Castilla y León prepara el terreno para el lince
La Junta avanza en el proyecto de reintroducción con la mejora de hábitats y una inversión de casi 2 millones hasta 2026
La Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, continúa trabajando en la identificación de áreas de reintroducción del lince en la Comunidad mediante la búsqueda de áreas con elevada densidad de conejos en zonas con hábitat adecuado para el felino. A lo largo de 2022 y 2023 se muestrearon 13 áreas de hábitat óptimo y se escogieron aquellas que alcanzaron los valores mínimos establecidos en el protocolo de selección de áreas de reintroducción como los Cañones del Duero en Zamora y el Cerrato Palentino. En concreto, a lo largo de este año se amplió la zona de trabajo en el Cerrato Palentino, del Cerrato sur al Cerrato norte, incluyendo nuevas zonas de hábitat óptimo previamente identificadas en los modelos desarrollados, muestreándose nuevamente tanto las zonas identificadas en 2023 como el área localizada al norte de la autovía Palencia-Burgos. Así lo informó el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, durante una reunión celebrada en Astudillo con alcaldes de la zona. Allí explicó el estado de las acciones, “muy avanzadas” en Palencia y Zamora, las dos zonas seleccionadas para la reintroducción por sus características
De hecho, entre los meses de agosto y septiembre de este año está previsto finalizar la ejecución del resto de trabajos preparatorios centrados en determinar la valoración de la actitud social ante el proyecto de reintroducción, el establecimiento de acuerdos de colaboración con propietarios de fincas, la evaluación del riesgo de atropellos en las carreteras y de otras posibles causas de mortalidad no natural, y la recogida de datos sanitarios sobre prevalencia de enfermedades en las especies de fauna que puedan convivir con el lince, según informa Ical.
Para el desarrollo de estas actuaciones de mejora de hábitats en las zonas donde finalmente se produzca la reintroducción del lince, la Junta tiene ya planificada una inversión de 1.000.000 euros, que se destinará a mejoras de hábitats en los cotos, fincas y montes de utilidad pública. Otras actuaciones que se están estudiando en estos momentos son las relacionadas con la reducción de la mortalidad no natural por atropellos o ahogamientos en canales de riego.
De forma complementaria a estas actuaciones de mejora de hábitats y reducción de mortalidad, la Junta está avanzando en la redacción de proyectos de infraestructuras y suministros necesarios para que la reintroducción del lince en Castilla y León sea una realidad. Entre otras cosas, se adquirirán jaulas, material veterinario y collares para seguimiento GPS de los ejemplares a reintroducir. También se habilitarán recintos de aclimatación o presuelta ya que las primeras liberaciones de los ejemplares de lince procedente de los centros de cría no se suelen realizar directamente en el medio natural, sino que se construyen unos recintos en el monte, en las zonas de mejora de calidad de hábitat, con vigilancia 24 horas, donde permanecen aproximadamente un mes hasta su liberación en el medio natural mejorando así el éxito de las liberaciones.
La Junta tiene en una fase avanzada de redacción la construcción de dos recintos, uno por área. También se trabaja en mudas de cuarentena, que son infraestructuras complementarias para el desarrollo del proyecto de reintroducción que permitirán la realización de los chequeos sanitarios a los ejemplares a liberar o a los ejemplares reintroducidos si se les detectara alguna enfermedad en los trabajos de seguimiento en campo. Actualmente, la Junta se encuentra en la redacción del proyecto de construcción de ocho mudas de cuarentena en las instalaciones del CRAS de Valladolid.
En total, la inversión prevista para el desarrollo del proyecto de reintroducción del lince en Castilla y León hasta junio de 2026 alcanza 1,9 millones de euros entre la financiación de equipos técnicos, materiales, infraestructuras y proyectos de mejoras de hábitat a implantar en terrenos públicos y privados con acuerdos de colaboración con la Administración.
La propuesta final de áreas de reintroducción que realice la Junta al Grupo de Trabajo nacional, en el que están todas las comunidades autónomas, se corresponderá con aquellos territorios que presenten mejor calidad de hábitat, mayores densidades de conejo y una mayor aceptación social.
Esta propuesta técnica se realizará a finales del próximo mes de septiembre, una vez se encuentren finalizados todos los trabajos técnicos que marcan los protocolos aprobados a nivel nacional.
Una vez analizados por el Grupo de Trabajo los informes presentados por las diferentes comunidades autónomas respecto a las áreas candidatas a la reintroducción del lince ibérico, es bajo este marco donde se adoptan las decisiones de forma colegiada, en base a una estrategia nacional de conservación de la especie, de las nuevas áreas que finalmente van a ser aprobadas y de las liberaciones que se vayan a realizar anualmente de linces ibéricos en las áreas de reintroducción.
Cabe recordar que el lince es uno de los felinos más amenazados del planeta. Los atropellos, el furtivismo y el declive de las poblaciones de conejo llevaron a esta especie al borde de la extinción a finales del siglo XX. En los últimos 20 años la situación ha mejorado notablemente gracias a la unión de esfuerzos de administraciones, propietarios, conservacionistas, cazadores y población local, y con el apoyo económico de la Unión Europea.
En el último censo en la península Ibérica de 2024, se estima una población de algo más de 2.000 ejemplares, cifra muy alentadora si se retrocede al año 2002, cuando solo quedaban 94 ejemplares repartidos entre Doñana (Huelva) y Andújar (Jaén).
Estudios recientes han determinado que la viabilidad genética a largo plazo del lince ibérico necesitaría, al menos, un incremento del tamaño de las subpoblaciones de entre el 50 y el 200%, además de la creación de ocho nuevas subpoblaciones en áreas que muestren un alto potencial de crecimiento, algunas de ellas en el norte de la península ibérica, de ahí la importante contribución de Castilla y León en el seno de la Estrategia nacional de conservación del lince ibérico.
En este sentido, es importante destacar que el lince ibérico es un eficaz controlador de otros depredadores más generalistas como el zorro o el meloncillo, dando como resultado que en aquellos territorios donde se establecen poblaciones de lince ibérico disminuye notablemente la densidad de otros depredadores, beneficiando de este modo el equilibrio de los ecosistemas.
Igualmente, el lince no afecta significativamente a la ganadería extensiva al estar su dieta constituida de forma mayoritaria por el conejo, lo que además lo convierte en un aliado de los agricultores, ayudando a controlar de forma natural las sobrepoblaciones que causan importantes daños a los cultivos agrícolas.
También potencia la caza menor por la realización de actuaciones y por el propio lince, que elimina mustélidos, hurones, comadrejas, garduñas y otros competidores. Además, allí donde el lince tiene presencia, mejoran las poblaciones de perdiz.
Asimismo, en muchas de las zonas donde se ha reintroducido esta especie supone un importante motor económico derivado de las inversiones asociadas en mejoras del hábitat y del auge del turismo de naturaleza.