IBERDROLA
Hacia una economía sin emisiones
La compañía está comprometida con el objetivo de alcanzar la cero pérdida neta de biodiversidad y preservar los ecosistemas allí donde desarrolla su actividad / En 2025 su plan de inversión le llevará a duplicar su capacidad renovable en el mundo
Energías renovables, vertebración del territorio y protección de la biodiversidad. Estas son las claves de la economía verde para combatir no solo el cambio climático, sino también para promover una sociedad más sostenible, competitiva y resiliente. Hace dos décadas, Iberdrola emprendió una estrategia de crecimiento sostenible, apostando por las energías verdes. En 2025 su plan de inversión le llevará a duplicar su capacidad renovable en el mundo, hasta los 60.000 megavatios, que serán cerca de 100.000 megavatios al final de la década.
De esta forma, la naturaleza se ha convertido en su aliada, aportando recursos como el viento, el sol y el agua, que mueven aerogeneradores en tierra y en el mar, alimentan proyectos fotovoltaicos y activan centrales hidroeléctricas para la producción de energía limpia, libre de emisiones. En 2020, solo en España, la energía eólica generada en nuestro país evitó expulsar 29 millones de toneladas de C02 a la atmósfera; una cifra mucho mayor que la que proporciona la masa forestal que ocupan los parques con la captura de carbono.
Desde entonces, la compañía ha invertido 120.000 millones de euros en una revolución energética que impulsa la descarbonización de nuestra economía, promueve el desarrollo socio económico de las comunidades donde opera y, además, convive con ecosistemas naturales. Esta apuesta se ha redoblado con un plan de inversiones, que está ya reactivando la industria y el empleo, al que destinará 75.000 millones de euros a 2025, que serán 150.000 millones de euros a 2030. La casi totalidad de este esfuerzo inversor se dedicará al despliegue de proyectos renovables y redes inteligentes, infraestructuras claves para transitar hacia una economía carbono cero.
Esta estrategia permitirá a la compañía reducir sus emisiones de dióxido de carbono, que en la actualidad son dos tercios inferiores a las de sus competidores. En 2030, la compañía será neutra en carbono en Europa y, en 2050, a nivel global.
BIODIVERSIDAD
Consciente de que frenar la pérdida de biodiversidad es también clave para combatir el cambio climático, Iberdrola prioriza en sus actuaciones la preservación de los ecosistemas sanos, realizando más de 750 acciones de protección de la biodiversidad al año en el mundo, combinando la instalación de proyectos renovables con la conservación de la diversidad biológica de los ecosistemas y cuidando flora, fauna y patrimonio natural. Su ambición en este ámbito le ha llevado a fijarse un objetivo con el que acelerar este compromiso y sus hechos: alcanzar la cero pérdida neta de biodiversidad en 2030.
En cada proyecto renovable, la compañía aplica la jerarquía de mitigación (evitar, minimizar, remediar y como última opción compensar) en los procesos de evaluación de impacto ambiental que realiza para sus proyectos. En estos se analizan las alternativas para evitar la localización de nuevas infraestructuras en áreas protegidas o en aquellas con alto valor en biodiversidad sin figura de protección y, además, introduce buenas prácticas ambientales con un enfoque y una metodología sistemáticos. Estas actuaciones son apoyadas y contrastadas por expertos independientes.
En colaboración con la Universidad de Salamanca, por ejemplo, estudia la interacción del buitre leonado con parques eólicos en la provincia de Albacete y, a través del proyecto Monachus, analiza la recuperación del buitre negro en el sistema Ibérico. Otras investigaciones están relacionadas con el águila real, águila imperial, quebrantahuesos y lince ibérico, entre otros.
Asimismo, a través de su Fundación en España y en alianza con SEO/BirdLife, Iberdrola desarrolla una campaña de salvamento de aves agroesteparias en Extremadura. El proyecto analiza y valora actuaciones para reducir las causas que están incidiendo sobre estas poblaciones de aves en la región, como la avutarda común, el sisón común y el aguilucho cenizo.
Varios estudios sobre la incidencia de los proyectos renovables en el entorno han sido recogidos en informes, como Opportunities to enhance pollinator biodiversity in solar parks, que explica que los parques solares pueden ayudar a restaurar las condiciones ideales para los hábitats de los polinizadores; o, por ejemplo, que el sombreado parcial los parques solares crea un microclima que favorece el crecimiento abundante de flores y polinizadores más variados, aumentando así los recursos de forraje para los polinizadores durante la estación cálida y seca.
