JUEGOS OLÍMPICOS PARÍS 2024
Las atletas de Castilla y León brillan en la semifinal de 1.500
La segoviana Águeda Marqués se mete en la final tras una espectacular carrera y la soriana Marta Pérez bate el récord de España de esta distancia, pero no le sirve para convertirse en finalista
Águeda Marqués dio la gran sorpresa de la selección española de atletismo en los Juegos Olímpicos de París y logró clasificarse este jueves para la gran final de los 1.500 metros. La segoviana fue sexta en su serie de semifinales, ocupando así la última de las plazas que dan acceso a esa pelea por las medallas.
Un éxito inesperado para la segoviana incluso hasta la última vuelta, que afrontó en la última posición de una carrera en la que fue inteligente yendo de menos a más y acabando con mucha fuerza la última recta. Águeda partía con la cuarta peor marca de las participantes y de hecho todas las que llegaban con mejor registro que ella habían roto esta misma temporada esa barrera de los 4 minutos para la que ella misma reconoce que aún no está preparada.
Sin embargo en el mediofondo la táctica tiene mucha importancia y así lo demostró una vez más Marqués, que corrió a cola del grupo durante prácticamente toda la prueba para remontar cuando importaba. Con un ritmo cómodo de inicio, la segoviana se marcó la referencia de la otra española en la serie, Esther Guerrero, para transitar por el primer kilómetro. Las dos llegaron a correr emparejadas y compartiendo prueba con la neozelandesa Ramsden. Tan similar fue la carrera de las tres que entre ellas pelearon por la sexta y última plaza que daba acceso a la final.
Entrando en la última vuelta Águeda era última y parecía que se abría un pequeño corte entre las ocho primeras y las cuatro últimas. Sin embargo, esa distancia se iba cerrando al paso por contramata y en unos últimos 100 metros para el recuerdo, Marqués lograba adelantar a la keniata Chepchirchir, a la etíope Haylom, a la australiana Griffith y pelear con Guerrero y Ramsden una sexta plaza que por centímetros se decidía a su favor. 4:02.94 de marca para la segoviana, que en su debut olímpico alcanza una final prácticamente impensable para ella pero que ya es toda una realidad.
Peor desenlace tuvo la prueba en la que participó la soriana Marta Pérez, a pesar de que es desde este jueves la nueva plusmarquista española de los 1.500 metros tras correr la distancia en 3:57.75 este jueves en la semifinal de los Juegos Olímpicos de París. Pérez destroza así un récord que tenía Natalia Rodríguez desde hace casi 20 años (3:59.51) rebajándolo en casi dos segundos.
Un récord de España que supone a su vez rebajar en casi 3 segundos su marca personal, pero que a la vez tiene el sabor agridulce de que no le valió a la soriana para clasificarse para la final olímpica de este viernes en la semifinal más dura de la historia de los Juegos, en la que hubo que bajar de 3:57 para poder clasificarse.
Una carrera de auténtica locura que tiene su explicación en la apuesta desde el primer metro de la plusmarquista mundial de los 5.000 metros, Gudaf Tsegay, de lanzar la carrera buscando evitar problemas de cara a lograr una plaza en la final. Su apuesta la respondieron la otra etíope, Welteji y la australiana Jessica Hull, obligando al resto de atletas a aguantar un ritmo endemoniado desde el primer metro.
Marta Pérez supo sufrir, corriendo evidentemente a cola del grupo pero sabiendo que eso le iba a llevar a lograr una marca sensacional si no alcanzaba la clasificación. Y así fue. Entrando décima en la última vuelta, necesitaba remontar cuatro posiciones si quería estar entre las 6 primeras y alcanzar una plaza de finalista. En una intensa guerra con la japonesa Tanaka durante casi 200 metros ganaba una posición y en la contramata lograba ponerse octava tras superar a la británica Walcott-Nolan. Así, acababa con fuerza la recta final pendiente más del cronómetro que de la posición hasta lograr pararlo en ese sensacional 3:57.75 que desde este jueves es el nuevo récord de España de los 1.500 metros.
No puede eso sí la soriana revalidar su plaza de finalista olímpica conseguida en Tokio, un adiós a la competición con un sabor muy dulce convirtiéndose en la española más rápida en la distancia.