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CONVENIO

Quiñones promociona la waylet de Repsol

El consejero de Medio Ambiente firma un protocolo de colaboración con la petrolera mediante el cual los ciudadanos que entreguen aceite de cocina usado recibirán 30 céntimos solo a través de esta plataforma

El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, Juan Abascal, tras la firma del convenio.ICAL

Publicado por
Diario de Castilla y León | El Mundo
Valladolid

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Repsol habilitará 125 contenedores de aceite de cocina usado en 300 de sus estaciones de servicio de Castilla y León, antes de finales de enero de 2025, para aumentar la segunda vida de este producto, del que se aprovecha hasta el 95%. Se trata de una medida que se pone en marcha tras la firma de un protocolo de colaboración entre la petroquímica y la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, con el objetivo de promover la recogida de aceite de cocina doméstico usado en la Comunidad y que repercutirá en los bolsillos de los ciudadanos, aunque solo para aquellos que cuenten con la plataforma Wailet de Repsol y que recibirán 30 céntimos por litro de aceite entregado a través de ella.

Esta iniciativa responde al compromiso de ambas entidades con la descarbonización y la promoción de iniciativas de economía circular, incorporando los residuos de aceite en el proceso productivo para la elaboración de combustibles renovables, informa Ical.

Así, los ciudadanos podrán entregar este residuo al personal de estas estaciones de servicio. Repsol se encargará de la logística, incluyendo la recogida, filtrado y decantado del aceite, a través de un gestor autorizado de la Comunidad. Este residuo será posteriormente transformado en combustibles renovables en plantas con tecnologías avanzadas, garantizando la trazabilidad del proceso. Además, cada ciudadano que lo entregue será recompensado con 0,30 euros por litro a través de la plataforma Waylet. La entrega se deberá hacer en botellas de plástico transparente. El mínimo que se recogerá será un litro, y el máximo, cinco, si bien la empresa aclaró que se podrá recibir en tres botellas de 33 centilitros o cuatro de 25.

El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, Juan Abascal, fueron los encargados de formalizar el acuerdo en Valladolid. Actualmente, explicó el consejero, la Comunidad cuenta con 32 instalaciones de gestión autorizadas para el tratamiento de aceite doméstico usado. De ellas, casi la mitad, 15 son gestionadas por empresas de la economía social, que se dedican a la recogida (a través de contenedores viarios o en hostelería), almacenamiento y primer tratamiento (decantación, filtrado, etc.), para su posterior valorización en otras instalaciones que se dedican entre otras aplicaciones a la fabricación de biocombustibles.

En Castilla y León se estima un consumo de aceite vegetal de 17,7 kilogramos por persona y año, de los que aproximadamente el 20 por ciento (3,14 kilos por persona y año) se convierten en residuos y podrían reciclarse. Estas ratios dan un margen de mejora de recogida en la Comunidad de casi 2,5 millones de kilogramos de aceite usado, que ahora no está entrando en los canales de reciclaje, con el que se podría alcanzar los 7,5 millones. De cada litro se aprovecha un 95 por ciento, pues con cada kilogramo de aceite usado se puede producir 0,92 kilos de biodiesel. Además, evita un 90 por ciento de emisiones de CO2, “con lo que es muy eficiente”.

Suárez-Quiñones ensalzó el “compromiso” de la empresa y el de la Junta, un “gobierno autonómico especialmente destacado en economía circular y transición energética”. También destacó a la sociedad de la Comunidad, que recicla el 66 por ciento del aceite sobrante, que se aprovecha para “reciclar y valorarizar”, frente a únicamente el cinco por ciento de media nacional.

El consejero expuso que antes de 2010 se recogían 55.000 kilos de este aceite en la Comunidad, y tras la firma de 19 convenios entre la Junta y diferentes ayuntamientos se pasó a los cinco millones de kilos, es decir, se multiplicó por 100, ya que se facilitó el despliegue de más de 340 contenedores específicos para este tipo de recogida. Ahora, el objetivo es incrementarlo hasta los 7,5 millones que se consumen. “Queremos recoger todo el aceite sobrante, frente a las dos terceras partes actuales”, pronosticó.

Así, a los “muchos cientos de contenedores” se unirán otros 125 a mayores por parte de Repsol, con el fin de “buscar ese nicho de los 2,5 millones de kilos”, pero sin la idea, dijo, de “que se produzca un trasvase con los ya instalados”. “Es una asociación muy fácil agradezco que la podamos poner en marcha”, espetó el consejero, quien recordó que el aceite usado doméstico “es muy contaminante”, pues se calcula que un litro de este producto “puede contaminar mil de agua, además de los problemas que acusa en depuradoras y atascos”.

Para desarrollar este acuerdo, la petroquímica pone en marcha “toda la logística y le da un filtrado y transformación”, la cual se realizará en plantas y empresas de Castilla y León, “con lo que se pondrá en valor el empleo local”. “Es un círculo virtuoso de conciencia ambiental y economía circular”, apuntó Suárez-Quiñones, quien destacó que la Junta se encargará de comunicar, dar publicidad y difusión de este convenio con arreglo al mapa de consumo y posibles demandantes de este depósito; y “buscando que no solo sea en capitales, sino también en el medio rural”.

Para concluir, Suárez-Quiñones señaló que no se trata de un medida “aislada”, sino que se incardina en el Plan Integral de Residuos de Castilla y León (PIRCyL) y la Estrategia de Economía Circular de Castilla y León 2021-2030, los pilares que sustentan esta iniciativa, enmarcada en las políticas de transición hacia una economía circular y la lucha contra el cambio climático. Este protocolo también responde a los objetivos establecidos en la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados, que establece la obligación de recoger de manera separada el aceite de cocina usado a partir de diciembre de 2024.

Por su parte, el director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, Juan Abascal, defendió que estas iniciativas “contribuyen a mejorar el proceso social”. Y señaló que en España se producen 180.000 toneladas de aceite de cocina usado, del que solo se recoge el cinco por ciento.

Abascal alabó varios de los factores de esta medida, que es “fundamental” para la transición energética: sostenibilidad, garantía de suministro y ahorro de emisiones. El fuel que se deriva del reciclaje del aceite de cocina se puede utilizar en los vehículos actuales, una característica positiva si se tiene en cuenta que más del 42% de los vehículos tienen más de 20 años y con este combustible “todos pueden contribuir a reducir el CO2”. Además, explicó que estos combustibles estarán en las estaciones a un precio similar al premium.

También defendió que se trata de materias primas “autóctonas” y ayuda a disminuir las importaciones de combustible fósil. “Para nosotros, la transición energética no es un solo reto, sino una oportunidad. Luchamos por cero emisiones netas en 2050, lo que conlleva una importante inversión desde hace años”, apuntó Abascal.

Repsol cuenta en la actualidad con 12 estaciones que pueden suministrar combustible cien por cien renovable en Castilla y León, con el objetivo de alcanzar las 53 antes de final de año. En España, la cifra ronda el medio millar, aunque el compromiso, dijo Abascal, es llegar a 600 en estos próximos tres meses. “Seremos la red europea más grande de este combustible”, precisó.

El responsable de la petroquímica aludió a la colaboración público-privada para llevar a cabo esta apuesta; y mencionó que en Castilla y León, por ejemplo, se está probando este tipo de fuel en el transporte público de viajeros y en helicópteros que prestan servicio en extinción de incendios y rescate en montaña, mediante la utilización del combustible aéreo renovable. De esta manera, estos aparatos emplean ya el conocido como ‘SAF’ (Sustainable Aviation Fuel), un combustible que en estos helicópteros es voluntario.

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