Diario de Castilla y León

Estadística

El saldo vegetativo en Castilla y León: las muertes triplican a los nacimientos

Hasta el cierre de septiembre, la mortalidad aumentó en la Comunidad un 6,8% respecto a los nueve primeros meses de 2024, mientras la natalidad creció un 4,6% 

Castilla y León registra segundo peor saldo vegetativo entre 2023 y 2022, con 15.606 personas menos

Un bebé agarra el dedo de su madre mientras duerme en su cuna. PQS / CCO

Un bebé agarra el dedo de su madre mientras duerme en su cuna. PQS / CCO

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Valladolid

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El descenso de la población asola a Castilla y León ante la brecha aún más amplia entre nacimientos y muertes registradas. Si ambos números descienden en el transcurso de 2022 a 2023, su evolución se produce a diferentes niveles, de forma que al cierre de septiembre la Comunidad fue testigo de hasta 12.946 alumbramientos que, sin embargo, contrastaron con las 28.102 defunciones que tuvieron lugar en los primeros nueve meses del año. Es decir, se perdieron 15.606 personas en el balance poblacional, el segundo peor dato de España

Los últimos sobre el Movimiento Natural de la Población y los Indicadores Demográficos de 2023 publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desprenden el negativo saldo vegetativo en Castilla y León, lo cual se repite provincia tras provincia. No hay ninguna que se salve en la pérdida de población, apartado en el que Zamora presenta los peores datos por un desequilibrio del -72,73%, justificado en la diferencia entre sus 694 nacimientos y sus 2.545 fallecimientos. Al contrario, Valladolid es el territorio menos afectado, con una oscilación negativa del 42% al registrar 5.130 muertes y 2.977 alumbramientos.

El saldo vegetativo de Castilla y León, en términos generales, se situó en el -55,5%, un porcentaje del que se sitúan por debajo dos provincias, además de Valladolid. Las siguientes provincias con mejores balances poblaciones son Segovia, con un -44,6% justificado en su diferencia entre 919 nacimientos y 1.660 defunciones de residentes; seguida de Burgos, con un 50,8% negativo, por sus 1.999 alumbramientos y 4.066 fallecimientos.

Por encima de la media regional, y tras la peor situación de Zamora, se hallan las provincias de León, con un -64,2%, por su diferencia entre 2.103 alumbramientos y 5.878 defunciones de residentes; a la que siguen Palencia, con un 60,4% negativo en lo que se refiere a su saldo vegetativo, por sus 788 partos fructíferos y 1.990 muertes; Ávila, con un -57,9%, contabilizado a partir de sus 832 nacimientos y 1.975 muertes; Salamanca, con un 55,3% negativo en su saldo vegetativo, tras registrar 1.683 alumbramientos y 3.770 pérdidas humanas; y Soria, con un -53,9%, debido a sus 501 nacimientos registrados y 1.088 fallecimientos al cierre de 2023.

Al margen de la diferencia porcentual, los valores absolutos muestran un distinto orden entre provincias. Si León sobresale el resto al perder hasta 3.775 residentes en doce meses, el déficit también destaca en regiones como Segovia y Soria, pero por disminuir únicamente en 741 y 587 personas su saldo vegetativo, respectivamente. Entre medias se hallan Valladolid, con 2.153 individuos menos; Salamanca, con 2.087; Burgos, con 2.067; Zamora, con 1.851; Palencia, con 1.202; y Ávila, con 1.143.

En cuanto a los nacimientos, la estadística del INE refleja un descenso de la natalidad en cada uno de los territorios de Castilla y León, especialmente en Valladolid y Burgos, con 175 y 135 alumbramientos menos entre 2023 y 2022. Por debajo, la variación fue de 74 menos en Ávila, de 70 en Palencia, 62 en Salamanca, 56 en León, 39 en Soria, 17 en Zamora y 11 en Segovia. Conjuntamente, la cifra se reduce en 639 nacimientos menos, hasta los 12.496 nacimientos, la peor cifra desde el año 1996, el primer registro del INE.

La tendencia no sería tan llamativa si las muertes se mantuviesen al mismo nivel de disminución o, incluso, en mejor escala. Pero al contrario, casi triplicando el número de nacimientos con un total de 28.102 en 2023. La única noticia positiva es que es un dato más bajo que el de hace dos años, cuando se registraron 31.107, es decir, un 9,4% menos.

