Sanidad
Retrasar la jubilación sigue sumando médicos en Castilla y León: 205 se apuntan a trabajar con más de 65 años
Valladolid, con 41, y Salamanca, con 40, se reparten casi la mitad de solicitudes en el último año / Los facultativos de Familia muestran más predisposición a demorar su edad para jubilarse con 47 especialistas aceptados por Sanidad
«Paliar el déficit estructural de personal» fue una de las frases destacadas entre las nuevas medidas anunciadas por la Consejería de Sanidad con el objetivo de facilitar el retraso de la jubilación entre profesionales médicos. Con una mayor simplificación en las solicitudes e incentivos económicos, esta demora voluntaria en el ejercicio sanitario acoge adeptos año tras año, de forma que durante 2025 serán mínimo 205 los médicos que continúen trabajando con más de 65 años.
‘Prolongación de la permanencia en el servicio activo y prórroga del servicio activo’ suena más complejo de lo que realmente esconde entre esas palabras, y no es más que un retraso voluntario de la jubilación. Pero si la falta de médicos parece ser una problemática surgida en los tiempos actuales, lo cierto es que una posible crisis sanitaria ya se podía atisbar desde hacía casi una década. Ante este riesgo, la Consejería de Sanidad aprobó en 2013 un Plan de Ordenación de Recursos Humanos para que el personal sanitario continuase trabajando en el Sacyl hasta cumplir, como máximo, los setenta años de edad. Una decisión tomada por «los continuos cambios que se están produciendo en el entorno sanitario», reseñaba por aquel entonces la orden SAN/1119/2012 que aprobaba el citado proyecto.
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Con una gestión «eficiente» de los recursos humanos, el departamento sanitario de la Junta de Castilla y León buscaría con la prolongación y prórroga del servicio activo incidir en «la mejora de la calidad asistencial de todos los ciudadanos».
Entre peticiones y solicitudes, que ese mismo año se cifraron en un total de 46, la administración sanitaria también tenía -y mantiene- competencias para poder denegar la demora voluntaria de la jubilación a aquellos si no cumplía con la capacidad funcional necesaria para ejercer la profesión, como le ocurrió a 37 sanitarios que se les denegó. Y esos números fueron in crescendo según el paso de los años al contabilizarse más peticiones, pasando de 51 en 2014 hasta 102 en 2019. Mientras, el porcentaje de aprobación por parte de Sanidad también siguió la misma tendencia ascendente, llegando a concederse el retraso de la jubilación al 91,5% de médicos en 2019 y que alcanzó un repunte con el estallido de la pandemia, cuando se concedieron la totalidad de las 37 solicitudes.
Superada esta crisis sanitaria, entre necesidades y un envejecimiento lógico de las plantillas, Sanidad siguió ‘aliviando’ el número de rechazos y únicamente se rehusaron seis prolongaciones del servicio activo entre 2021 y 2023, de forma que 377 médicos continuaron trabajando con más de 65 años en los centros de Castilla y León.
De este número se han producido 74 renovaciones en el servicio activo durante 2024, mientras que se han registrado un total de 152 nuevas solicitudes, según los últimos datos facilitados por la Consejería de Sanidad antes de cumplirse el mes de octubre. Aún pendiente de denegarse alguna de esas solicitudes, de momento son 205 facultativos los que continuarán trabajando más allá de la edad de jubilación en los hospitales y consultorios de la Comunidad.
Nueva orden
Registros en los que hay tener en cuenta la reforma del Plan de Ordenación de Recursos Humanos anunciada por Alejandro Vázquez en el mes de junio al admitir que los «supuestos» de ese plan son «netamente insuficientes» para paliar el «déficit estructural» de personal en Licenciados Especialistas y otras categorías asistenciales, así como para afrontar «los problemas en todas las categorías profesionales en zonas de difícil cobertura» y las necesidades organizativas «puntuales» de los centros e instituciones sanitarias.
Con esta explicación, el actual consejero de Sanidad anunció una simplificación del procedimiento y resolución de la jubilación con el objetivo de «garantizar la actividad de prestación de los servicios sanitarios con la mayor eficacia y la continuidad asistencial en los centros e instituciones sanitarias».