REFORESTAR
Otra de las herramientas activadas por Iberdrola para alcanzar sus metas sostenibles de forma integral está dirigida a la reforestación y, para ello, la compañía ha puesto en marcha su Programa Árboles, que le llevará a plantar 20 millones de árboles hasta el final de la década, con los que podrá capturar aproximadamente seis millones de toneladas de CO2. Antes, habrá plantado 2,5 millones a 2022 y 8 millones de árboles 2025.
La iniciativa, que arranca en España, en las comunidades autónomas de Castilla y León, Valencia, Castilla La Mancha y Extremadura, ya se ha iniciado en el Campus de Innovación y Formación de Iberdrola, en San Agustín del Guadalix (Madrid), con la reforestación de 3,3 hectáreas con 2.040 ejemplares de encina, enebro, pino piñonero, freno y rebollo, además de 1.600 plantas arbustivas.
Este proyecto sostenible será ayudado por la innovación y la tecnología para hacerlo mucho más eficiente y buena parte de esos nuevos árboles se plantarán con semillas pregerminadas e inteligentes, lanzadas por un dron –desarrollado por la CO2 Revolution–, con el objetivo de reforestar grandes extensiones de terreno con especies autóctonas en un tiempo récord.
El Programa Árboles se articula en tres ramas: la conservación del patrimonio natural, para mitigar y compensar los hábitats impactados por la puesta en marcha de nuevas infraestructuras; la investigación y la sensibilización, a través del Programa de Voluntariado de la empresa y del respaldo a proyectos de I+D; y la regeneración y creación de valor natural, para revertir la pérdida de masa forestal, mediante la promoción de iniciativas que permitirán la plantación en terrenos propios o de terceros. Este último ámbito es en el que el uso de drones se convertirá en una herramienta clave.
2.000 TONELADAS DE CO2
Cuenta también con varios proyectos de reforestación en marcha, a través de su Fundación en España, entre los que destaca el acuerdo con el Ministerio de Defensa para la reforestación de campos de maniobras y tiro del ejército.
La reforestación del campo de maniobras de Renedo-Cabezón ha sido la primera que acomete dentro del plan Bosque Defensa-Iberdrola. Tras dos meses de trabajo, una inversión de 140.000 euros y la contratación de 45 personas, se han plantado más de 40.000 árboles (80% pinos de la variedad resinero y 20% restante encinas) en cerca de 50 hectáreas, lo que se traduce en la absorción de 1.900 toneladas de CO2.
La iniciativa contribuye además a la dinamización del tejido empresarial local en diferentes municipios de la provincia de Valladolid mediante la firma de contratos para llevar a cabo las labores de mantenimiento y riego en las temporadas de verano de 2019, 2020 y 2021.
Superficie conservada del Amazonas equivalente a 28.000 campos de fútbol
Hasta 20.000 hectáreas de selva amazónica se han beneficiado de las acciones para la protección y preservación de este ecosistema llevadas a cabo por Neoenergia, filial brasileña de Iberdrola, a través del Programa de Recomposición Forestal y la implementación del Área de Protección Permanente de la central hidroeléctrica de Teles Pires, situada entre los estados de Mato Grosso y Pará.
Desde su puesta en marcha, en 2015, la compañía ha llevado a cabo iniciativas para la conservación de una superficie de bosque tropical equivalente a 28.000 campos de fútbol.
Las acciones benefician a todo el ecosistema local, protegiendo manantiales y fuentes de agua, reduciendo la erosión del suelo y el encenagamiento de los ríos, proporcionando refugio y alimento a los animales.
Entre las áreas protegidas, 15.500 hectáreas de bosque tropical se encuentran en una etapa avanzada de preservación, con una gran diversidad de especies de fauna y flora. En el área de protección del embalse de Teles Pires, de 194 kilómetros cuadrados, se han reforestado 955 hectáreas degradadas con especies autóctonas, como el Cedro Rosa (Cedrela fissilis Vell.), el Ipê Amarillo (Handroanthus serratifolius (Vahl) S. Grose) y la Caoba (Swietenia macrophylla King). Otras 978 hectáreas se han excluido del uso humano, lo que permitirá una regeneración natural, fomentando la biodiversidad regional.
Entre 2018 y 2020 se han replantado más de 70.000 plantones para aumentar el movimiento genético de los árboles autóctonos, contribuyendo a evitar la aparición de nuevas especies. Hasta 2030, está prevista la reforestación de 2.000 hectáreas más con plantas autóctonas.