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Castilla y León es campeona nacional en el mundo del vino

Entrevista ÁNGEL GONZÁLEZ PIERAS Director General de Turismo

Entrevista ÁNGEL GONZÁLEZ PIERAS Director General de Turismo

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Diario de Castilla y León | El Mundo
Valladolid

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Castilla y León es la región que concentra más Rutas del Vino en España, 9 de las 35 Rutas del Vino que existen en nuestro país. Un mosaico de zonas vinícolas con identidades diferentes con el vino como eje o hilo conductor que atrae cada año a medio millón de personas por la calidad de sus vinos, su rico patrimonio y su gastronomía.

Pregunta.– ¿Cuál es el momento actual que viven las Rutas del Vino en nuestra región?

Respuesta.– Los últimos datos que disponemos son los del Informe ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino) relativos a 2022 y son más que positivos al indicar que el total de las Rutas del Vino de Castilla y León suponen el 26,60% del total de los servicios enoturísticos de España y del 31% de las sociedades ACEVIN. Esto quiere decir que si lo trasladamos al mercado de servicios enoturísticos, ocupamos una cuota de mercado de un cuarto del total, y en lo referente a la demanda 1 de cada 5 visitantes de las Rutas del Vino de toda España lo hacen en Castilla y León; somos líderes absolutos.

P.– La cultura del vino acerca en una misma experiencia naturaleza, historia, arte, gastronomía, arquitectura, amor por el terruño. Es un viaje sensorial que no deja indiferente. ¿Cuál es el perfil del enoturista que viene a Castilla y León y cómo ha evolucionado en el tiempo su interés hacia estos destinos?

R.– Si tenemos en cuenta la procedencia, el 88% de los visitantes del conjunto de las Rutas del Vino son españoles. Para nosotros este escenario se presenta como una oportunidad de crecimiento. Nuestra estrategia está puesta en el exterior, en captar al turista internacional y ahí van encaminadas todas actuaciones de promoción que estamos desarrollando en Burdeos, Oporto, México o Alemania.

P.– Si miramos las estadísticas vemos que hay mayor volumen de mujeres, un 53,7%, que de hombres, con un 46,3%. ¿Se han superado los clichés culturales en torno al mundo del vino?

R.– Están completamente superados los clichés de la mujer en el acceso al mundo del vino. Su papel ha sido muy importante a la hora de poner en valor variedades de uva y de tipos de vino como el blanco; también se pueden dar por superados los clichés sobre el acceso de los jóvenes. Siempre se ha dicho que nuestros jóvenes eran consumidores más de cerveza que de vino y creo que este tipo de etiquetas poco a poco las estamos dejando atrás. El vino tiene valor de por sí, tanto es así que todo lo que le rodea genera una cultura que en nuestro caso es perfectamente compatible con ese otro turismo que queremos desarrollar que es el turismo patrimonial o cultural.

P.– El vino se va convertido en un motor económico para entornos rurales. Más allá de las cifras de negocio de las bodegas, existe un ‘ecosistema’ donde convive un entramado de pequeñas industrias artesanas, restaurantes, hoteles, casas rurales que generan empleo en pueblos de nuestra región.

R.– Contamos con recursos primarios y una oferta complementaria que nos sitúa a la cabeza. Castilla y León es campeona nacional y queremos que sea internacional en el mundo del enoturismo; queremos que sea una irradiación de economía al territorio pero es tarea de todos poder alcanzarlo. Los municipios tienen que aprovechar ese imput que tienen bodegas y actores del enoturismo creando oportunidades. Nos interesa aumentar la renta inducida dentro de un territorio. La capacidad de proyección del gasto del turista enogastronómico en general nos hace pensar que es un pilar fundamental de nuestra política turística. Pero para ello lo primordial es que los propios ayuntamientos allanen el camino y faciliten en todo lo posible que la gente elija sus pueblos para vivir en cuestiones como por ejemplo de acceso a la vivienda a trabajadores.

P.– Tras unos años en los que ha demostrado su fortaleza, con crecimientos constante año a año, ¿qué retos tienen por delante?