Con un año de concesión, transcurrido el período inicial de un año, la autorización para la prolongación de la permanencia en el servicio activo será prorrogada anualmente de forma automática, sin necesidad de solicitud del especialista interesado, «siempre que subsistan las circunstancias que dieron lugar a su concesión», detallaba el escrito.
Médicos de Familia
Si la orden se extendió a todas las categorías profesionales, los que mayor ‘partido’ sacaron de estas medidas fueron los médicos de Familia, con 47 autorizaciones para prolongar su jubilación. Y a ellos habría que sumar los 74 facultativos de Atención Primaria (médicos de familia y pediatras) que se acogen a la ‘jubilación activa mejorada’, un proyecto establecido por el Gobierno central para retener a los sanitarios incluidos en estas categorías profesionales con incentivos económicos, ya que permite cobrar un 75% de la pensión de jubilación además del salario.
Por gerencias, y acogidos a esta vía, es la de León la que mayor personal retiene con 20 médicos de familia y pediatras, seguido de Valladolid, con 15, que se reparten con nueve entre su área oeste y seis en la este. Por debajo, Burgos aporta trece; Zamora, once; Segovia, cuatro; y tanto Ávila como Soria, dos.
Si los récords se acumulaban periodo tras periodo respecto al número total de jubilaciones, sobre la medida implementada del Gobierno se repite la misma disposición al crecer las autorizaciones concedidas a 42 médicos -registros a 31 de julio de 2023- hasta un total de 74 con los datos acumulados hasta agosto.
Con todo ello, la falta de efectivos no parece cumplirse en Medicina Familiar y Comunitaria, aunque con más envejecimiento que relevos, mientras que en otras especialidades las plantillas pierden profesionales cada año al no acogerse ningún médico a las diferentes prolongaciones de la actividad, como ocurre en la rama de Análisis Clínico, Aparato Digestivo, Anestesiología y Reanimación, Cirugía Pediátrica, Dermatología Médico Quirúrgica y Venerología, Farmacia Hospitalaria, Medicina Física y Rehabilitación, Nefrología, Neurofisiología Clínica, Neurología, Oftalmología, Psiquiatría y Reumatología.
No obstante, en el resto de ramas sanitarias, los datos tampoco son destacables en comparación a los registros en Medicina Familiar y Comunitaria, como se refleja en los cinco médicos que continuarán trabajando en Radiodiagnóstico; tres más que en Cirugía Ortopédica y Neumología; y los casos únicos en Anatomía Patológica, Cardiología, Cirugía General y del Aparato Digestivo, Cirugía Oral y Maxilofacial, Endocrinología y Nutrición, Medicina Física y Rehabilitación, Obstetricia y Ginecología, Oncología Radioterápica, Otorrinolaringología y Urología.
Entre categorías profesionales, el rechazo a la demora de las jubilaciones también está presente, como ocurre en el caso de auxiliares administrativos, enfermeros, TCAE, celadores, odontólogos, practicantes y médicos de emergencias sanitarias.
Plantillas envejecidas
En todo caso, el número de solicitantes depende de cómo de envejecidas se encuentren las plantillas, motivo por el que Medicina Familiar y Comunitaria se desliga del resto de especialidades al ser la cuarta con mayor porcentaje de médicos con 60 años o más, con un 43,8% entre sus 2.537 profesionales, el mayor dato de España según la última actualización del ‘Informe de necesidad de médicos especialistas en España’. Así, por encima de esa cifra se encuentra Farmacología Clínica, con el 100%, que únicamente engloba a un especialista; Bioquímica, con un 50% de especialistas (4) en esa franja de edad; y Medicina del Trabajo, con un 43,8% entre sus 24 sanitarios.
Al contrario, y en consecuencia del inexistente número en la prolongación del servicio activo, hay ramas sanitarias que ni superan el 20% de profesionales en su plantilla con 60 años o más. Ejemplos de ellos son Aparato Digestivo, que tiene el dato más bajo entre especialidades, con un 6,6% de 136 médicos; Nefrología, con un 13% entre 77 sanitarios, o Cirugía Pediátrica, con un 13,3% de proporción de tan solo 15 facultativos.
Y si los datos en Atención Primaria reflejan que el panorama destaca por el envejecimiento, con un 41,4,% de sus profesionales con 60 años o más, la situación cambia radicalmente en la Atención Especializada de Castilla y León, donde el dato se reduce hasta el 19,2%.