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Medio Ambiente

El lobo conquista Castilla y León

El nuevo censo regional detecta 193 manadas, un 8% más que el recuento de hace diez años, que invaden ya comunidades del sur y se expanden al sistema ibérico

El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, reunirá a las regiones loberas para exigir al Gobierno y a la UE que se pueda regular la especie tanto al norte como al sur del Duero

Fotografía de archivo de lobos ibéricos. - E. PRESS

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Valladolid

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El lobo se multiplica en Castilla y León y las manadas se expanden por todo el territorio. Tanto, que por primera vez han colonizado las comunidades de Extremadura, Madrid y Castilla-La Mancha desde Ávila, Segovia y Soria, y se extiende hacia el sistema ibérico. Al norte, en las montañas de León, Palencia y la zona zamorana de Sanabria, hay enclaves donde el lobo ha saturado el territorio, ya no caben más. En las nueve provincias de la Comunidad viven al menos 193 manadas, cuando en el recuento anterior, de los años 2012 y 2013, había solo 158. Supone que en el territorio habitan entre 1.000 y 1.700 lobos, pues cada manada cuenta con distinto número de miembros. Habrá muchos más, porque se han encontrado evidencias de reproducción en el 87% de los grupos.

Así lo evidencia el nuevo Censo regional del lobo ibérico 2022-2023, presentado en la mañana de este martes por el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Un trabajo elaborado por un ejército de expertos en el que han participado técnicos, agentes medioambientales, celadores de Medio Ambiente, capataces de la Fundación Patrimonio Natural, biólogos, ingenieros de montes y veterinarios, entre otros, a los que el consejero agradeció su labor. Se trata de un trabajo «técnico, no político», que «evidencia que la regulación del lobo que hacía la Junta de Castilla y León antes de la inclusión del lobo en el Lespre [Listado de Especies de Especial Protección] era la correcta», apuntó.

Entre los principales datos obtenidos por el trabajo de campo está que de esas 193 manadas detectadas (puede haber más pero nunca menos, según aclararon los técnicos), 158 habitan al norte del río Duero, con un 4% de incremento respecto al censo anterior, y 35 al sur, lo que supone un importante aumento del 30%. El repunte en el número de manadas es, así, continuado en las zonas sur y este de la Comunidad, lo que favorece la expansión hacia regiones limítrofes.

El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presenta los datos del Censo del lobo. ICAL

Además de las evidencias de reproducción en el 87% de las manadas, se constata una estabilidad de la población en los núcleos con mayor densidad de mandadas de la cordillera cantábrica en León, montaña palentina y sierras de Sanabria. También la recuperación en el sur del Duero en el núcleo de Tierra de Pinares (Valladolid-Segovia) y el incremento de manadas en la Sierra de Guadarrama y sus alrededores.

La expansión hacia el sistema ibérico se demuestra con al menos cuatro manadas en las sierras de la Demanda y Urbión aunque, por otro lado, también se ha detectado la pérdida de manadas históricas en la superficie afectada por los incendios de 2022 en la sierra de la Culebra y estribaciones, recuperándose. Esta falta de individuos en estas zonas se debe a su desplazamiento a zonas colindantes.

Provincias

Por provincias, León es la que más incremento ha experimentado y las manadas se distribuyen por todo su territorio. Suma un total de 74, de las que tienen la provincia como centro de toda su actividad 66. En el territorio leonés tienen su casa casi 4 de cada 10 lobos, ya que acapara el 38,3% de las manadas de la Comunidad. Comparte 5 con Galicia, una con Asturias y Galicia y 8 con Asturias.

Le siguen Zamora, con 46 manadas (38 con actividad exclusiva en la provincia), de las que comparte 2 con Galicia y 6 con Portugal; Palencia, con 35 (28), tres de ellas compartidas con Cantabria; Valladolid, con 22 (17); Segovia, con 20 (13), dos de ellas compartidas con Madrid y una con Castilla-La Mancha; Burgos, con 18 (12), seis de ellas compartidas con Cantabria, País Vasco y La Rioja ; Ávila, con 15 (12), una de ellas compartida con Madrid y otra con Extremadura; Soria, con 6 (4), dos de ellas compartidas con La Rioja y una con Castilla-La Mancha y por último Salamanca, la que menos actividad lobera registra con 3 (3), dos de ellas limítrofes con Zamora y una con Ávila.

En cuanto a las evidencias de reproducción por provincias, encabeza la tabla Palencia, con el 94,3% de las manadas que muestran esas evidencias. Le siguen, de más a menos, León (89,2%), Ávila (86,7%), Segovia (85%), Soria (83,3%), Zamora (80,4%), Burgos (77,8%), Valladolid (77,3%) y Salamanca (66,7%).

Decisión en 15 días

El censo formará parte del nuevo Censo nacional del lobo que se elabora con periodicidad decenal y que culminará en 2025. Suárez-Quiñones aclaró que la Junta de Castilla y León ha permanecido en contacto con todas las comunidades limítrofes para la realización del trabajo, con el objetivo, entre otros, de no duplicar manadas en las zonas colindantes. También se ha realizado un intercambio de datos con el que se calcula que la población del lobo «se ha incrementado alrededor de un 10% en todo el territorio nacional» desde el último censo. El consejero también hizo hincapié en que el cálculo del número de individuos, entre 1.000 y 1.700 «supone que Castilla y León tiene más lobos que toda Francia, donde viven mil».

