Diario de Castilla y León

DIPUTACIÓN DE ZAMORA

Una ruta por los restaurantes rurales

La provincia está jalonada de establecimientos que ofrecen una gastronomía basada en el producto de cercanía, locales con estrella y casas de comida que bien merecen un peregrinaje

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Redacción
Valladolid

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La rica despensa de la provincia de Zamora se hace notar en la amplia oferta de restaurantes rurales que ofrecen una gastronomía variada y exquisita y convierten sus locales en lugar de peregrinaje. La cocina tradicional sigue siendo fundamental a  la hora de hablar de la gastronomía zamorana, con platos que forman parte de su identidad, como el arroz a la zamorana, elaborado con productos del cerdo, o el bacalao a la tranca, que se sirve con ajo y pimentón. Pero las nuevas formas de la cocina se reflejan también en los locales y restaurantes de la provincia zamorana, donde se pueden encontrar nuevas elaboraciones que siguen basadas en los alimentos próximos de calidad.

Es sencillo recorrer la provincia siguiendo la estela de su gastronomía. Y se puede empezar por Tierra de Campos, por Castroverde de Campos, donde reina Lera , con una estrella Michelin  y una maestría absoluta a la hora de trabajar los platos de caza silvestre. El pichón bravío de la comarca es el plato emblemático de la casa, pero tampoco hay que perderse los escabeches o la manera de tratar las legumbres. 

En otra comarca, en las estribaciones de la sierra de La Culebra y a las puertas de Sanabria, el restaurante El Empalme , en plena carretera, muy cerca de la localidad de Rionegro del Puente, es un auténtico santuario para los amantes de la cocina micológica.  Aprovecha la riqueza natural del entorno, que es mucha y durante todas las épocas del año,  para crear platos que no admiten comparación. En El Empalme se disfrutan las setas desde el entrante a los postres.

Y si queremos dar el salto hasta Benavente, nos encontraremos con la otra estrella Michelin de la provincia, la que tiene el restaurante El Ermitaño , con clásicos en su cocina como los canutillos de cecina con foie o el bacalao con manitas.

Zamora está regada de restaurantes rurales donde trabajan con maestría las carnes locales: Casa Paca , en Puebla de Sanabria, Casa Alfonso o Casa Fidel , en San Vitero, Los Castaño s, en Trabazos,   Catalina , en Grisuela, 5 y Caña , en Litos, o las múltiples bodegas subterráneas del pueblo de El Perdigón , donde reinan las preparaciones a la brasa. 

Pero además, a lo largo de la provincia se pueden encontrar pequeños tesoros gastronómicos como el restaurante España , en Fermoselle, donde igual se puede picar un champiñón que sentarse a degustar un bacalao a la tranca o encargar un arroz a la zamorana;  Brigecio , en Morales del Rey, donde merece la pena parar para descubrir el pulpo a la zamorana o el bacalao con crestas de gallo; Casa Pepa , en Ferreruela de Tábara, para redescubrir los guisos tradicionales y aprender a disfrutar de unas patatas con pata; La Posada de las Misas , en Puebla de Sanabria, un buen sitio para degustar los habones típicos de la comarca, o Padornelo , en el pueblo del mismo nombre, con carnes y setas memorables.  Hay que diversificar las rutas para poder acercarse también a Villanueva de las Peras, buscar el restaurante La Moña y degustar la picaña, o llegarse hasta Asturianos y parar en el Mesón El Carmen , donde sorprenden unas alubias blancas con bogavante. Y quizá también, pararse en Malva, en el bar La Pacheca , donde se ha convertido la casa familiar en un restaurante que ocupa cada una de las estancias para  comer sin prisa los platos más tradicionales del recetario.

En la comarca de Toro, merece la pena algo de planificación para comer rodeado de viñedos, es lo propio. Hay varias bodegas que ofrecen la posibilidad de degustar comida tradicional como Divina Proporción o Latarce . No hay que dejar de lado los numerosos bares que se encuentran en el entorno de la Plaza Mayor de Toro y de la colegiata, en los que probar tapas tan tradicionales como las calandracas. 

Y si se habla de cocina fusión nada mejor que tratar de acercarse hasta el pueblo de la Tuda, donde, en Los Jerónimos , se puede degustar tanto la cocina de origen peruano que elabora la cocinera, originaria de ese país, como platos tradicionales: un lechazo criado en Sayago y asado en horno de leña sobre cazuela de Pereruela, verduras del huerto propio y pan ecológico elaborado por ellos mismos. Es también uno de los restaurantes de la provincia que ofrece propuestas vegetarianas.

Estamos tratando de gastronomía y sería imperdonable olvidarse del pan y mucho más en una provincia como Zamora, en la que lucen pueblos como Carbajales, Mombuey, Santa María de la Vega, Manganeses de la Polvorosa, Manzanal del Barco, Entrala o Almaraz donde cada día salen de los hornos, algunos todavía de leña, hogazas, barras rústicas, trenzas, pan candeal, de centeno y de maíz en ocasiones, y hasta colines.

Y para no dejar nada en el tintero, qué mejor que recorrer las panaderías rurales para llevarse algún dulce pegadito a la tradición: aceitadas, rebojos, cocos, magdalenas, pastas de almendra, nevaditos, bollo coscarón o galletas de nata, por terminar en algún sitio. 

Lo cierto es que la gastronomía de la provincia de Zamora se mantiene pegada a la tradición pero ha sabido también volcarse en las nuevas técnicas y en el tratamiento respetuoso de los alimentos de calidad más cercanos para configurar una oferta muy variada. 

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