

Sus planes de futuro, avanza el catedrático, son continuar trabajando en esta línea. Si no fuera posible, el grupo seguirá con sus líneas consolidadas hace tres décadas, como las enfermedades respiratorias y digestivas de la especia porcina. 

tracking