Vivienda
Cáritas denuncia que Castilla y León carece de oferta en vivienda pública
El presidente de la organización autonómica asume el «reto» de mejorar la «regulación y accesibilidad» para encontrar un hogar tras suministrar ayudas por 181.000 euros a 760 personas el año pasado
La precariedad laboral, la huida obligada de personas de sus países o la pobreza infantil fueron varios de los indicadores que Cáritas Castilla y León nombró para escenificar la desigualdad que, día tras día, perciben en sus centros. Pero entre toda esta problemática, el acceso a la vivienda, como derecho reconocido por la Constitución, es uno de los retos que más presentes tiene Antonio Jesús Martín de Lera, presidente de la organización autonómica. Y en la Comunidad, según sus palabras apoyadas en datos, los obstáculos predominan
«No hay vivienda disponible y no hay parque público de viviendas». Así de claro y contundente se expresa Martín de Lera, que asegura que su carencia es un «generador de exclusión social». Y si la hay es de ámbito privado y con «difícil acceso por las normativas y requisitos», como refleja que haya 29.851 viviendas nuevas en venta en Castilla y León que, sin embargo, es el menor volumen de los últimos 12 años, según los últimos datos del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
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Pero si comprar una casa está considerado casi como una utopía, afrontar un alquiler sigue el mismo patrón con un aumento del precio ininterrumpido. Y es que solo en el segundo trimestre del año el precio creció un 8,6% frente al mismo periodo del año pasado, con una media de 9,05 euros por metro cuadrado al mes. A lo que habría que añadir que la oferta de viviendas para arrendar se ha disminuido.
«Hay un problema muy serio», considera al respecto el presidente de Cáritas Castilla y León, cuya organización desembolsó 181.000 euros el año pasado para atender a 760 personas, casi 600 más que en 2022, cuando se atendieron en este aspecto a 166 personas. «Es uno de los grandes retos que como sociedad en este momento tenemos en Castilla y León, el que haya vivienda disponible, pública o privada, pero con una regulación y con una accesibilidad fácil, porque para mucha gente hoy por hoy el gran problema, y te lo dicen, es encontrar una vivienda donde poder desarrollar con dignidad la vida», argumenta.
No solo a través de ayudas económicas facilita esta organización el acceso a un hogar, sino también a través de una «labor de mediación» con las agencias inmobiliarias para servir de «aval» en casos de posibles impagos de fianzas. Pero también la Iglesia, como organismo oficial de Cáritas, participa en estos procesos por medio de la disposición de viviendas, tanto en el ámbito urbano como rural y especialmente para acoger a personas en «situaciones de emergencias». Así, según confirma Martín de Lera, se habilitaron entre 15 y 20 casas por diócesis en el último año.
El esfuerzo de Cáritas Castilla y León no puede abarcar a todas las personas en busca de una vivienda, por lo que las ayudas de las administraciones resultan fundamentales en este caso. «Una de las medidas es la construcción de vivienda públicas o bien el tratar de intermediar o gestionar vivienda privada para que la gente tenga unas garantías también a la hora de alquilar. Y todo ello evidentemente con un control y regulación adecuada. Llevar una buena gestión también de ese tema creo que es importante», explica su presidente.
Población migrante
La vivienda solo es uno de los variados programas a los que dedica tiempo y financiación Cáritas Castilla y León, cuya inversión aumentó el año pasado un 18%, hasta llegar a los 47,1 millones de euros para atender a 66.802 personas, 1.739 más que en el pasado ejercicio, según la Memoria Regional de 2023.
Por ejemplo, el de ‘acogida y asistencia‘ es el que más recursos acapara, con 6.776.304 euros y 65.216 personas beneficiadas, de las que un 25% corresponden a población migrante, que se enfrenta a una situación de vulnerabilidad «compleja y numerosa», con escasez de recursos económicos, falta de cobertura en necesidades básicas, dificultad de acceso al mercado laboral y a los servicios sociales generales, así como problemas de discriminación.
«Castilla y León somos una de las comunidades más envejecidas de toda Europa, donde la población está disminuyendo, no crecemos, donde la natalidad es muy baja y la gente joven se nos va. Entonces, aunque sólo sea egoístamente, necesitamos personas que vengan y que puedan desarrollar aquí su vida, que puedan trabajar, que puedan contribuir al sostenimiento de esta sociedad», opina el presidente de la organización autonómica.
