DANA EN VALENCIA
Pablo, el maquinista salmantino en la tragedia de Valencia: "El agua alcanzó los cuatro metros"
"La periferia está destrozada, muchas personas se han quedado sin hogar y la estación de tren ha sido habilitada para las personas que no tienen donde dormir"
"Es mucho peor de lo que se está viendo en los medios". Pablo Martín, un joven salmantino de 26 años, reside en Valencia por motivos laborales: es conductor de trenes de cercanías. Hace dos días, volvió desde su ciudad natal tras un periodo de vacaciones: "Menos mal que llegué a Valencia antes de que empezara", dice Pablo, refiriéndose a la DANA que está "sembrando el caos" en la ciudad desde que comenzaron las primeras inundaciones este martes "sobre las dos de la tarde". "A esa hora recibí la primera fotografía de una vía de tren que estaba empezando a llenarse de agua", afirma.
La zona afectada es principalmente la parte Sur y Este de la provincia. Esto se explica porque el actual cauce del río Turia rodea la ciudad. "Las lluvias externas se han disparado y el río se ha desbordado, provocando inundaciones arrasadoras en la periferia. Muchas personas dicen que, si el Turia hubiera estado actualmente ubicado en el cauce antiguo, Valencia estaría ahora mismo bajo el agua", apunta Pablo, refiriéndose a la reforma que se realizó tras la riada de 1957. Entonces, el cauce pasó de atravesar la ciudad a rodearla.
Castilla y León
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Diario de Castilla y León | El Mundo
"Afortunadamente, yo vivo en el centro y aquí, sorprendentemente, es 'prácticamente como si no pasara nada'. La mayoría de las personas no han ido a trabajar porque están las carreteras del sur cortadas, y los niños y estudiantes tienen sus centros cerrados hasta el 4 de noviembre. Por eso y por la ausencia de sucesos, en la capital se percibe algo de tranquilidad". Esta relajación se altera, según cuenta, con momentos de pánico como "las alarmas enviadas desde el ayuntamiento, que hacen sonar todos los teléfonos a la vez y siempre se escuchan de fondo gritos de pánico". También destaca el 'caos' que se vive en relación al posible corte del agua: "Se ha rumoreado a través de la red social 'X' que puede que las autoridades decidan frenar la corriente de agua. Ante esta noticia, las personas han comenzado a comprar masivamente este recurso en los supermercados, cuyos suministros se han agotado en muchos de los casos".
En cambio, la relativa tranquilidad que percibe Pablo contrasta radicalmente con la situación que están viviendo las personas residentes de zonas como Bunyol, Alfafar, Paiporta o Catarroja, ubicadas al otro lado del río Turia. "El agua alcanza los cuatro metros de altura y muchas personas se han quedado sin hogar. Conocidos que viven en esa zona han visto como sus viviendas, coches o negocios desaparecían en pocas horas", comenta el maquinista, recordando el caso de un amigo al que la lluvia le ha destrozado sus dos furgonetas, que estaban en el taller de mecánica de su hermano. "Su hermano se ha quedado sin nada, todas las maquinarias que estaban en el establecimiento se han estropeado", dice. Además, cuenta cómo algunos de sus allegados han tenido que huir de la inundación: "Un amigo se encontró con la DANA en una gasolinera, y tuvo que trepar hasta el techo de esta y quedarse allí varias horas".
Por otro lado, Pablo vive de cerca la situación que se percibe en el sector ferroviario. "Todos los trayectos están cortados, las vías están destrozadas y algunas incluso colgando. En la mañana de este miércoles únicamente ha salido el tren dirección Castellón, pero solo ha podido circular hasta una localidad llamada Almenara", afirma. "Un compañero conducía el martes un tren de pasajeros desde Bunyol hasta Valencia, pero cuando vio que el agua estaba subiendo el nivel, retrocedió a la estación de origen. Los viajeros pudieron irse en autobús, pero él está en la estación de tren de Bunyol hasta que pueda irse", cuenta el salmantino, recordando la "sensación de miedo" que ha sentido su conocido. La estación de tren de la capital del Turia, según cuenta, ha sido habilitada como refugio para las personas que ya no tienen casa o que han tenido que evacuar la misma. "Algunos trenes se han dejado encendidos para poder poner la calefacción y que las personas pudieran dormir allí", explica el conductor de Renfe.
Los sorianos residentes en Valencia se encuentran "relativamente bien"
Por otro lado, unos 200 sorianos afincados en Valencia se encuentran a esta hora "relativamente bien", según avanzó este miércoles el presidente de la Casa de Soria en la capital del Turia, David Berrojo, quien señaló que los daños ocasionados por las inundaciones en el Levante español han sido numerosos. Berrojo destacó que los afectados sufren cortes de luz, no disponen de cobertura móvil y algunos ni tan siquiera de agua.
"Me acaban de trasladar que el puente de la circunvalación Barcelona-Alicante se ha venido abajo", lamentó en declaraciones a la agencia Ical. Asimismo, destacó que la riada fue tremenda, y se veía como se desbordaban miles de litros de agua que "arrastraban todo lo que encontraban a su paso". El soriano de primera generación que reside en Valencia por trabajo desde hace años, subrayó que de no existir las dos presas en la provincia que regulan el caudal la catástrofe hubiera sido aún más grande. "Es como si en Soria se desborda el Duero por Garray y el agua llega hasta la calle Real o copa el casco viejo. Eso es poco probable que ocurra porque se dispone de una presa", resaltó.
"Con rabia pero con mucho miedo"
La hija de un burgalés residente en Valencia, Rosalina Fernández, compartió hoy con Ical la situación que ha vivido junto a su familia durante las últimas 24 horas con la DANA que ha asolado la Comunidad Valenciana. Fernández, residente en La Alcudia, relata con pena cómo se ha visto afectada por las inundaciones. “Lo vivimos con rabia, pero con mucho miedo”, señala.
“El pueblo está hecho una catástrofe. Estuvo lloviendo toda la noche anterior, desde las cinco de la mañana, sobre las seis de la tarde se desbordó el río Magro”, explica la valenciana, que recuerda que vio cómo el río entraba por la carretera. “Entraba una lengua de agua que en segundos se llevó todo, tapando coches”, añadió. De hecho, dos de sus coches se han visto afectados, con el agua cubriendo más allá de los asientos, informa Ical.
Sin embargo, no ha sido el único miembro de esta familia afectado por la DANA. La peluquería de su hermana Marga también ha sufrido daños. “Está hecha polvo. El agua le ha levantado el suelo y está todo lleno de barro y de cañas”, lamenta Fernández.
Por suerte, sus casas no se han visto afectadas, ya que viven en un tercer piso, aunque aún recuerda con miedo las imágenes presenciadas durante la noche de ayer, y los desperfectos que han dejado en todo el pueblo las inundaciones. “No podíamos dormir, todo el día mirando por la ventana y lloviendo mucho”, concluye.