R.– Aumentar el número de Rutas del Vino, me gustaría que estuviera también representado León con la variedad de uva Prieto Picudo que ofrece una excelente calidad en sus vinos. Para ello hemos aprobado una ayuda financiera de 50 mil euros a la Denominación de Origen de León para su gestión.

En segundo lugar, seguir consolidando los aumentos espectaculares de 2022 respecto a 2021, espero que en 2023 se consoliden estas cifras; y en tercer lugar, una actuación conjunta de las Rutas del Vino, crear sinergias con otras medidas o actuaciones que se estén desarrollando alguna administración como por ejemplo la Diputación de Valladolid que hace una labor muy activa. También es importante seguir incentivando los servicios de calidad para conseguir un turismo que alcance la excelencia. La singularidad, excepcionalidad y participación sensorial del turista respecto al producto deben ser las señas de identidad de nuestros destinos enoturísticos. Un turismo vivencial. No hay nada más sensorial que el enoturismo porque en él participan todos los sentidos.

P.– La época de la vendimia es uno de los momentos más apasionantes para descubrir el cultivo de la vid. ¿Se concentra el enoturismo en este momento o se ha conseguido desestacionalizar el enoturismo?

R.– El vino conlleva un proceso que arranca el 1 de enero y acaba el 31 de diciembre. Cualquier momento es bueno para recibir un servicio enoturístico. Las Rutas del Vino cuentan con un recurso primario al que se añaden otros complementarios como son los museos, comer en restaurantes, ver recursos patrimoniales como castillos o iglesias, todo eso conforma el terruño donde se ha desarrollado la cultura del vino.

P.– ¿El futuro pasa por la colaboración y cooperación?

R.– Por supuesto. En este sentido estoy muy ilusionado con la involucración de las Rutas del Vino en algún proyecto como la próxima edición de las Edades del Hombre en el que participan la Dirección General de Patrimonio, la Dirección General de Turismo y en suma, toda la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Va a estar presente la Ruta del Vino del Bierzo. Un ejemplo de esa unión de las Rutas del Vino con todo lo que cree marca. Me enorgullece mucho decir que somos de las pocas comunidades que contamos con planes de sostenibilidad muy importantes asociados a las Ruta del Vino financiados con fondos procedentes de la Unión Europea-Next Generation: cabe destacar el que está desarrollando el consorcio Ribera del Duero o el que lleva a cabo el consorcio de la DO Rueda. Además, en la DO Cebreros contamos con un Plan de Sostenibilidad turística alrededor del turismo estelar y en Valladolid capital también en torno al Monasterio de Santa Catalina de Siena como futuro Centro de la Cultura del Vino.

RUTAS DEL VINO DE CASTILLA  LEÓN

LA VIÑA DE ORO

Ya hubo una señal en la intervención del consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, en su primera comparecencia en las Cortes ahora va a hacer dos años: la enogastronomía constituye un pilar estratégico en la política turística de la Consejería. Y jugará ese papel a todo lo largo de la legislatura. Dentro de ese concepto, especial relevancia juega el enoturismo, en el que Castilla y León ocupa una posición relevante. No se han quedado en meras palabras esta alusión: dos años después los resultados empiezan a ser tangibles.

Interior de una de las bodegas de las Rutas del vino de Castilla y León.

Interior de una de las bodegas de las Rutas del vino de Castilla y León.EL MUNDO

Como manifiesta el director general de Turismo en la entrevista que acompaña a esta página, Castilla y León gestiona en estos momentos cuatro planes de sostenibilidad turística en destino que suman más de nueve millones de euros. En concreto 9.363.600 €. Castilla y León es una de las comunidades europeas que más planes posee sobre este segmento de la oferta turística que es el enoturismo. Son los siguientes:

  • Ruta del Vino de Ribera del Duero. Se incluye dentro del Plan Territorial 2021-2024, cuya entidad ejecutora es la Dirección General de Turismo.
  • Valladolid, Centro de la Cultura del Vino. Se incluye en el Plan Territorial 2022-2025.
  • Cebreros: Destino de Enoturismo en el Camino de las Estrellas. Se incluye en el Plan Territorial 2022-2025.
  • Ruta del Vino de Rueda. Se incluye en el Plan Territorial 2023-2026.

