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MUNDO AGRARIO

Los ataques del lobo repuntan y rozan las 2.400 cabezas de ganado muertas

Los asaltos crecen un 7% en el primer semestre hasta los 1.762 y las indemnizaciones alcanzan los 2,5 millones de euros / Ávila es la más afectada con uno de cada tres / «Es un estrés insufrible y esto va a más», lamenta un ganadero salmantino

El ganadero Rubén Mateos junto a su rebaño, que ha sufrido cuatro ataques este verano en Ledesma (Salamanca).E. M.

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Valladolid

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Los ataques de lobos al ganado no paran de crecer en Castilla y León. El mayor repunte se dio entre 2021 y 2023, cuando la entrada de este depredador en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) por orden del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), en contra del criterio de las organizaciones agrarias y de la Administración autonómica, provocó que se disparara el número de asaltos un 34%, y un 31% el montante de reses muertas como consecuencia de ellos. Si en 2021 estos sucesos sumaron 2.653 y las muertes 4.270, en 2023 ya alcanzaban los 3.566 y 5.580, respectivamente.

La tendencia continúa. Los datos recabados por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, correspondientes al primer semestre de 2024, a los que ha tenido acceso este periódico, confirman que el número de ataques ha subido un 7% respecto al mismo periodo del año anterior, con 1,762 frente a 1.648. Eso sí, se da el dato positivo de que, debido a la disparidad en el volumen de cada rebaño de ovino, el número de cabezas muertas se redujo un leve 6%, de las 2.540 del primer semestre de 2023 a las 2.393 del mismo periodo del año en curso.

El desembolso de la Administración autonómica en indemnizaciones a los ganaderos en ese primer semestre, para compensarles de los daños de estos ataques, sumó casi dos millones y medio de euros, en concreto 2.494.668, que corresponden tanto a expedientes del año en curso como a expedientes pendientes de tramitar de anualidades anteriores.

Son compensaciones, sin embargo, que los ganaderos consideran insuficientes, ya que cubren las reses muertas que pueden ser demostradas, es decir, cuyos cadáveres se hayan encontrado, pero no otros gastos como las desapariciones de reses, los abortos de ovejas por el estrés sufrido, gastos veterinarios, costes de instalaciones de prevención, etcétera.

Por provincias, la más afectada con creces es Ávila, que acapara un tercio tanto de los asaltos como de las reses muertas. Aunque ha bajado su número un 11% de enero a junio de este año, suma 597 ataques, y 692 cabezas perdidas, la mayoría de ellas, 570, de vacuno. Le siguen Segovia (282 ataques, y 329 cabezas) y Zamora (269 ataques y 384 cabezas). En el lado opuesto de la tabla se encuentran Valladolid, con solo 8 ataques y 11 reses muertas, todas de vacuno, y Soria, con 16 ataques y 50 animales muertos.

La situación es cada día más preocupante, según relatan los ganaderos afectados. Así lo ve, por ejemplo, Rubén Mateos, un ganadero salmantino cuyo rebaño de ovejas ha sufrido cuatro ataques de lobos este verano: «Estamos en un estrés insufrible y esto va a más», declara en respuesta a este periódico.

«Desde el mes de junio tenemos un ataque cada tres días en nuestra zona, en la comarca de Ledesma, donde ha habido un gran incremento de lobos. Antes habíamos convivido con ellos, pero ahora la cosa va a ir a peor, por la experiencia que tenemos», añade. Y es que «la nueva ley que entró en vigor es insostenible».

En manada

En esos cuatro ataques, Rubén Mateos ha perdido ocho ovejas y cuatro corderos. «Antes mataban a dos y ahora a lo mejor ya entran y matan a seis o siete. Hemos visto por cámaras de fototrampeo que, si antes venía un lobo a atacar, ahora ya vienen dos lobos con tres crías grandes. Ya entran en manadas», lamenta. Sin embargo, prevé que de aquí a dos o tres meses, con las nuevas crías de jabalís y corzos, «no vamos a poder sacar el ganado al campo, porque nos están entrando por el día y por la noche».

Mateos critica, por otro lado, las indemnizaciones que abona la Administración autonómica por los ataques. «No están compensando todos los gastos, porque solo te cubren las ovejas que te está matando y no, por ejemplo, las que abortan. En este periodo es cuando salen las ovejas en celo para las navidades. Al estresarse el ganado no les llega en celo, y eso también es pérdida nuestra. Yo, por ejemplo, el año pasado tuve 400 corderos para navidades, a 90 euros, mira el dinero que es», explica.

