EDUCACIÓN
El Procurador ve irregular y arbitraria la reducción horaria del cole en septiembre en Castilla y León
El Común recuerda a Educación que la normativa no contempla la supresión de una hora lectiva y que no responde a criterios pedagógicos mientras el área de Lucas dice que es positivo para el aprendizaje
El curso escolar ha comenzado en Castilla y León con un ‘punto negativo’ para la Consejería de Educación porque la reducción horaria de los colegios que se está aplicando en septiembre es contraria a la normativa autonómica y, además, el área de Rocío Lucas no ha aportado argumentos que justifiquen su aplicación. Es la conclusión a la que ha llegado el Procurador del Común después de analizar las reclamaciones de las familias ante una disminución del tiempo lectivo durante este mes, porque consideran que la decisión supone un perjuicio para la conciliación y no se sustenta en criterios educativos.
Además de dar la razón a los reclamantes en cuanto a la inexistencia de cuestiones pedagógicas que ayuden a entender la ‘eliminación’ de una hora –y de que se estén impartiendo cuatro diarias en vez de cinco–, la reciente resolución de la institución que capitanea Tomás Quintana recuerda a la Consejería que la aplicación de esta medida es opuesta a su propia legislación.
«Los centros que impartan segundo ciclo de educación infantil, educación primaria y educación especial, durante el mes de septiembre desarrollarán las actividades lectivas en horario matinal sin modificar el cómputo de horas lectivas diarias», refleja la orden vigente, aprobada en 2017.
Es decir, «se recoge la obligatoriedad de que en estos centros educativos rija durante el mes de septiembre la jornada escolar continua en la misma duración horaria que la fijada de octubre a mayo», valora el Procurador para criticar que Educación esté haciendo caso omiso a la norma que ellos mismos aprobaron.
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Ante este escenario de incongruencias, el conocido como Defensor del Pueblo insta a la Junta a aclarar si hay «criterios suficientemente fundamentados y consensuados» en la decisión de acortar el horario en septiembre y le pide que, si no los hubiera, «revierta» la situación «a través de los cauces procedimentales oportunos». Así consta en el escrito publicado pocos días antes del arranque del curso, aunque por el momento su petición no ha sido atendida.
Por delante quedan dos semanas de margen, si bien no parece que se vaya a producir esa reversión, a tenor de la posición manifestada por la Consejería. Según aclararon fuentes del departamento, «la experiencia ha demostrado que el horario reducido en los primeros días del curso es muy positivo para la incorporación del alumno y para su aprendizaje, y más en los últimos años, en los que los centros han estrenado la educación gratuita de los 0 a 3 años», indicaron, si bien no hay que olvidar que en el último curso afectado por la reducción horaria (sexto de Primaria) la referencia de edad son 12 años.
Educación reitera que «la prioridad es la formación de los alumnos y la actividad docente» pero Confapacal (Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos de Castilla y León) considera que la balanza se inclina más en beneficio de los maestros. «Los tiempos escolares no se determinan en función de las necesidades de los niños, sino de los docentes», subraya con «indignación» la presidenta del colectivo, Soledad Alegre, después de recordar que Educación se ha escudado en diferentes pretextos en los cursos precedentes para permitir que el horario fuera reducido en septiembre.
Primero, cuando los alumnos pudieron volver al cole tras el parón del Covid, alegaron la necesidad que había de preparar los centros para cumplir las restricciones de la pandemia. Después, utilizaron la adaptación a la Lomloe para que esa hora de menos que hacían los alumnos la pudieran aprovechar los profesores para implantar los cambios curriculares y organizativos derivados de la nueva ley educativa.
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Ahora, superadas esas consideraciones de los últimos cursos, el nuevo año escolar ha arrancado en los mismos términos en Infantil, Primaria y Educación Especial, sin que esta vez la Administración autonómica se haya parapetado en ninguna razón. «No constan razones sanitarias, educativas, organizativas o de coherencia pedagógica que justifiquen que se mantenga la misma reducción de la jornada escolar en el mes de septiembre», dice el Procurador en su sentencia. «No consta que el horario esté amparado en motivos excepcionales, como los producidos en los cursos anteriores», recuerda en otro de los párrafos.
Cuando se aprobó el calendario escolar –el pasado mes de mayo–, simplemente se decidió así, equiparándolo con el horario de junio.