El acento en el turismo enológico o enoturismo tiene sus razones. Las rutas del vino de Castilla y León representan el 26,60% del total de servicios enoturísticos de España. Castilla y León, con nueve rutas certificadas por la Asociación de Ciudades del Vino de España (ACEVIN), es la comunidad con más rutas certificadas de toda España, seguida de Aragón y Castilla-La Mancha, con cuatro. Es objetivo de la Consejería que pronto se incorpore una décima, la de León, en donde se cultiva una de las variedades de uva autóctona, la Prieto Picudo. En estos momentos, son nueve las rutas del vino de la región: Ribera del Duero, Rueda, Arlanza, Cigales, Arribes, Sierra de Francia, Tierra de Zamora, Toro y El Bierzo. Tanto el distintivo Ruta del Vino como el de Posadas Reales, son dos marcas propias que tiene a su nombre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.

Se complementan los datos recogidos en anteriores párrafos: uno de cada cinco visitantes a las rutas para realizar enoturismo elige cualquiera de Castilla y León, siendo la de Ribera del Duero la que mayor número de clientes atrae, con 281.918 en el 2022, más del 10% del total en toda España. Ribera del Duero es la tercera ruta más demandada por los enoturistas después de la de Marco de Jerez y Rioja Alta. Los datos que se recogen en este artículo están refrendados por ACEVIN y se refieren al año 2022.

La razón de la apuesta por el enoturismo es sencilla: la capacidad de gasto del segmento de mercado al que va dirigida la oferta. Según un estudio de la Dirección General de Turismo de Castilla y León, el impacto directo de las visitas a las rutas del vino de la región supera los veintiocho millones de euros. Teniendo en cuenta que en este impacto no se contabilizan los indirectos (comidas, experiencias culturales, catas especiales, alojamiento u otro tipo de gasto que no sea la visita a bodega o la compra de vino a resultas de ella) puede deducirse fácilmente el carácter de tractor económico que posee el enoturismo para un turismo de interior como es el de Castilla y León, además de su impacto en poblaciones medias y pequeñas que están fuera de la atracción capitalina.

Este carácter de locomotora tiene mayor repercusión en una región con una oferta patrimonial imbatible a escala internacional. En el enoturismo tiene una importancia capital el recurso primario, el vino, pero el producto final está formado por otras ofertas complementarias de singular significación como son la gastronomía, el alojamiento o la constituida por recursos patrimoniales, culturales o naturales.

Este tipo de turismo está permitiendo que antiguas bodegas que se dedicaban fundamentalmente a la producción de vino ahora diversifiquen sus inversiones y la encaminen a una oferta gastronómica y hostelera que se une a las catas en bodega o en el campo -modalidad cada vez más ofertada- como componente del producto enoturístico.

No es de extrañar que alguno de los hoteles de más alta gama o de los restaurantes estelados de Castilla y León se encuentren insertos o en los aledaños de bodegas de renombre, o que el museo del vino de Ribera del Duero se ubique en el emblemático castillo de Peñafiel, fortaleza de cuando había que defender la frontera del Duero y el río dividía territorio más que abrazaba las actuales viñas de oro de las distintas localidades ribereñas.

El futuro está abierto, y el objetivo de captar la demanda internacional se vislumbra como una de las estrategias más plausibles para seguir en el futuro. Se pretende que esta componga un 25% del total de la demanda, y que Castilla y León pase de ser una referencia nacional en el enoturismo, como lo es hoy, a uno de los destinos turísticos más demandado por el segmento de mercado internacional.

Es imprescindible para ello las sinergias entre todos los actores, y que quien se dedique a esta modalidad del turismo pueda encontrar acomodo y vida en las localidades que constituyen el mercado de destino asociado con el enoturismo.

Pero no todo el camino estará andado. Es intención de los responsables de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León que a las rutas del vino se unan en el futuro, y dado su éxito y su marca de excelencia, las rutas asociadas a dos productos de singular calidad de Castilla y León: el queso y el jamón ibérico.

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