«Este año, si pare la mitad por el estrés que tiene el ganado, me daré con un canto de los dientes. Así que las indemnizaciones solo te pagan lo más mínimo, no te da nada», subraya. «Por eso pedimos que se controle la proliferación de lobos. ¿Tú vivirías en un sitio donde están robando todos los días? No, claro. Pues eso es como el lobo. Así no se puede vivir», concluye.

De la misma opinión es otro ganadero, esta vez burgalés, Julián Puras, que también se muestra desesperado: «Yo no sé lo que vamos a tener que hacer, vender el rebaño como ya han hecho otros de esta zona». Él tiene sus ovejas en la localidad de Garganchón, perteneciente al municipio de Pradoluengo. «De marzo para acá he perdido más de 30 ovejas, y eso en el papel, en los partes que voy dando, porque en realidad han sido más que no he encontrado», lamenta.

«Está claro que cada vez hay más ataques. Cada día quedamos menos ganaderos y van más a por el ganado que queda», relata. «Y lo que pagan con las indemnizaciones no valora todas las pérdidas. Y no todas las pérdidas se cubren con dinero». Julián no sabe cómo solucionar el problema: «Tienes que estar 24 horas con las ovejas, y aun estando con ellas, te las matan».

Así que la solución que ve es «venderlas y marcharme a la oficina de ellos [a la de la Administración] a pedir». Y es que «algunos de por aquí que ya estaban a punto de jubilarse, no esperaron ni a jubilarse, las vendieron sin más después de unos cuantos sustos de los lobos. No se complicaron la vida, y no sé si es lo que tendré que hacer yo, aunque a mí me quedan tres o cuatro años, y a ver qué hago yo mientras. Los ganaderos mal camino tenemos, los pocos que quedamos vamos a desaparecer», concluye.

Provincia a provincia, los datos del lobo en este primer trimestre del año son los siguientes:

ÁVILA. Es la provincia más afectada de la Comunidad con 597 ataques en el primer trimestre, aunque bajaron un 11% respecto al mismo periodo del año anterior. Las reses perdidas sumaron 692, un 13% menos. Murieron 15 caballos, 570 vacas y terneros, 88 ovejas y corderos y 19 cabras.

BURGOS. Es la quinta provincia de la Comunidad en número de ataques (183, un 106% más que el año anterior), y la tercera en número de reses perdidas (361, un 93% más). Murieron 66 cabezas de equino, 81 de vacuno, 213 de ovino y una de caprino.

LEÓN. Es la sexta provincia en número de ataques (167, un 11% más), y la séptima en reses muertas (187, las mismas que el mismo periodo del año anterior).Se perdieron 30 cabezas de equino, 110 de vacuno, 29 de ovino y 18 de caprino.

PALENCIA. Cuarta provincia en número de ataques de lobos en el primer trimestre del año en curso (190, un 48% más), y quinta en reses perdidas (191, un 20% más). Murieron un total de 45 caballos y burros, 110 vacas y terneros, 18 ovejas y corderos, 17 cabras y un perro guardián.

SALAMANCA. Séptima provincia en número de ataques, con 50 (14% más que en el primer semestre del año anterior), y sexta en número de reses muertas (188, un 90% más). Se perdieron 12 vacas y terneros, 170 ovejas y corderos y seis cerdos.

SEGOVIA. Ocupa la segunda posición de la tabla en número de ataques, 282 en el primer semestre, aun cuando han bajado un 24% respecto al mismo periodo del año anterior. Es la cuarta en número de reses perdidas, con 329 (un 45% menos). Murieron 5 cabezas de equino, 262 de vacuno y 62 de ovino.

SORIA. Penúltima provincia de la tabla en número de ataques del lobo a explotaciones ganaderas, con solo 16 ataques, un 30% menos que el mismo periodo del año anterior. También es la octava en número de reses perdidas, con 50 (52% menos). Murieron 4 cabezas de vacuno, 43 de ovino y tres de caprino.

VALLADOLID. La última de la tabla tanto en número de ataques (8, un 53% menos que en el primer trimestre del año pasado) como de reses muertas (11, un 62% menos). Las once cabezas perdidas fueron vacas y terneros.

ZAMORA. Es una de las provincias más afectadas de la Comunidad, la tercera en número de ataques (269 en el primer semestre, un 75% más que el mismo periodo del año anterior), y la segunda en número de reses perdidas (un total de 384, un 1% más). Murieron 15 cabezas de ganado equino, 216 de vacuno, 150 de ovino, una de caprino y un cánido.

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