Con los nuevos datos, «esta misma semana» Suárez-Quiñones convocará a todas las comunidades loberas, «como hemos hecho siempre», con las que espera tomar «una decisión en el plazo de 15 días» orientada a «exigir» al Gobierno central la exclusión del lobo del Lespre y demandar a la Unión Europea que retire la consideración de especie de 'conservación desfavorable' en el territorio. El objetivo es que Castilla y León pueda volver a regular la especie «no solo mediante la caza controlada, sino también con otros sistemas» no únicamente al norte del Duero, como hacía antes de 2023, «sino también al sur, porque este trabajo demuestra que la población del lobo es la misma en toda la Comunidad», remarcó.

«Este censo había que hacerlo antes de final de año, lo hemos adelantado a noviembre», explicó Suárez-Quiñones. «Si bien tiene por objetivo fundamental el nutrir el censo nacional y es una obligación nacional, no europea, este censo también alimenta otra obligación que tiene el Gobierno de España, en este caso europea, que es el informe del estado de las poblaciones de especies silvestres incluidas en la Directiva Hábitats del 92», en el que «Se obliga a todos los Estados cada 6 años a remitir de en torno a 400 especies que están en la Directiva Hábitats el informe de la evolución en los 6 años". 

El informe remitido por el Gobierno de España en el año 2019, elaborado en el periodo 2010-2018, se presentó al año siguiente e »indicó que el estado de conservación del lobo era desfavorable de España». El nuevo informe «pone de manifiesto de forma extraordinaria ese error que denunciamos las comunidades loberas y otras muchas comunidades que estuvieron con nosotros», insistió el consejero. «Lo que esperamos es que en el nuevo informe seccional que toca remitir por parte del Gobierno de España en el año 2025, de los 6 años 19-24, refleje la realidad contraria a la no realidad que puso de manifiesto Europa en el informe seccional anterior», añadió. «Yo voy a convocar en estos días a las comunidades loberas de España, a las consejeras y consejeros de los distritos loberos , para compartir no solo el trabajo que hemos realizado, sino de forma coordinada, de forma conjunta, decidir las acciones».

Y es que la actual protección del lobo por parte del Gobierno central y de la UE «no tiene ningún sentido desde el punto de vista de la conservación de la especie», remarcó. También decidirán las acciones a tomar «para poner de manifiesto algo que ha quedado técnicamente acreditado, y es que no hay dos poblaciones en el norte de España, al sur del Duero y al norte del Duero», sino «solo una».

El consejero instó a aprovechar que existe en Europa «un movimiento clarísimo a modificar y a flexibilizar el régimen jurídico del lobo en la directiva y en el convenio de Berna, que es precedente», para «poner de manifiesto y convencer a las autoridades europeas de que lo que tiene una base científica, una base científico-técnica, es que se trata de una única población, y por lo tanto eso también va a formar parte del orden del día de la reunión de todas las comunidades autónomas que tenemos presencia de lobos». Se trata de un proceso «que va a conllevar numerosas noticias posteriores, de la mano, como siempre hemos hecho, de la acción conjunta de todas las comunidades que tenemos lobo en España».

Castilla y León tiene, añadió el Consejero, en torno al 59% de los lobos de España. «Teníamos el 60%, porque a pesar del aumento que ha habido en Castilla y León, también ha habido aumento de presencia de lobo y territorio en otras comunidades autónomas, y por lo tanto el peso que calculamos de la población de lobos en Castilla y León se mantiene similar, pero sí que ha bajado un punto del 60 al 59%». Pronto se pondrá de manifiesto cuáles son los datos nacionales del censo decenal, «y esos datos estarán en torno a un 10% de incremento respecto al último dato» en todo el territorio nacional. «Recordemos que en el censo decenal anterior 2012-2013, publicado en el 14, en España había 297 manadas, el dato consideramos que puede estar en torno a un 10% por encima», concluyó.

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Evolución

La evolución creciente de la población del lobo en Castilla y León se evidencia en los tres últimos censos. Mientras en el realizado en el año 200-2001 se registraron 149 manadas, con evidencias de reproducción en un 72% de ellas, en el de 2012-2013 los grupos habían crecido ya a 179, con otro 72% de evidencias de reproducción. En el último estudio, referido a los años 2022-2023, se contabilizan 193 manadas, con evidencias de reproducción en el 87% de ellas. En lo que se refiere a la zona con menor población, al sur del Duero, la evolución es también muy positiva, ya que mientras se detectaron 17 manadas en el censo 2000-2001, lo que suponía el 11% de la población total de Castilla y León, en el estudio siguiente, el 2012-2013, los grupos se habían incrementado hasta 27, suponiendo con ello un 15% sobre la población total de lobos. Este último informe de 2022-2023 sube el registro hasta las 35 manadas al sur del Duero, el 18% de cuantas hay en la Comunidad.