INVESTIGACIÓN
Castilla y León lidera un estudio para retrasar la enfermedad de Alzheimer
El doctor de la UVA Diego Fernández-Lázaro trasladará a la sociedad soriana los últimos hallazgos que abren un camino esperanzador a enfermos y familiares
A día de hoy no existe cura para la Enfermedad de Alzheimer (EA) y ni en las próximas décadas se espera encontrarla. Sin embargo, el avance en los conocimientos de la biología molecular de la EA permiten el hallazgo de dianas terapéuticas potenciales para las cuales se está en proceso muy avanzado de nuevas terapias, que conformarán un innovador arsenal para combatir la enfermedad, retrasando su instauración y modulando su progresión.
La enfermedad en España, tiene una prevalencia actual de unos 500-800.000 pacientes, y se calcula que en 2050 habrá en torno a 1,5 millones de pacientes, lo que supone un porcentaje del 60-80% de todas las demencias. Estos datos crean una fuente de complejidad para la provisión de asistencia sanitaria, investigadora y social desde la perspectiva de salud pública.
Así lo explica a Ical el doctor Diego Fernández Lázaro, profesor del departamento de Biología Celular, Genética, Histología y Farmacología de la Universidad de Valladolid, que el próximo martes 24 de septiembre, y con motivo del Día Mundial del Alzheimer, trasladará a la sociedad soriana los últimos avances de los estudios que lidera desde su laboratorio. Con ellos persigue poner en valor los hallazgos “más relevantes” de modernos sistemas diagnóstico y de innovadoras herramientas terapéuticas dirigidas que den origen a futuro ensayos clínicos con el propósito de ralentizar la progresión de la EA desde la medicina personalizada de precisión.
La conferencia titulada ‘Abordaje Integral en la Demencias: Nuevas Intervenciones basadas en la evidencias’ llega por invitación de la Asociación de Enfermos y Familiares de Alzheimer de Soria, que ha iniciado y liderará un estudio de investigación, que tiene como base científica el conocimiento generado durante los últimos 25 años, tras la implementación de las terapias de estimulación cognitivas y el seguimiento continuado de pacientes que han proporcionado tratamientos a cientos de sorianos.
El doctor Fernández-Lázaro explica que las investigaciones están lideradas por sus grupos de Neurobiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, que dirige el profesor Manuel Garrosa y del grupo Envejecimiento, Neurociencia, Salud y desarrollo de Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León encabezado por el profesor, Jesús Seco-Calvo. Desde ambos se trabaja conjuntamente para la búsqueda de métodos de diagnóstico y terapias de EA en estados preclínicos o presintomáticos, donde sólo existe un deterioro cognitivo leve, porque en ese estadio tiene una mayor eficacia y comporta sustanciales beneficios para el paciente, tanto a nivel clínico como a nivel emocional.
Los métodos diagnósticos se basan en biopsia liquida, como método mínimamente invasivo (una extracción de sangre) usando el gen APOE como biomarcador diagnóstico, pronostico y de seguimiento a tiempo real de la EA. El gen, codifica para la apoliproteína E, es polimórfico y presenta tres alelos que difieren en un solo aminoácido. Las tres isoformas de APOE resultantes serían ApoE2 (cys112, cys158), apoE3 (cys112, arg158) y apoE4 (arg112, arg158) afecta a la funcionalidad y a la afinidad de cada isoforma con la proteína-amiloide (AB). Esta proteína AB tienen un papel fundamental en neurotoxicidad o función neuronal y desencadena uno de los eventos biológicos inductores de la EA, como es la formación de placas seniles.
“Este gen permite categorizar a los pacientes en niveles riesgo o no; los resultados obtenidos revelaron un riesgo de padecer EA cuatro veces superior si el individuo es portador del alelo E4 y evidenciaron un rol protector del alelo E2 frente al EA. El gen APOE, también se podría considerar una diana terapéutica porque modulando la expresión de ApOE4 (disminución) o su incrementando la expresión de APOE2, mediante fármacos miméticos, inmunoterapia o terapia génica se podría paliar la situación de los pacientes con EA”, señala el profesor.
El tratamiento se elegirá en función del diagnóstico del paciente, es decir se trata de una terapia ‘ad hoc’, adentrándonos en la nueva medicina del siglo XXI que es o debería de ser la medicina personalizad de precisión.
Además, la conferencia abordará las nuevas terapias biológicas, su estado de evolución actual y la posibilidad de que se implemente a los pacientes. Este grupo de investigación de Fernández-Lázaro, también estudia el ‘Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro’.
Brain-Derived Neurotrophic Factor” (BNDF) que es una proteína perteneciente a la familia de las neurotrofinas, que son factores de supervivencia para las neuronas sensoriales y simpáticas, y han demostrado que favorecen la supervivencia, el desarrollo y la función de las neuronas tanto en el sistema nervioso periférico como en el central. Dado que en la EA se han observado una disminución de los niveles de BNDF perjudicial, que implican una menor neuroprotección, se proponen terapias centradas en aumentar la tasa de BNDF, como terapia génica, injerto de células madre, fármacos miméticos BNDF y programas estructurados de ejercicio físico terapéutico.
Adicionalmente, de estos nuevos sistemas diagnósticos e innovadoras terapias que verán la luz a medio plazo, el investigador pondrá en valor el trabajo de los centros de asistencia y cuidados de pacientes de EA especialmente el de la ciudad de Soria, porque las las terapias físicas, cognitivas y conductuales que estos centros dispensan son “esenciales”, agrega, para enlentecer el desarrollo de la EA.
En pandemia del Covid se evidenció que tras el cierre de estos centros durante más de tres meses que supuso cancelar actividades y la atención de pacientes, obligó a estos enfermos a quedarse en casa sin ningún tipo de apoyo asistencial se produjo una aceleración en el deterioro cognitivo exponencial con respecto al que llevaban habitualmente por el transcurso de la EA que era modulada y controlada a con estas terapias dispensadas en los centros de día.
“Estos resultados publicados en la prestigiosa revista “Frontiers in Medicine’ revindican la necesidad de estos centros de enfermos y familiares de EA como herramienta indispensable y necesaria para la sociedad por el trabajo que desarrollan para los enfermos, familiares y la sociedad”, concluye el doctor.