Pero si Martín de Lera tiene clara su postura, en las últimas semanas se ha presenciado como España se dividía sobre la acogida de menores inmigrantes, sin resultar algo excepcional para Castilla y León ya que tiene previsto acoger a 21 niños y niñas. «Yo estoy convencido que a nadie nos gustaría dejar nuestra tierra así porque sí, de decir ‘me voy a la aventura’. Cuando la gente migra lo hace buscando unas condiciones de vida más dignas para él y su familia», expresa.
Además, para Martín de Lera esta población tiene un valor muy importante en la Comunidad, tanto en el presente como a futuro ya que frente a ese «envejecimiento», los migrantes facilitarían el relevo generacional. «Suelo decir a veces que son quienes nos pagarán en un futuro las pensiones», refleja al respecto.
En Cáritas Castilla y León también ofrecen ayudas a personas en situación irregular que, en palabras de su presidente, podrían alcanzar la cifra de 8.000. «El problema es cuando acaba el año y medio que dura esta serie de programas y entonces quedan un poco a su suerte. Ahí es donde estas personas quedan en una situación de legalidad para residir en España, pero sin poder trabajar, por lo que la situación se complica», explica.
Perfil de demandante
En cuanto al balance general que el presidente de Cáritas Castilla y León realiza sobre la Memoria Regional de 2023, hay una conclusión evidente: «La pobreza se cronifica». Unas palabras pronunciadas por el aumento del número de personas atendidas y de las ayudas que estas personas demandan, con más de 118.000 personas que se beneficiaron de la acción de las once Cáritas Diocesanas de Castilla y León, que se encuentran en Astorga, Ávila, Burgos, Ciudad Rodrigo, León, Osma-Soria, Palencia, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora.
«Alguien que antes podía demandar una ayuda de forma puntual, ahora la demanda en mayor cantidad porque, evidentemente, el encarecimiento de la cesta de la compra y de la vida en general hace que la gente no pueda llegar a fin de mes», constata Martín de Lera.
Pero si los datos cambian, no lo hace el perfil de demandante que consiste en una mujer de entre 30 o 50 años desempleada o con un empleo precario que tiene a su cargo una familia. Es por ello que el presidente de Cáritas Castilla y León dice que «la pobreza tiene rostro de mujer». Por ello, se invirtieron casi un millón de euros (954.478€) en programas para apoyar a mujeres en situación de especial vulnerabilidad, gracias a los cuales se atendieron a 780 personas y se beneficiaron 856.
Entre los otros demandantes que recurren habitualmente a las ayudas de Cáritas también se hallan personas mayores con pensiones mínimas que no les llega para todos los gastos, la citada población migrante, y familias entre 30 a 50 años con hijos a cargo, y un «porcentaje importante» de familias monomarentales donde la mujer, ella sola, está a cargo de sus hijos y sin colaboración por parte de su expareja. «Son situaciones complicadas porque muchas veces la dificultad de conciliar la vida familiar y laboral provoca que aumenten las situaciones de pobreza y de exclusión», afirma Martín de Lera.
Sin embargo, no se atreve a predecir si los jóvenes de Castilla y León serán los grandes damnificados de la falta de ayudas actuales. «Va a haber un cambio importante en algunos sectores laborales pero lo importante es que la gente esté preparada, esté formada y entienda muy bien que hoy en día para cualquier tipo de trabajo es necesaria la formación».
La recaudación, clave
Y una parte fundamental para que estas organizaciones pueden disponer de ayudas económicas a miles y miles de personas es a través de las fuentes de financiación que reciben desde el ámbito público y privado, con un total de 13.549.476,73 y 33.581.878,36 euros, respectivamente y que conjuntamente hacen crecer la inversión en más de 7 millones.
«La gente confía en nosotros y por eso a la hora de entregar un donativo, independientemente de dónde venga, la gente te suele decir de ’vosotros me fío’ o ‘la tarea que lleváis a cabo es una tarea hecha con eficacia’. Es una tarea de la cual la sociedad nos podemos fiar y felicitar», concluye.