A juicio de la presidenta de Confapacal, la situación en uno y otro mes es diferente y, mientras la Administración avala que se reduzca la actividad lectiva en junio bajo el argumento de que los chavales están cansados después de nueve meses de estudios, en septiembre no hay motivos a los que pueda aferrarse. Las asociaciones de madres y padres, en todo caso, no apoyan la disminución del horario lectivo ni en el comienzo ni en la finalización de un curso porque se trata de decisiones que, insisten, no se sustentan en criterios pedagógicos.
La solución para afrontar el cansancio de los niños en junio, valoró Soledad Alegre, tendría que pasar por «ajustar los tiempos en el aula» y no por restar minutos al horario, máxime teniendo en cuenta que buena parte del alumnado sigue quedándose en el colegio en la misma franja temporal que el resto del curso por una cuestión de conciliación.
Esto implica que para que sus hijos puedan continuar la jornada ‘normal’, los progenitores se ven obligados a buscar alternativas, haciendo uso del servicio del comedor, alargando el comedor a través de las propias concesionarias que prestan el servicio o gracias a la contratación de monitores que gestionan las AMPAS para que se queden con los niños en esa última hora en la que tienen que esperar a que sus padres salgan de trabajar. «Si hay menores que siguen en el cole, ¿por qué no son atendidos por docentes?», cuestionó Alegre.
Precisamente porque cualquiera de las alternativas a las que recurren las familias implican un desembolso económico, el Procurador del Común pide a la Consejería de Educación en su resolución que, si no da marcha atrás en la controvertida decisión, «habilite las necesarias medidas conciliadoras al alcance de todas las familias».
En el texto, la institución de Tomás Quintana solicita recursos «tanto para el medio urbano como rural, cuando los colegios no cuenten con asociaciones capaces de organizar servicios de conciliación», y también demanda que se incrementen las ayudas destinadas a las AMPAS «para afrontar la organización de tales servicios».
En este sentido, la Consejería de Sanidad aclaró que «ya existen distintas opciones de conciliación», como el mencionado uso del comedor o «los talleres que organizan múltiples AMPAS para esa hora». Además, el área de Rocío Lucas hizo hincapié en que la última convocatoria de ayudas a las asociaciones de madres y padres «se amplió un 20% para que pudieran dar respuesta a estas actividades».
La petición de más fondos públicos para sufragar los servicios de conciliación sería, en todo caso, una solución para el presente curso escolar, pero el objetivo del Procurador del Común no es poner parches, sino enmendar el problema. Por eso reclama a la Junta que «en el proceso de aprobación del próximo calendario escolar 2025/2026 de los centros docentes de enseñanza no universitarias de Castilla y León», se dé cumplimiento a la orden que lo regula y le solicita «criterios con sustento pedagógico y educativo» si quiere acortar el horario de septiembre.
Además, pide «consenso» en la aprobación de dicho calendario, porque en el del presente curso –y también en los anteriores, según expuso la presidenta de Confapacal– se hizo antes de haberse reunido el Consejo Escolar de Castilla y León, en el que están representados los docentes, los alumnos y las familias. «¿Qué diálogo hay? Cero», razonó Soledad Alegre antes de aclarar que la Administración «se encoge de hombros» cuando les recriminan que no tienen en cuenta la voz de las familias.
Para abordar ésta y otras reclamaciones, las asociaciones de madres y padres han solicitado varias reuniones a la consejera de Educación, pero Rocío Lucas sólo les ha recibido una vez , según explicó Soledad Alegre y, al preguntarle por qué se reducía el horario escolar en septiembre, eludió razones de peso. «Nos dijo que siempre había sido así y es mentira. Y cuando le decimos que en la organización de los tiempos escolares se debe tener en cuenta la conciliación, nos dice que ese un asunto que depende de Familia».
Cabe recordar que aunque hubo años en los que sí estuvo regulada la reducción horaria de septiembre, desde el curso 2017/2018 sólo se contempla oficialmente la jornada acotada en junio. «La norma vigente de aplicación establece expresamente la clara obligación de mantener durante los meses de septiembre el mismo cómputo de horas lectivas diarias que las vigentes de octubre a mayo [...] sin reducción horaria alguna», insiste en este sentido el Procurador del Común.
Para la institución, «no cabe duda que la organización del tiempo escolar es un tema trascendental que también preocupa a las familias y que debe depender no solamente del contexto sociocultural del entorno y de la dificultad de implantación de proyectos de innovación educativa, sino que también ha de considerarse su contribución a la conciliación de la vida laboral y familiar de los miembros de la comunidad educativa».