Diario de Castilla y León

POEMARIO ‘MATERIAL DE CONTRABANDO'

Gutiérrez Román burla con versos la aduana del tiempo

El burgalés, Premio Adonáis en 2010, vuelve con una obra sobre la memoria y el poder de la palabra

El poeta burgalés José Gutiérrez Román, autor de ‘Material de contrabando’. - SANTI OTERO

El poeta burgalés José Gutiérrez Román, autor de ‘Material de contrabando’. - SANTI OTERO

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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Cuando me paro a contemplar mi estado / y veo cuántos años me han caído / pienso que, de las cosas que se han ido, / no es mi vida el objeto más preciado’, escribe el vate en Otra vuelta de tuerca, el único soneto –se abre con un verso de Garcilaso– del poemario. Lo que alguna vez fue amado es el tesoro evocado por el poeta José Gutiérrez Román (Burgos, 1977) en Material de contrabando , un nuevo título con el que la editorial vallisoletana Difácil enriquece su catálogo.

La juventud, las ilusiones, la ingenuidad adolescente, los amores acabados, el sexo urgente y furtivo, lo que pudo y nunca llegó a ser, la belleza efímera... El que fuera ganador del prestigioso Premio Adonáis de Poesía (Los pies del horizonte, 2010) recupera el pasado saltándose ‘las aduanas del tiempo’, como señala en el poema que da nombre al libro. «Lo perdido, pasado por el filtro del recuerdo, de una memoria que siempre es selectiva y hasta modifica todo, dándole una cierta pátina de color y de luz a las cosas, es ese material de contrabando, es ese equipaje que vamos trasladando desde el ayer hasta el presente», reflexiona el poeta burgalés en declaraciones a este diario.

Un equipaje que es ‘materia intangible del instante’, y que el creador da forma con un verbo irónico que hace destellar lo cotidiano.

«La memoria, para el poeta como para todo el mundo, a veces es como ese clavo oxidado en la pared: puede parecer algo inútil, pero cumple cierta función, porque también nos nutrimos de lo que fuimos. Los recuerdos nos configuran», defiende el autor de Todo un temblor (2008), que reconoce el tono melancólico de un poemario que, sin embargo, no cae en el pesimismo, que no idealiza ni el pasado ni ningún otro tiempo.

Material de contrabando se articula en tres partes: En este impreciso instante, Muertes incompletas y Pila de palabras. «Las dos primeras partes son más memorialísticas, y tienen que ver con la temporalidad: una, relacionada con el pasado y con su influencia en el presente; otra, una especie de certificado de defunción de ciertos momentos. La última se centra en la palabra, tiene un componente más literario», explica el poeta.

«La palabra nos moldea. Tiene algo mágico: unas sílabas se juntan para traernos una imagen, para hacer visible lo que no está», abunda el poeta burgalés.

‘Porque ya has aprendido que el deseo, / aunque llegue a cumplirse, / nunca es tan grato como el buen recuerdo. / Celebremos mejor lo que hemos sido, / con todo su dolor y grandeza, / aunque a veces no sea hermoso verse / como el ser miserable que también / fuimos alguna vez’, escribe Gutiérrez Román en Fin de año, un poema que nos recuerda lo ficticio que puede llegar a ser el deseo.

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