MÚSICA ‘CANCIONES PARA IMANOL’, CON MUSARAÑAS RECORDS
Guille Aragón debuta en solitario como Oihan
Presenta un trabajo evocador con unas canciones envolventes que van de la calma al desasosiego
El infatigable Guille Aragón (Valladolid, 1987), batería de Arizona Baby y Cosmic Birds , y compositor y cantante de Tuxedo, donde se desempeña a los teclados, las seis cuerdas o las baquetas, presentará el próximo viernes su último proyecto musical, Canciones para Imanol (Musarañas Records), su debut en solitario como Oihan.
El 7 de febrero lanzará a las plataformas digitales La realidad, La esperanza (su primer adelanto, ya disponible en Internet), El trabajo y El bar, los cuatro cortes evocadores y envolventes compuestos e interpretados por él mismo. Canciones de versos minimalistas como mantras, cuyas melodías Oihan –‘Bosque’, en vasco, es el segundo nombre del músico vallisoletano– ha desarrollado en la soledad de su estudio casero, haciéndose cargo de las guitarras, sintetizadores y baterías.
Pablo Giral, de Estudio La Leñera, ha masterizado unos temas que traen tanta calma, como la onírica La esperanza, como desasosiego, como la industrial y furiosa El trabajo.
«Hace año y medio estuve un tiempo de baja médica a la vez que un buen amigo mío se tuvo que ir a currar a Aguilar de Campoo, con unos turnos muy cabrones. Disfrutaba de un entorno natural precioso, especialmente en invierno, al tiempo que convivía con realidades muy duras, en un entorno donde hay mucho alcoholismo, por ejemplo. Hablábamos mucho en esa época y fueron saliendo ideas», evoca el músico en declaraciones a este diario.
Esas conversaciones con el fotógrafo Imanol Villota –y lo que encontró de inspiración en las imágenes de su serie El valle– fructificaron en un puñado de canciones que Aragón debía encauzar por sendas ajenas a las de sus proyectos colectivos. «Aunque yo componga y cante Tuxedo es un proyecto colectivo, así que este trabajo, que además es más electrónico, no tenía cabida ahí; no hubiera sido justo», reflexiona el autor.
Cada corte busca transmitir «una sensación», la idea de que en un ambiente hostil, la esperanza puede estar en un paseo por la montaña, en la charla con un amigo, o en un recuerdo luminoso del pasado.
Portada del disco.
Futuro
Aragón no descarta publicar Canciones para Imanol –cuenta con diseño de Alba de Miguel– en formato físico. Desde que el pasado 22 de enero diera ya a conocer un primer avance, el músico ha visto cómo han ido aumentando las expectativas. «Inviertes miles de euros en grabar discos cuidados y luego haces una grabación en casa que llama la atención de gente que ni imaginas. Nunca sabes, aunque no me gustaría renunciar a lo tradicional, a grabar un disco con un grupo. No me quiero arranciar, aunque es verdad que en Valladolid es todo complicado y salvo Arizona, que es una locomotora que funciona sola con un montón de bolos, es muy difícil el funcionamiento con los otros grupos desde un punto de vista de la logística: tienes que mover tú las promos, cerrar los conciertos... Implica el esfuerzo de mucha gente», lamenta el músico, que ve en su nuevo proyecto en solitario una especie de cajón de sastre: «Lo próximo no tiene que ir necesariamente en esta línea, y quizá sea en castellano y más vocal que instrumental. Sería lo previsible, pero nunca se sabe», advierte Guille Aragón. Oihan.