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Mostaza triunfa con ‘Reflejo’, un corto que alerta sobre la anorexia

Premiado en Valladolid, Uppsala o Giffoni, el cineasta leonés es candidato a ganar un Goya

Un fotograma del cortometraje dirigido por Juan Carlos Mostaza. THE CATHEDRAL MEDIA PRODUCTIONS

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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Ahí está la pequeña Clara : sola ante su espejo o, más bien, mal acompañada por sus miedos, inseguridades, culpas... Clara es una niña de nueve años y tiene un trastorno alimenticio que le hará caer en la anorexia. Por suerte, Clara sólo es un montón de píxeles; otros niños de carne y hueso sufren la anorexia de verdad. Muchos más de los que queremos admitir, por eso el cineasta leonés Juan Carlos Mostaza (Valladolid, 1979) decidió abordar la cuestión en un cortometraje , Reflejo, que no para de saltar de un festival a otro cosechando éxitos.

Logros como la candidatura al Mejor Cortometraje de Animación para la 35 edición de los Premios Goya , conocida el mes pasado,  una Mención Especial en la última Semana Internacional de Cine de Valladolid y galardones en festivales como los de Uppsala (Suecia) y Giffoni (Italia); también su selección en certámenes como la Semana de Cine de Medina del Campo , el Chicago International Children’s Film Festival o el Encounters Film Festival de Bristol son otros de los triunfos conseguidos por Mostaza y su compañero en The Cathedral Media Productions Pablo López Ramos –responsable de la animación de personajes–... aunque quizá no los más importantes.

«Está teniendo una recepción muy emotiva» , reconoce el autor de los reconocidos Down to the wire y Broken wire, thrillers protagonizados por personajes de alambre. Se refiere, en parte, a la acogida entre todos aquellos que contribuyeron al  nacimiento de Clara. «Mucha gente de mi entorno, como amigos o gente del trabajo, me hizo ver que había muchos casos de desórdenes alimenticios: los habían padecido ellos o sus hijos. Me pareció que eran muchísimos y, a la vez, que se hablaba muy poco de ello, como si fuera un tabú, algo que se intenta ocultar... Y me impactó ver que esto pasaba también en preadolescentes , en niños que se supone deberían estar libres de esos condicionantes», evoca Mostaza a este diario.

Ese desconcierto le impulsó a documentarse y a realizar un guión que presentó en Adaner, Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia. «Me interesaba que fuera algo fidedigno, no contar nada que no fuera la realidad; mostrarla tal cual, sin juzgar nada, sin ir a buscar la lágrima fácil, de la forma más aséptica» , recuerda el director, que recibió los parabienes de las psicólogas de la entidad. El corto, de 11 minutos, nacía así con vocación pedagógica, mostrando los comportamientos asociados a la aparición de la enfermedad, como una llamada de alerta. «Los niños pequeños ni saben lo que les pasa. Tiene que ser su entorno el que lo detecte», advierte el autor de Reflejo.

En ese momento, Mostaza  sabía que la historia de Clara tenía que contarse echando mano de la animación. «Quería un formato que entrara muy bien en ese público preadolescente, con personajes de rasgos definidos que pudieran ser reconocibles, con los que se pudiera empatizar», explica el autor de Amandine, galardonado el pasado mes de septiembre en el  L’Étrange Festival de París. Caída al abismo

En Reflejo, estructurado como un musical que transcurre en pequeños dioramas , la cámara de Mostaza retrata la caída de Clara y sus familiares al abismo de la anorexia; la sigue en el hogar, donde se machaca ante el espejo haciendo abdominales, o en el colegio, donde la pequeña no parece encajar. 

«Vengo de hacer cortos de intriga. En Reflejo hay un par de escenas que debatimos mucho, porque podían parecer heavys. Al final las incluimos y fue un acierto: mostraba el pozo negro en el que se sumen todos. La experiencia previa del thriller, del terror, nos sirvió, porque sin llegar al género esas partes transitan de alguna forma por esos senderos», advierte Mostaza.

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El director criado en León no renuncia al entretenimiento, a pesar de que el objetivo inicial de Reflejo es el de alertar. «Siempre he dicho que no me considero un director comprometido, aunque siempre haya plasmado algún tema social en mis trabajos. En este caso, sin embargo, hemos buscado hablar del problema de los desórdenes alimenticios y hacerlo de una forma entretenida, porque ésa es la esencia del cine; si no, el mensaje no llega. Nuestro deseo es que cuando acabe todo el periplo de festivales, Reflejo pueda llegar a todo el mundo en abierto», adelanta Juan Carlos Mostaza.