Acción Cultural Española recuerda a López Cobos en un documental
Ofrece en abierto, a través de su filmoteca, ‘Música en las manos’, de Cristina Otero
Recuerda el maestro, antes de comenzar el ensayo, las palabras de lucha pronunciadas por el genio a finales del XVIII, cuando escribía su sonata Patética y la obra que les aguarda: «Arrastro una vida miserable. De dos años acá ando siempre solo porque no me es posible hablar con la gente como los demás: estoy sordo (...) Qué refugio tan triste es el de la resignación. Y, sin embargo, no me queda otra».
Acabado el discurso, los músicos de la Joven Orquesta Nacional de España atacan el inicio de la Sinfonía Nº1 en do mayor, op 21, de Beethoven. «Tenéis mis materiales, con lo cual, si tocáis lo que está escrito no tenemos necesidad de ensayar. Venga», ordena con humor el director.
Así comienza Música en las manos , el documental que Cristina Otero Roth dedicó a Jesús López Cobos (Toro, 1940 - Berlín, 2018), presentado hace dos años en Seminci y estrenado en salas el pasado mayo. En plena crisis sanitaria, Acción Cultural Española ‘abre’ su filmoteca y exhibe este trabajo en la red de forma gratuita.
El documental recopila los viajes y conversaciones de Otero con el maestro , desde 2011 hasta mayo de 2017, por ciudades como Madrid, Toro, Málaga, Lausana, Berlín o Viena. En palabras de la directora, «Cobos le daba importancia a la enseñanza de música a temprana edad, no para formar profesionales sino para hacer mejores personas».
Eso se ve en los primeros compases del documental, en Toro. Tras recordar las hermanas del monasterio de Sancti Spiritus al López Cobos de niño –de cuando Sor Inés cuidaba de que «comiera bien», porque era un poco «melindres»–, aparece el director emocionado al visitar la escuela de música de la localidad. «Nunca vi una orquesta hasta que cumplí 18 años» , les recuerda a los jóvenes alumnos.
El toresano, explica en Música en las manos, recibió sus primeras lecciones en el seminario de Málaga. También recuerda su paso por el coro de la Universidad de Granada, donde estudió Fisolofía y Letras.
En Música en las manos López Cobos recuerda cómo fue su llegada a la Orquesta Nacional de España, a finales de los 70, y los «roces» que tuvo con la formación cuando trató de hacerla ver que, «por falta de tradición, sobre todo en los instrumentos de cuerda, no había elemento humano para mejorar» una orquesta.
Entonces, herencia del Franquismo , sus integrantes debían ser «españoles, católicos, apostólicos y romanos» . Pese a que las formaciones europeas de entonces ya se abrían a una «globalización muy clara», lamenta el toresano, en España tardó se «mucho en cambiar el modelo».
No faltan a lo largo del metraje reflexiones sobre su oficio: «El sonido de una orquesta no se puede influenciar rápidamente en tres día de ensayos. El sonido propio de una orquesta se hace con el trabajo estable» , advierte. O sobre el que considera su «espectáculo total», la puesta en escena en el Teatro Real de Diálogos de carmelitas, de Poulenc. También sobre cómo la gente ha ido perdiendo su «paciencia», su capacidad para escuchar atenta y pacientemente música. «Se disfruta si hay silencio», subraya el director, que reconoce disfrutar cuando «está solo ante la partitura», estudiándola.