En términos provinciales, otro punto a a destacar es que los fallecimientos decrecieron en las nueve regiones castellano y leoneses entre 2022 y 2023. Por orden, León presenta los mejores datos, con 773 muertes menos, seguido de Salamanca (-632), Valladolid (-320), Zamora (-274), Palencia (-258), Ávila (-237), Burgos (-192), Soria (-147) y Segovia (-82).

Segundo peor del país

La magnitud de la realidad que sufre Castilla y León no solo se puede percibir desde el punto de vista de sus territorios, sino que hay que extrapolarlos al resto de España. Y en comparación al resto de 16 regiones, tampoco sale muy bien parada al tener el segundo peor saldo vegetativo del país, solo por detrás de Galicia, cuyo balance es de 18.778 personas menos.

La odisea sería replicar los números de Madrid, Murcia y Baleares, los únicos territorios con saldos positivos -1.653, 660 y 99, respectivamente. Pero de esos registros quedan muy lejos el resto de comunidades, entre las que Cataluña es, tras Galicia y Castilla y León, la peor posicionado con 13.488 muertes más que nacimientos, casi al mismo nivel que Andalucía, con 13.299.

Por debajo, ya se hallan País Vasco, con 8.866 menos; Asturias (-8.467), Canarias (-5.832), Castilla-La Mancha (-5.372), Aragón (-5.188), Extremadura (-4.551), Cantabria (-3.052), Navarra (-1.351) y La Rioja (-1.237).

En lo que se refiere a nacimientos, Castilla y León contabiliza el sexto mayor número, con 12.496, tras Andalucía (61.397), Cataluña (54.174), Madrid (50.299), Comunidad Valenciana (35.378), y el País Vasco (13.462). Por debajo, se encuentran Castilla-La Mancha, con 14.075, seguida muy de cerca por Galicia, con 14.004, y más lejos están Murcia (12.860), Canarias (11.998), Baleares (8.738), Aragón (8.669), Extremadura (6.810), Asturias (4.545), Navarra (4.496),Cantabria (2.976) y La Rioja (1.999).

Por defunciones, Castilla y León mantiene el sexto mayor registro, con 28.102. Por encima de la región se halla Andalucía (74.696), Cataluña (67.662), Madrid (48.646), Comunidad Valenciana (46.483), y Galicia (32.782); mientras que por debajo se encuentran País Vasco (22.328), Castilla-La Mancha (19.447), Canarias (17.830), Aragón (13.857), Asturias (13.012), Extremadura (11.361), Baleares (8.639), Cantabria (6.032), Navarra (5.847), y La Rioja (3.236).

Así, junto a los datos anterioresde nacimientos se puede desprender que España perdió un total de 115.468 personas entre 2022 y 2023.

Más nacimientos en 2024

Si aún quedan más de un mes para dar cierre a un nuevo año, la esperanza por una remontada en la natalidad sigue abierta. Y más tras los datos que se desprenden de la última estimación del INE, en la que a 30 de septiembre de 2024 se contabilizan hasta 9.877 alumbramientos, 437 más que en el mismo periodo del año pasado.

De hecho, la tónica general en la región es positiva con una excepción, la de Soria, que entre ambas fechas sufre un descenso de 18 nacimientos. Al contrario, en León son 135 más que hace un año, 92 en Ávila, 65 en Valladolid, 51 en Salamanca y en Segovia, 38 en Burgos, 17 en Zamora y 5 en Palencia.

En el caso de defunciones, en cambio, la evolución también muestra un crecimiento, salvo en Burgos, donde hay nueve muertes menos al cierre de septiembre respecto al mismo mes de 2023. Así, en León son hasta 789 los fallecimientos los que diferencias a los producidos en 2023 y 2022, y que se reducen ostensiblemente en el resto de provincias, con 192 en Palencia, 188 en Valladolid, 91 en Zamora, 68 en Salamanca, 64 en Segovia, 49 en Soria y 47 en Ávila.

Distintos crecimientos en fallecimientos y nacimientos que provocan que los saldos vegetativos de las nueve provincias presenten datos negativos, con León registrando el peor déficit, con 3.610 personas menos. A este territorio le siguen Valladolid, con -1.717, Burgos (-1.593), Zamora (-1.497), Palencia (-1.108), Ávila (-925), Segovia (-570), y Soria (-513). Y conjuntamente, Castilla y León registró 13.202 muertes más que alumbramientos al finalizar el mes de septiembre, lo que apunta a que la región seguirá teniendo uno de los peores saldos vegetativos del país al acabar el año.

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