Diario de Castilla y León

BURGOS

Depuradoras domésticas contra los virus

Investigadores de la UBU comprueban que la implantación de biodigestores en poblaciones donde no existen sistemas de alcantarillado y de tratamiento reduce la carga de microorganismos al 90% / Mejora la higiene

El investigador Alfonso David Rodríguez Lázaro (centro) en Congreso Brasilero de Virología. - EL MUNDO

El investigador Alfonso David Rodríguez Lázaro (centro) en Congreso Brasilero de Virología. - EL MUNDO

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Estibaliz Lera

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Uno de los mayores avances en salud pública en el siglo XX ha sido la higienización del agua, lo que ha permitido a las poblaciones de distintas zonas del mundo disponer de agua potable sin la presencia de microorganismos nocivos para la salud ni compuestos químicos tóxicos. Este paso ha posibilitado el aumento de la esperanza de vida y la reducción de la mortalidad infantil a nivel mundial. Sin embargo, aunque en nuestras latitudes la disposición de agua potable es lo más normal, y el procesado y tratamiento general por sistemas de alcantarillado y estaciones depuradoras de aguas residuales (EDARs) está implantado, garantizando un suministro seguro de agua y una liberación de agua residual con elevados estándares sanitarios y medio ambientales, esta situación no sucede en otras regiones y la vehiculización de microorganismos nocivos para la salud a través del agua está a la orden del día.

La falta de un tratamiento adecuado de las aguas residuales de poblaciones tiene por tanto un efecto directo en la contaminación de manantiales y reservorios que pueden ser utilizados para abastecer de agua a poblaciones, así como ser usados como aguas de riego para plantaciones de vegetales o para abrevar granjas de animales de producción, brindando la recirculación de microorganismos nocivos para el ser humano y los animales. En aquellas zonas en los que no hay tratamiento general de aguas residuales tipos EDAR, las aguas residuales son liberadas sin ningún tipo de control y sin garantías sanitarias o medio ambientales.

Para acabar con esta situación, el grupo de Microbiología ‘Una Salud’ de la Universidad de Burgos (UBU) en colaboración con el departamento de Microbiología y Virología de la Universidad Federal de Santa Catalina en Brasil y otras dos universidades brasileñas (Universidad Federal de Ouro Preto y Universidad de Contestado) han realizado un estudio piloto del efecto que tendría la implantación de biodigestores domésticos para la mejora de la calidad de agua que es liberada en poblaciones donde no existen sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales.

El trabajo se llevó a cabo en Miguel Burnier, una localidad de 900 habitantes perteneciente a la región geomorfológica Quadrilátero Ferrífero. «Esta área se ha caracterizado históricamente por la ausencia de saneamiento y descarga de aguas residuales en el río local, que se utiliza para la pesca, el riego de hortalizas y plantas ornamentales, así como para el abrevado de animales, en especial cerdos y aves de corral», explica David Rodríguez Lázaro, director del Área de Microbiología de la UBU, para, más tarde, añadir que se implementaron 78 biodigestores domésticos con una capacidad volumétrica de 300 litros, y se analizó el efecto de su instalación a lo largo de un año en la reducción de microorganismos nocivos para la salud como salmonela o el virus de la hepatitis.

Los resultados fueron muy positivos. Cuenta que se produjo una reducción significativa de entre el 90% y el 99,9% de la contaminación de los microorganismos entéricos analizados en las aguas residuales domésticas. Asimismo, también observaron una mejora importante de la calidad microbiológica del agua del río en el que se vierten las aguas residuales de esta localidad, no detectándose salmonela.

La principal ventaja de estos dispositivos es que suponen la «única alternativa» cuando el alcantarillado y el tratamiento general de aguas residuales no es posible. «Se logra una mejora de la calidad higiénica del agua al reducirse la carga microbiana y en especial de microorganismos nocivos para la salud que pueden ser vehiculados por el agua», incide.

A esto se suma que se mejoran también aspectos físico-químicos del agua liberada lo que redunda en la calidad medioambiental. Finalmente, aunque en esta fase piloto no se ha evaluado, el director del Área de Microbiología de la UBU sostiene que existe un potencial para generar energía mediante la producción de biogás obtenido en el tratamiento de las aguas residuales que puede ser revertido a las viviendas donde están instalados estos sistemas de reciclado. «El presente estudio demostró la eficiencia de los biodigestores anaeróbicos en la reducción de microorganismos entéricos humanos. Nuestros hallazgos han evidenciado una eliminación significativa, mayor del 90%, de los microorganismos entéricos evaluados, tanto bacterias como virus, y en consecuencia destacan que esta tecnología es una alternativa ecológica al saneamiento descentralizado en áreas endémicas vulnerables de enfermedades transmitidas por el agua», subraya para, más tarde, precisar que los biodigestores domésticos tienen una instalación de bajo coste, ocupan poco espacio y satisfacen las demandas de saneamiento descentralizado en áreas vulnerables como las zonas rurales de los países en desarrollo, mejorando la salud humana, animal y ambiental.

Llevar a cabo este proyecto fue, tal y como reconoce, una necesidad e iniciativa en el ámbito social. Tras finalizar la fase piloto inicial, trabajan para buscar financiación con el fin de evaluar estas alternativas en un marco temporal y geográfico más amplios. «Se necesitan más estudios en diferentes estaciones anuales y durante varios años para una estimación definitiva sobre la reducción microbiana entérica real y las cualidades físico-químicas y microbianas del agua, así como para mejorar en el futuro el rendimiento del biogás para uso domiciliario».

La implantación de este tipo de iniciativas y alternativas sería «de un alto valor» en zonas donde la concentración y hacinamiento de las personas es elevado y la calidad higiénica del agua es crítica. Así, un área donde esta estrategia sería excelente sería en los campos de refugiados donde en una extensión pequeña se agrupan una elevada cantidad de personas y donde los sistemas de alcantarillado y tratamiento de las aguas son escasos. Por este motivo, son frecuentes las epidemias de enfermedades infecciosas asociadas a la deficiente calidad sanitaria del agua, como el cólera o la hepatitis E.

Rodríguez Lázaro avanza que ya han iniciado contacto con Médicos Sin Fronteras para analizar su viabilidad y explorar vías de financiación. Además, ya están trabajando en la propuesta de estudio en campos de refugiados. El broche al proyecto lo ponen los resultados, que ya han sido remitido a los gobiernos federal y regional de Brasil para que evalúen la idoneidad de la implantación de estas medidas en regiones más desfavorecidas. Sin embargo, lamenta que la situación política y económica que ahora mismo existe en el país sudamericano, hace que avance muy lento.

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